El tiempo corre
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Editorial
El coronavirus nos sigue dando una oportunidad, ha llegado de manera lenta a México y a pesar de que los números nos indican que no se detiene, su propagación no ha presentado la propagación que ha manifestado en otros países.
Indudablemente, la geografía y la forma de vivir nos ha dado otra ventaja, nuestras ciudades horizontales nos permiten vivir más alejados unos de otro, lo que permite disminuir la cantidad de contagios.
En España e Italia las ciudades verticales, donde miles de familias viven unos arriba de otros, una costumbre que ha terminado siendo contraproducente para los humanos y un excelente espacio para la reproducción del virus.
Nos ayuda, también, la juventud de nuestra población, en contraste a los países europeos, donde la longevidad de su población se traduce en mayor cantidad de adultos mayores contagiados.
Sin embargo, parece que no sabemos aprovechar todas estas ventajas que nos han regalado un tiempo valioso para prepararnos ante la emergencia planetaria.
Por las declaraciones de nuestros funcionarios nos estamos dando cuenta que el material médico no fluye ni los recursos llegan a los estados, a pesar de las promesas de las autoridades federales.
La presumida partida para los militares tampoco se ha convertido en una realidad, ya que no se ve por ningún lado la llegada del material médico que ya debería de estar en los hospitales.
El tiempo corre y sabemos, por la experiencia de otros países, que la llegada del virus es inevitable y que tarde o temprano entraremos en la fase más peligrosa de la pandemia.
Las autoridades no se cansan de pedirle a la ciudadanía que ponga de su parte y se quede en casa, la pregunta es si las autoridades están haciendo la suya.
La diferencia de contar con todo lo necesario para enfrentar la pandemia se traduce en miles de vidas que podemos salvar.