Cuidar el recurso
Tal vez, cuando inicie la temporada de capturas de camarón en México, la industria pesquera cuente de nuevo con la certificación para poder exportar el producto hacia los Estados Unidos. Y qué bueno que así sea.
Lo que no es bueno, es que esa certificación haya tenido que pasar por una “descertificación” porque no ha sido posible probar, en los meses recientes, que la flota pesquera mexicana no está cuidando a las tortugas marinas.
Los barcos camaroneros capturan el camarón con una red de arrastre, que se posa sobre el fondo marino y al arrastrar, va capturando el camarón y otros recursos marinos, como las tortugas.
Para evitar que esta especie muera, las redes de arrastre deben contar con un dispositivo que les permita salir fácilmente de ese equipo pesquero y ponerse a salvo. ¿Nada complicado, no?
Sin embargo, tal como ocurre en otras actividades que se desarrollan en México, hay integrantes que hacen todo lo posible para evitar cumplir con las leyes de la actividad que ejercen.
Y ¿qué pasó? Estados Unidos hizo una revisión a los barcos camaroneros de México y detectó embarcaciones que no estaban cumpliendo con el uso de los excluidores de tortuga y como sanción, no podrán exportar de nuevo hasta que estén certificados.
Lo más seguro es que lo logren, con una nueva revisión y nuevas órdenes que obligue a todos los integrantes de la industria pesquera a cumplir con la normatividad.
No deberían de ser obligados, pero nunca faltan actores negligentes que están dispuestos a poner en riesgo a toda una industria, como la de la pesca del camarón en México.
Tanto el Gobierno mexicano como los integrantes del sector pesquero deberán de ponerse de acuerdo y trabajar de manera conjunta para resolver ese problema de la certificación, que no es el único que enfrentan pero sí que es, por ahora, el más importante.
De las voluntades de ambos, gobierno y empresarios pesqueros, depende de que las cosas para el camarón mexicano marchen mejor y que no arriesguen lo avanzado, como lo han hecho hasta ahora.