Temas leídos y muy leídos... y los no tanto, ¿por qué publicar?
Hay de temas a temas, los hay importantes, decisivos, súper leídos, y no necesariamente coinciden estas tres características.
Es decir, pocos temas noticiosos reúnen los tres factores, porque a veces los temas torales no necesariamente generan el interés de los lectores.
Siempre ha sido así, pero ahora que se puede medir la lectoría en los sitios de noticias nos salta más ese hecho, y aunque a veces puede llegar a ser frustrante, no por no ser muy leído lo vamos a dejar de destacar o incluso de publicar.
De temas recientes, para ejemplificar, podemos mencionar la problemática de los precios del maíz en Sinaloa o el asunto del Instituto Nacional de Transparencia, Acceso a la Información y Protección de Datos Personales.
Ambos, uno más local y el segundo más nacional, se han abordado de manera suficiente, amplia y completa en nuestras páginas, no solo con notas sino también en columnas de opinión y análisis, sin embargo, ninguno de los dos temas destacó o ha destacado por su nivel de lectoría, pese a ser asuntos de alto interés y afectación a una gran parte de la población.
Pasa esto también, por ejemplo, con temas legislativos, los que se generan en el Congreso del Estado o en el propio Congreso de la Unión. Que pese a ser temas de enorme trascendencia para el País, no son muy populares entre los lectores.
Esto puede pasar porque a veces son tópicos complejos y hasta aburridos, pero es ahí donde radica la aportación del medio: plantear esos temas de manera atractiva, entendible y poniéndolos en perspectiva, y eso es lo que muchas veces no logramos.
En cambio, hay temas más ligeros, menos trascendentes, pero que sí se leen mucho. Estás últimas semanas, por mencionar algunos ejemplos, está lo relacionado con el nuevo Gran Acuario Mazatlán Mar de Cortés o el Festival del Globo en Culiacán. Que ciertamente son importantes, sin embargo no decisivos para la vida pública del País, pero que registran un alto nivel de lectoría.
Dentro de todo este análisis no podemos dejar de mencionar que en estas semanas ha destacado una cobertura que, pese a ser dura, fuerte, trascendente y hasta densa, ha generado altos niveles de lectura: se trata de todo lo relacionado con la Universidad Autónoma de Sinaloa.
Tanto las publicaciones que reflejan malos manejos financieros dentro de la institución, como los señalamientos que se realizan desde el Gobierno del Estado o desde el Poder Legislativo en torno a las acciones de las autoridades universitarias generan un alto nivel de lectoría. Las respuestas de la UAS también, pero no el nivel de los señalamientos.
En fin, los medios siempre estamos luchando por la lectoría, ese es nuestro fin, ser leídos, y enfocamos todas nuestras baterías en ello, no solo diariamente, sino hora tras hora durante el día.
Sin embargo, en Noroeste tenemos claro que no siempre nuestros temas van a ser de alto raiting, pero sí de enorme influencia.
También sabemos que si solo publicáramos los temas súper leídos, pues careceríamos de profundidad o de relevancia, y no es nuestra intención.
Nuestro deber es poner sobre la mesa los temas trascendentes y hacerles ver a los lectores por qué son tan importantes y por qué deben informarse sobre eso.
No siempre lo logramos, pero lo seguimos intentando.
En su artículo “¿Cómo hacer que el periodismo de verdad le sirva a los ciudadanos?”, la Fundación Gabo resume el taller Cobertura de los retos para la cohesión social en América Latina, impartido por la maestra y miembro del Consejo Rector de la Fundación Gabo, Mónica González; el periodista chileno Daniel Matamala; y la especialista en corrupción y género y experta de EUROsociAL+, Ana Linda Solano.
En dicho taller, señala la reseña, “los expositores le apostaron a intentar responder la inquietud de cómo hacer que el periodismo de verdad le sirva a la audiencia”.
Y la primera conclusión de ese curso es un punto que ilustra lo que aquí estamos tratando de explicar, que señala que los medios profesionales debemos: “Incomodar, darle al lector lo que no quiere, pero necesita saber”.
Y explica: “Producir contenido útil, el que se necesita, no solo el que se quiere. Ir más allá de lo que le gusta a la audiencia y entregarle herramientas a través de la información diaria que les permitan forjarse un concepto claro sobre los hechos lejos de las afinidades personales”.
No es que subestimemos al lector o menospreciemos su capacidad, no, al contrario, tenemos claro que en Noroeste domina un tipo de lector exigente, puntilloso y hasta sobreinformado, pero también sabemos que hay temas que ni el propio lector sabe que necesita saber. Y ahí es donde entramos nosotros, no con soberbia ni superioridad, pero sí con la experiencia que nos dan 50 años de hacer periodismo profesional y útil.