El arte de la paciencia
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Editorial
La paciencia es una virtud y en algunas personas es una habilidad, pero en política puede significar el futuro de la carrera de un aspirante.
En Sinaloa, el actual proceso electoral ha puesto a prueba a la mayoría de los pretensos, algunos han conseguido superar la exigencia, otros han mordido el polvo y han pagado con creces su desesperación.
La exigencia ha sido igual para todos los partidos, desde los morenistas hasta los priistas, a todos se les ha exigido que demuestren su capacidad de prudencia y templanza, y no todos han conseguido salir indemnes de la dura prueba.
En Morena, la desesperación era de tal magnitud que personajes como Gerardo Vargas Landeros y el Alcalde de Mazatlán, Luis Guillermo “El Químico” Benítez, terminaron reventando y supurando veneno.
“El Químico”, incluso, amenaza con convertirse en una piedra más en el zapato del candidato a la Gubernatura, Rubén Rocha Moya, mientras arma toda una estructura para intentar dar reversa a su designación.
Aunque parece que por fin Morena ha terminado por poner en su lugar al díscolo alcalde, que presumía de amistad con el Presidente, de ser el más puro de Morena y el enviado divino que todos los sinaloenses estaban esperando.
En el PRI había dos desesperados, uno sin más fortuna que su insistencia, Sergio Torres, “El Morrín”; y el Secretario de Educación, Juan Alfonso Mejía López, los dos corrieron diferente suerte.
Mientras “El Morrín” no soportó la presión, ni las tentaciones, Mejía López aguantó vara. Al final Torres aventó la toalla y se fue a otro partido, mientras el Secretario de Educación mantiene su vela encendida, mientras sueña con la candidatura a la Gubernatura.
Y la paciencia se aplica para todos, es una prueba de resistencia, y en el camino hay muchas tentaciones, el truco es aguantar hasta el momento exacto y tomar las decisiones correctas.