‘Está vivo… mátalo’

24 agosto 2020

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Editorial

La guerra de los videos continúa. En esta ocasión una grabación muestra cómo un grupo de elementos del Ejército decide matar a un civil sobreviviente de una cacería a tiro limpio, entre varias camionetas militares y tres camionetas de la delincuencia organizada.

La historia que cuenta el video, grabado la madrugada del pasado 3 de julio en las oscuras y violentas calles de Nuevo Laredo, Tamaulipas, es la historia de la violencia en México, la misma que se cuenta en sierras, valles, en las costas y mar adentro.

Es evidente que los militares sufren el mismo terror que los delincuentes y que los civiles que presuntamente viajan secuestrados en una de las camionetas.

El video es grabado por una cámara que viaja adosada al cuerpo de un militar, como parte de un protocolo que exige videograbar los operativos, siempre en busca de minimizar los daños a los derechos humanos.

Sin embargo, en esta ocasión la cámara graba mucho más que eso, deja constancia de los abusos de la fuerza pública, de los que siempre se ha hablado en la lucha en contra de la delincuencia.

Los militares consiguen acorralar a una de las camionetas, desatando una tormenta de balas sobre ella, las balas son tantas y de todas direcciones que se escuchan las voces de varios militares pidiendo un alto al fuego.

Pero los militares no paran, el miedo los obliga a seguir disparando, hasta que algunos de ellos se acercan a la camioneta donde yacen varios cuerpos sin vida. Uno de los militares grita que hay uno vivo, otro le ordena o sugiere que lo mate, y vuelven a sonar los tiros.

Al final, entre los restos de los cuerpos sin vida, aparecen tres jóvenes con las manos atadas, presuntamente secuestrados. Todos muertos, atravesados por cientos de balas.

Primero secuestrados, después asesinados por sus propios salvadores.

La violencia nunca terminará con la violencia.