Cubrebocas, ¿sí o no?
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Editorial
La pandemia del Covid-19 no ha cedido y cada día suman miles y miles de casos, no solo en México, sino alrededor del mundo, incluso en aquellos lugares donde se creía que todo estaba controlado.
Y aunque se ha buscado que las actividades vuelvan a su cotidianeidad de manera controlada, parece que eso no ha sido posible.
Basta ver cómo los fines de semana, sitios de distracción como las playas vuelven a tener niveles de afluencia similares a los que se tenían antes de la pandemia y a la gente se le olvida mantener las medidas de protección para evitar contagios.
Y el debate, como al principio, vuelve a resurgir: ¿hacer o no obligatorio el uso de cubrebocas en las actividades donde haya más gente?
En México, el Gobierno federal no ha querido implementar esta medida como una obligación, porque rechaza la idea de establecer medidas punitivas contra la población.
Sin embargo, ha insistido en recomendar su uso entre la gente, de manera voluntaria, como complemento de otras acciones, como el del distanciamiento social.
Está visto que de parte de quienes dirigen las estrategias para contener los contagios del Covid-19 en México no van a tomar una decisión que obligue a todos a usar el cubrebocas en espacios públicos.
Ante la indecisión del Gobierno y ante las condiciones por las que atraviesa el País frente a la pandemia, es momento de que en lo personal, cada uno empiece a hacerse responsable de su salud y de ser responsable frente a los demás.
El Covid-19 es real, ha provocado miles de enfermos y miles de muertos. Y urge admitirlo, porque solo de esa manera se podrá hacer conciencia del riesgo que existe de contagiarse y contagiar. No hay que esperar a que la situación se agrave, más de lo que ya está.