El territorio que habíamos ganado

Editorial
07 octubre 2024

Es una lástima que se haya perdido todo el trabajo que se ha hecho por recuperar la confianza para que los ciudadanos de los más grandes e importantes centros urbanos de nuestro estado volvieran a los pueblos rurales.

La intención siempre ha sido la mejor: ofrecer nuestro orgullo sinaloense, como gastronomía, hospitalidad y un respiro en una nueva modalidad de turismo interno para nosotros mismos.

Y vaya que se había logrado, con tanto empresario y demás emprendedor para pulir esas bellezas que por décadas dejamos olvidadas en nuestros pueblos más pintorescos e históricos, como Pánuco y Copala, en Concordia; Matatán y Chametla en Rosario; o La Noria o El Quelite en Mazatlán.

Pero también esos nuevos lugares que fuimos construyendo para volverlos sitios cada vez más accesibles y que hoy son verdaderos lugares para presumir a los mismos nacionales, como las playas de Celestino Gasca o El Patole, en Rosendo Niebla, en Elota.

Ahora tenemos que esperar a que el monstruo que ya una vez nos alejó de esos lugares antes, se vaya o se tranquilice para volver a visitarlos.Porque el tema queda como el regreso a clases: todos dudamos de que sea seguro.