La democracia a prueba

20 septiembre 2020

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Editorial

Hace tiempo que la democracia llegó para quedarse. No hay país que se precie de buscar el desarrollo sin presumir un sistema democrático, sin embargo, al mismo tiempo la mayoría de los dirigentes intentan burlar las exigencias de un sistema democrático.

Desde Rusia a Nicaragua, pasando por Estados Unidos y México, los gobernantes presumen de democráticos cuando las urnas los han favorecido, pero inmediatamente después intentan servirse solo de los privilegios y aborrecen las obligaciones que ésta impone.
El ejemplo más claro es Rusia, donde Vladimir Putin ha torcido tantas veces la leyes, que brinca de Presidente a Primer Ministro, mientras conserva todo el poder, una y otra vez.
Donald Trump, el Presidente de Estados Unidos, ha puesto a prueba el sólido sistema democrático de nuestros vecinos y si por él fuera lo haría saltar en pedazos.
Y lo mismo podríamos decir de nuestro Presidente, Andrés Manuel López Obrador, un creyente de la democracia… cuando le favorece, pero en cuanto se topa con cualquier instancia que no le favorece comienza a bombardearla.
El asunto es que defender la democracia es mucho más que hablar de urnas, votos e institutos electorales, la democracia es la esencia de un País en prácticamente todos los niveles.
La libertad de expresión es una de las garantes de la democracia, un asunto que a nuestro Presidente le parece un obstáculo o una amenaza, sobre todo cuando lo alcanzan las críticas de los medios de comunicación.
El desplegado que publicaron hace unos días más de 600 intelectuales y científicos defiende exactamente la libertad de expresión, la base de cualquier democracia.
Si López Obrador no entiende algo tan sencillo, será mucho más difícil que pretendamos que defienda las garantías que nos han permitido construir un País con una democracia en desarrollo.