El costo de los partidos

16 enero 2020

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Editorial

Después de los procesos electorales, la mayoría de los partidos políticos en México, los que logran mantener el registro, mantienen un aparato burocrático para seguir con sus operaciones exclusivamente partidistas. Ese aparato se sostiene con recursos públicos.

Ese es el precio que hay que pagar en México para que las instituciones políticas, que abrazan ideologías, convicciones, proyectos, anhelos o hasta obsesiones, existan.

Porque los recursos que manejan es parte de los recursos que maneja el Estado. Son recursos del Estado para subsidiar una democracia que permita la participación política a través de instituciones organizadas.

Por eso, no es de extrañar que antes de que termine el plazo para el registro de nuevas instituciones políticas, en el País estén acreditadas ante el Instituto Nacional Electoral 58 organizaciones en proceso de convertirse en partidos políticos, aunque solo 33 hayan enviado al menos una afiliación.

Y para sostener a las que pasen el cedazo del registro y para los que ya están en operaciones, el INE tiene contemplado destinar al mantenimiento de los partidos políticos 720 millones de pesos.

En Sinaloa, para 2020, los cinco partidos políticos que mantienen el registro, todavía, recibirán un financiamiento estatal de $125 millones. Un monto fijado aunque en este año no se tenga un proceso electoral.

Los partidos políticos en México y en Sinaloa le cuestan mucho a la gente, que a cambio poco es lo que reciben por su operación.

Y cuestan mucho y aún no ha habido ni la voluntad ni los acuerdos necesarios para modificar los mecanismos con el que se calcula el dinero público que se le habrá asignar a cada partido político.

No, aún no hay acuerdos para reducir el financiamiento público y mientras tanto, seguirán costando millones de pesos para mantener en operación una burocracia que solo trabaja para las instituciones partidistas y que poco contribuye al servicio público.

La democracia mexicana debería ser diferente, empezando por partidos políticos que no cuesten tanto. Pero el tema aún está entrampado. Y ahí vienen unos nuevos, que recibirán también recursos.