Inseguridad, el tema

Editorial
23 abril 2021

¿Cómo salir de ese laberinto de la inseguridad y de la violencia? ¿Qué decisiones son las que se deben tomar para garantizar un entorno de paz? ¿Cómo terminar con esa amenaza que se ha vuelto permanente de la delincuencia organizada?

Esas, son solo algunas de las preguntas que quienes aspiran gobernar deben responder y debería ser una de sus prioridades. Porque aunque se expongan cifras que señalen la reducción de los índices delictivos, lo cierto es que el temor de la violencia aún está latente.

Y frente a ese temor, están quienes tienen la capacidad de tomar decisiones para resolver esa condición de vida que se ha impuesto en México y en Sinaloa. Y se necesita de compromisos más que de respuestas que buscan evadir esa responsabilidad.

Porque quien va a elegir a su representante o gobernante, lo menos que espera es que dibuje una posible salida a los problemas que se viven en Sinaloa y en México. Y lo que más se rechaza es el deslinde de responsabilidades.

Sí, es importante no dejar de imaginar el futuro al que se aspira en las comunidades, pero es obligatorio encontrar soluciones a los problemas que rodean a la gente.

El próximo Gobernador de Sinaloa, quien sea que este sea, y los próximos alcaldes, están obligados a encontrar una solución a los problemas que rodean a los sinaloenses, como la violencia, por ejemplo.

Y se requieren, otra vez, soluciones que vayan más allá del despliegue de agentes de policías o de cuerpos militares. Soluciones que sean más trascendentes. Permanentes, pues.

Porque a lo largo de la violenta historia que se ha tenido en los últimos años en Sinaloa, el despliegue de fuerzas policiacas y militares ha sido una respuesta recurrente e infructuosa.

Por ello, en momentos en que se requiere tomar decisiones, para elegir a gobernantes y representantes, se requiere, y urge, que quienes aspiren a ser elegidos, se decidan y se comprometan a actuar en favor de los sinaloenses y los mexicanos.