La parálisis económica

05 febrero 2020

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Editorial

El 2019 no ha sido el mejor año para México en resultados económicos, pues el crecimiento que se tuvo fue nulo, de un 0 por ciento. Para el 2020, las cosas parecen mejorar un poco, al menos en los pronósticos de especialistas. Pero eso, no es garantía de nada.

El Presidente Andrés Manuel López Obrador ha apelado a este resultado. Su apuesta en el gobierno ha sido a generar bienestar en la población, independientemente de los resultados en el Producto Interno Bruto.

Y eso, ¿es suficiente? Seguramente no. Qué bueno que parte de sus políticas públicas estén orientadas a generar beneficios en la población, sobre todo si estas tienen incidencia entre quienes menos tienen.

Pero esa política podría tener más incidencia si dentro de sus decisiones, está la de estimular a la economía interna, generando la confianza entre los inversionistas.

Diversos estudios han mostrado que las perspectivas económicas no han pasado por su mejor momento y el resultado está tanto en el crecimiento del PIB, como en la confianza del sector privado o en sectores como el de la construcción y el de la industria automotriz.

Qué bueno que desde la Presidencia de la República la apuesta sea la de procurar el bienestar para la mayoría de la población. Pero mejor sería si también apuestan por un entorno económico que permita el crecimiento interno, sobre todo cuando hay un ambiente externo que poco contribuye a impulsar la economía.

Porque ha sido precisamente esta, junto con la inseguridad, una de las tareas pendientes de la administración federal.

Si el Gobierno de la República quiere seguir el camino del bienestar, serán tareas a las que no debe dejar de prestar atención, por mucho que le signifique mantener el respaldo mayoritario de la población en la forma en cómo ha estado conduciendo el País.

México necesita un círculo virtuoso, en el que las familias se vean beneficiadas por los programas especiales, con empresas que generen más derrama económica y más empleos, que contribuyan a más ingresos fiscales y así, ampliar los programas. El Gobierno tiene la decisión.