Administrar bien
En el último tramo de los últimos años, en Sinaloa no ha habido un gobierno municipal que no atraviese por problemas financieros para poder solventar los gastos de los últimos meses.
Los gobiernos se han acostumbrado a que para salir de la crisis que implica no administrar bien el recurso, haya un apoyo externo para cumplir, por lo menos, con compromisos laborales.
Y esa irregularidad, a pesar de su recurrencia, no ha podido corregirse por las instancias correspondientes. Y los municipios siguen administrando mal sus recursos.
Las proyecciones de ingresos que cada año elaboran terminan siendo menores a los compromisos de gastos que vienen arrastrando administración tras administración.
En algunos casos, las autoridades municipales empiezan a registrar retrasos en el pago de salarios a sus empleados, en otros, se retrasan en el pago a proveedores por servicios ya ejecutados y en otros más, elevan el adeudo en servicios consumidos, como el de la electricidad.
Aunque la mala administración de los recursos se ha vuelto una práctica habitual en los municipios de Sinaloa, no se ha encontrado la forma de corregir el rumbo y que los gobiernos han tomado.
Se necesita eficientar la recaudación, con el cobro de los impuestos, derechos y servicios locales, que les permita además mejorar su indicador para elevar las participaciones federales y cubrir sus necesidades.
Pero hace falta, además, un ajuste en la administración pública que permita que el personal contratado sea acorde a las responsabilidades de los municipios, pues no puede seguir creciendo una nómina mientras los ingresos siguen a la baja.
Mientras no haya un ajuste en la forma en cómo se administran los recursos públicos, las crisis financieras municipales continuarán con su ciclo en el que pronto, no habrá soluciones.