La ola que viene
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Editorial
La historia del Covid-19 es la misma que se repite alrededor del mundo: su propagación fue similar en los diferentes países y el rebrote, sin duda, tendrá el mismo impacto.
Hoy, Europa vive una nueva ola de contagios después de varios meses en que parecía que había logrado domar la pandemia. En América, pareciera que se está llegando al punto en el que se ha controlado la propagación, pero podría decirse que apenas es el inicio de la nueva fase, la misma que otros países han experimentado.
En México, y en Sinaloa, las autoridades han permitido la reapertura de diferentes sectores de entretenimiento para la población, en momentos en que se ha percibido que los contagios por Covid-19 han ido a la baja.
Pero la Secretaría de Salud ha advertido desde esta semana que la tendencia hacia la baja se ha frenado y pareciera que el País está entrando a esa nueva frase del rebrote de contagios.
¿Qué van a hacer las autoridades con todos estos establecimientos y espacios que invitan a la congregación de personas y que aumenta el riesgo de nuevas infecciones? ¿Cómo va a gestionar el Estado la pandemia para que en esta nueva fase que se avecina no sea tan catastrófica, como lo fue en la primera parte?
Más pruebas, aislamiento, seguimiento y contactos, son parte de las recomendaciones que la Organización Mundial de la Salud ha hecho para evitar que el rebrote no sea de la misma proporción que la pandemia lo fue en la primera fase.
Ojalá que las autoridades, en México y en Sinaloa, tengan la capacidad para responder a esta nueva etapa de contagios y el impacto sea menor al que ya se ha vivido.
Y ojalá que la población entienda que también tiene una parte de responsabilidad y que el cuidado personal debe mantenerse, con el aislamiento necesario, la protección suficiente y la higiene permanente, para evitar más contagios.
La nueva ola de contagios del Covid-19 será inevitable. Que el impacto sea menor, depende del compromiso de todos para lograrlo.