La eterna crisis económica
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Editorial
Desde los años 70, México vive una eterna crisis económica, que en los últimos años creíamos conjurada. Los últimos gobiernos nos hicieron creer que lo peor había pasado y que México entraba en una racha de crecimiento económico estable.
Pero llegó la pandemia y nos regresó a las décadas perdidas, nos demostró que todo puede ir a peor, que mejorar no es siempre la única opción.
La campaña del Presidente Andrés Manuel López Obrador repitió una palabra sin cesar, “esperanza”, y la compramos. El problema es que hoy ni siquiera hay a quien culpar, un virus invisible y contagioso se ha encargado de derrumbar a las economías del mundo y a la de México como una más.
Ayer se reunió el Presidente con un grupo de empresarios, tratando de mejorar una imagen de un Mandatario alejado de los empresarios, es más, enfrentado con una gran cantidad de ellos.
En México, los empresarios estaban acostumbrados a ser escuchados y en las peores crisis a recibir ayuda y el espaldarazo de su Presidente.
Hoy, los empresarios se sienten criticados, humillados y abandonados a su suerte en medio de una de las peores pandemias que ha sufrido el mundo.
A favor del Gobierno podemos decir que no hay recursos que alcancen para intentar apuntalar una economía en crisis, en prácticamente todos los sectores.
Estamos de acuerdo que el Presidente difícilmente puede ayudar a todos los empresarios afectados por la pandemia, pero también estamos convencidos que en nada ayuda que el Mandatario esté confrontado con ellos.
Tarde o temprano, empresarios y autoridades tendrán que firmar un pacto para trabajar unidos y sacar la economía adelante, después de todo viajan en el mismo barco y lo que le afecta a uno les afecta a todos.
Es tiempo de unión y no de confrontación, recordemos que en tiempo de crisis es cuando realmente surgen los grandes líderes.