Apagan
una voz
La activista de Elota, Rosario Lilián Rodríguez Barraza, buscaba a su hijo Fernando, víctima de desaparición desde octubre de 2019, ella era integrante del colectivo de buscadoras o rastreadoras de personas desaparecidas, Corazones Sin Justicia.
Ahora, después de casi tres años de búsqueda, y en más de tres horas pasó de ser víctima de desaparición, ahora es víctima de asesinato.
Caso cruel, irónico, que el asesinato ocurrió en el Día Internacional contra las Desapariciones Forzadas.
De acuerdo con los reportes de las autoridades, la activista fue privada de la libertad por un grupo armado antes de las 21:24 horas del martes, y luego fue hallada asesinada a las 23:15 horas.
El caso se vuelve todavía más indignante cuando el Vicefiscal General Dámaso Castro Zaavedra, quien confirmó que el cadáver de Rosario Lilián fue identificado por sus familiares, reveló que el cuerpo tenía huellas de haber sido atropellado.
La indignación fue generalizada, el Gobierno del Estado garantizó que se hará una investigación a fondo.
Organismos como los demás colectivos y grupos ciudadanos alzaron la voz exigiendo justicia y algunos han salido ya a las calles manifestando su repudio al asesinato.
Desde Noroeste siempre hemos tenido en cuenta la gran labor de los colectivos de rastreadoras de personas desaparecidas, quienes sostenidas por su propio dolor han hecho un movimiento que ha logrado visibilizar el problema, por lo que nos sumamos a la indignación en la exigencia de justicia.
Hacemos eco del clamor porque se resuelva pronto y de manera clara y transparente este artero crimen.