Nuestra eterna tarea de ser incómodos
Si de algo estamos conscientes en Noroeste es que somos un medio de comunicación con influencia.
No es que seamos presumidos, ni que nos creamos superiores, somos realistas y sabemos que somos influyentes en la comunidad, pues esto va de la mano con casi 50 años de haber labrado una credibilidad y una imagen de decir la verdad.
¿Que a veces nos equivocamos? Por supuesto. Casi todos los días. Pero en general sabemos, lo tenemos claro, que lo que nosotros publicamos pesa. Pesa en la formación de la opinión pública y muchas veces influye de cierta manera incluso en las decisiones públicas.
Otra cosa que tenemos muy claro es que muchos de nuestros contenidos incomodan, hacen cuña, mueven la conciencia, provocan reacciones variadas, casi nunca son intrascendentes ni pasan sin pena ni gloria.
Esto no es para vanagloriarnos ni para sentirnos poderosos, al contrario, nos hace ser conscientes de la responsabilidad que nos toca, nos hace dimensionar cada día lo que nuestra labor significa, valorar cada texto que escribimos y publicamos, nos hace sopesar detenida y concienzudamente cada decisión editorial que tomamos.
¿A qué viene todo esto? A que cada cierto tiempo tenemos que ponerlo sobre la mesa porque muchas veces pareciera que vamos “coleccionando enemigos” en el camino.
Recibimos reclamos de manera constante, que a un periodista novato incluso pudiera incomodar, pero la mayoría de nosotros tenemos clarísimo que nuestro trabajo es ese: ser incómodos. Ser incómodos sobre todo al personaje público que le toca tomar decisiones que nos afectan a todos los ciudadanos, al funcionario que le toca decidir sobre cualquier cantidad del presupuesto público, ser incómodos al empleado de Gobierno que le llega la tentación de corromperse.
Por eso, cuando en una rueda de prensa el Gobernador se molesta por algún cuestionamiento, o en un evento público el Alcalde nos fustiga, o en redes sociales los obvios “bots” pagados desde bolsillos oficiales nos cuestionan y hasta nos agreden en los mismos comentarios de nuestras notas, para nosotros es una reafirmación de que estamos haciendo bien nuestro trabajo.
Desde principios del siglo pasado, el periodista y escritor George Orwell definió: “Periodismo es publicar lo que alguien no quiere que publiques. Todo lo demás son relaciones públicas”.
En los medios independientes como Noroeste, nuestros periodistas saben que nuestra función no es agradar al poder. Al contrario, nos preocupamos cuando no nos llegan reclamos, cuestionamientos o ataques desde algún representante del Gobierno porque eso significa que no estamos haciendo nuestra labor crítica.
Por supuesto, no criticamos por criticar ni lo tomamos personal.
Cuestionar con argumentos, señalar claramente y con pruebas lo que está mal, exigir el respeto a la legalidad y a la probidad de los funcionarios públicos es para nosotros lucha de todos los días.
Si incomoda a alguien en el poder público, bien, es que estamos haciendo el trabajo que nos corresponde.
No podemos cerrar la semana sin dejar de dar las gracias a todos nuestros lectores, suscriptores, colaboradores, anunciantes y patrocinadores que han hecho posible con nosotros el éxito del documental A qué sabe Sinaloa, cocina de nuestra gente.
El martes y miércoles pasado tuvimos las últimas dos funciones en Cinépolis, en este caso en Cinépolis Gran Plaza, de Mazatlán, con los cuatro capítulos de los chefs porteños: Héctor Peniche, Julián Portugal, Diego Becerra y Andrea Lizárraga.
El éxito no fue solo en las premieres y el ambiente que se vivió, sino en la aceptación que la docuserie ha tenido dentro de la comunidad sinaloense, no solo la gastronómica, sino en general.
En la plataforma Cinépolis Klic, ni que decir que pusimos a Sinaloa como de lo más buscado y visto en estos días en este streaming.
A qué sabe Sinaloa, que consta de ocho capítulos dedicados a ocho chefs reconocidos de nuestro estado, refleja no solo la cocina de ellos, sino su día a día, su relación con sus clientes, colaboradores y proveedores, y hasta su familia.
Pero también da un repaso a los lugares donde ellos comen, a las taquerías, cenadurías y carretas de mariscos que hacen la cocina de nuestra gente. Además de proyectar empresas alimentarias importantes que desde Sinaloa producen para México y el extranjero.
Como ya lo dijimos, en esta incursión al periodismo documental pusimos nuestra experiencia en la creación de contenidos editoriales conjuntados con nuestra labor comercial, para usar el arte del cine en las nuevas plataformas y maneras de llegar al público.
Para ser nuestra primera experiencia nos ha ido de maravilla. Y lo más importante, lo hemos hecho de la mano de ustedes, nuestros lectores y anunciantes.