Días intensos para todos; así lo enfrentamos desde el periodismo

Noroeste
15 septiembre 2024

En el periodismo, como en la mayoría de las profesiones, se viven diferentes emociones, estados de ánimo, situaciones... sin embargo, a diferencia de otros empleos u ocupaciones, creemos que en nuestro caso todo lo vivimos más intensamente.

Será porque estamos siempre en el filo de los acontecimientos, porque los vivimos de manera frenética, a como van llegando, o porque son demasiados en poco tiempo... pero es un hecho que en esta profesión se enfrentan de manera más intensa las emociones que el día a día nos va trayendo.

De más está decir que esta semana ha sido frenética, intensa, llena de adrenalina, pero también de mucho coraje, mucha frustración, y claro, mucho miedo.

Y pues sí, aquí vamos de nuevo con el asunto del tratamiento de la información relacionada con el crimen organizado. Apenas hace dos semanas abordamos el tema y le comentamos que por desgracia es un tópico recurrente para nosotros por las condiciones de nuestro estado.

Y pues con lo que está ocurriendo esta semana en Culiacán y todo el centro de Sinaloa no está de más comentar algunos puntos.

Tal vez lo más complicado de todo esto para nosotros como editores es pedir a nuestra gente que se mueva a zonas de cobertura por el riesgo que eso implica.

Por supuesto, no nos damos abasto, no alcanzamos a ir a todos los lugares y a muchos incluso decidimos no ir, por el nivel de riesgo que representan. Sin embargo, tenemos maneras de confirmar información, de conseguir material, de verificar hechos a través de varias fuentes, y es lo que hacemos: recibimos datos o tips, tratamos de verificar lo que se pueda, nos movemos a donde podemos siempre primero valorando el riesgo, o combinamos ambas cosas; verificar con fuentes y conseguir datos e ir al lugar de los hechos.

Esto es lo usual, pero el asunto de la situación actual es que los reportes que fluyen son muchos, y la inversión de tiempo en la verificación es bastante alta, pero sobre todo el detenernos un momento a valorar los riesgos. Debemos estar pero sin exponernos demasiado, y eso no es nada sencillo.

Nuestra prioridad es movernos seguros, así que en términos estrictos lo que hacemos es confirmar y sobre eso decidir movernos o no, y luego de decidir que sí nos moveremos es prioritario cotejar que la zona ya esté asegurada por las autoridades, que ya haya presencia de corporaciones.

Con todo y todo, lo más desgastante en estos días es el estar cotejando información que nos llega. A veces es sólo un “pitazo”, un detalle, y sobre eso ir discriminando una vez checado.

Nos llegan, por ejemplo, decenas de videos y lo más complicado es verificar su veracidad, ubicación y actualidad. Más que nada esto último, pues no es que el contenido sea falso pero sí puede ser de otro lugar o de otra fecha.

A veces tenemos que esperar hasta que haya una confirmación de la autoridad o nosotros poder movernos a la zona para verificar, sobre todo porque continúa el problema de que circula mucha información falsa, que al tiempo que desinforma precisa más alarma.

Por ejemplo, de lo más reciente, fue el caso de El Palmito, en la sierra de Concordia, que publicamos este sábado el ejemplar impreso, y desde la noche del viernes en el sitio web, con la confirmación de que había ocurrido un enfrentamiento entre civiles armados el jueves con un saldo de cinco muertos.

El asunto es que desde poco después de ocurrido el suceso, el mismo jueves, nos llegó información del hecho y hasta imágenes que supuestamente eran de las víctimas asesinadas.

Pero no podíamos publicarlo en tanto no hubiera una confirmación con una fuente confiable o una fuente oficial.

Es decir, teníamos los datos y la presunción, pero ni podíamos acudir a verificar ni teníamos confirmación, así que tuvimos que esperar a tener algo más en firme para publicarlo. Y tardamos más de 24 horas en ello.

Así de desesperante y frustrante la toma de decisiones en estos días aciagos.

No podemos cerrar esta parte del artículo sin hacer notar que no sólo nuestros periodistas son quienes se exponen, no, también está una red de personas que se mueven durante la madrugada, en auto o en moto, para que el ejemplar impreso de Noroeste pueda llegar hasta la casa de nuestros suscriptores.

Se trata de nuestros repartidores, quienes se exponen al andar a esas horas en la calle, cuando la situación está tan delicada y cuando tantos otros se mueven en motocicleta para servir a los grupos delictivos.

Así que sí, nuestro personal de Distribución y Reparto son como quien dice nuestra primera línea en la calle, porque se mueven solos y a altas horas de la noche en una ciudad que, como Culiacán, no ofrece garantía alguna de seguridad... pero firmes continúan cumpliendo su función de entregar nuestros ejemplares. Gracias por ello.

Finalmente, comentarle que las circunstancias no nos permitieron festejar en Culiacán nuestro aniversario 51, como lo teníamos previsto para el lunes pasado.

Tuvimos que suspenderlo por lo pronto y esperemos poder reprogramarlo en breve, cuando la situación esté más controlada.

Pero sí lo hicimos en Mazatlán, donde nos dio mucho gusto saludar lectores y de hecho una suscriptora de décadas, así como antiguos colaboradores.

Siempre es un honor compartir con quienes nos leen. Esperemos pronto poder hacerlo en Culiacán, más que por nosotros, porque eso significaría que la situación de seguridad por fin ha mejorado.

-

contacto@noroeste.com

Suscríbete:www.noroeste.com.mx/premium