Carreteras inseguras
La memoria popular y el acervo documental conservan testimonios sobre bandidos y gavilleros que asolaban los caminos en busca de las riquezas que transportaban quienes transitaban por ellos.
Sin embargo, son ahora las carreteras de México en las que se padece una inseguridad creciente, donde bandas de delincuentes acechan a los viajeros para despojarlos de sus pertenencias o de sus vehículos.
Son ahora los transportistas quienes alzan la voz para hacer visible esa situación de inseguridad e incertidumbre al circular por carreteras de varios estados del país.
El 23 de enero, la Coalición de Organizaciones Unidas de Autotransporte informó que tenía pensada la realización de un paro nacional el 5 de febrero. Sin embargo, los transportistas y el Gobierno federal llegaron a un acuerdo en el que destacan mesas de diálogo para tratar temas de seguridad, una de las principales razones por las que se había convocado al paro nacional.
Aunque los choferes no detuvieron sus operaciones, que habrían llevado a un problema de abastecimiento en todo el país, sí realizaron protestas en diferentes partes de la República.
“En concreto queremos vigilancia en las carreteras y que haya acción-reacción si hay algún ilícito de un robo o algún asalto, nosotros hacemos la denuncia, pero pasa todo desapercibido”, señaló el transportista Víctor Manuel Angulo López.
Los transportistas solicitaron atención del Gobierno para atender situaciones de robos de unidades, asaltos a choferes y hasta asesinatos, aunque, por sus declaraciones, parece que su situación que semeja a transitar entre Escila y Caribdis, por un lado los delincuentes y por el otro la represión de la autoridad.
”Cuando alguna unidad de nosotros es sujeta de un ilícito tenemos problemas con los ministerios públicos para que nos entreguen las unidades y las grúas constantemente nos están extorsionando con cobros muy excedidos”, declaró Angulo López.
Una actividad esencial en el abastecimiento de alimentos, materias primas e incluso medicamentos está en peligro ante los embates de la delincuencia organizada.