El conflicto
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Editorial
Quienes llegan a gobernar, ya sea en el País, en los estados o en los municipios, debieran estar conscientes de que su ejercicio estará sujeto al escrutinio público, porque público es el cargo que ejercen.
Y bajo esa observación a la que estarán sujetos, podrán en algún momento recibir elogios por las decisiones o los resultados que se obtengan. Pero habrá también quien no se sienta satisfecho con lo que se decide o se logra y estará en condiciones de señalarlo.
Así funcionan las sociedades con un sistema que se denomina democrático. Pero parece que hay quienes no lo entienden. El Presidente de la República ha apelado a su derecho de réplica no para responder a lo que se le señala, sino para interponer adjetivos a los emisores cuando da su punto de vista.
Ha creado conflictos que resultan innecesarios ante las urgencias que enfrenta al País y que requiere de un ejecutivo que lo resuelva y no se distraiga en esas réplicas que domina su discurso.
Y lo mismo ha empezado a replicarse en los estados y los municipios. Gobernantes que ante la crítica se inventan enemigos, crean agravios y formulan batallas, porque no han aprendido que en la política, la tolerancia y el respeto son principios elementales.
Pasa en Mazatlán o en Culiacán o en otras localidades, que buscan replicar un discurso público como el Presidente de México, pero que, electos democráticamente, se convierten en todo, menos en representantes de la democracia.
A estos personajes públicos, como Luis Guillermo Benítez Torres, “El Químico”, o Jesús Estrada Ferreiro, se les olvida que si se les cuestiona, es por el desempeño que tienen en su responsabilidad y no en su persona.
Pero todo parece indicar que buscan conflictos, que buscan inventarse batallas para actuar, aunque de por medio violenten derechos humanos, como ya lo ha acreditado la Comisión Estatal de Derechos Humanos.
México, Sinaloa y sus municipios merecen buenos gobernantes. Quienes aún no entienden cuál es su función, aún están a tiempo de retomar el rumbo, responder a sus gobernantes y olvidarse de sus conflictos.