Decisiones editoriales, ante el hartazgo por la violencia

Noroeste
13 octubre 2024

Desde hace ya varios días, cuando hacemos la edición, sobre todo la del ejemplar impreso, nos sentimos un tanto hastiados, pues, como usted y muchos ciudadanos de Sinaloa, estamos hartos de la violencia.

Se ha cumplido ya un mes de esta que es la racha violenta más fuerte que hemos enfrentado en la entidad en los últimos años.

Y contrario a lo que mucha gente cree: no, a los periodistas no nos gusta la información de violencia, no disfrutamos llenar nuestras páginas y nuestras plataformas con notas de muerte y de ataques a balazos, mucho menos de desaparición de personas.

Ante el paso de los días, cuando por las noches tomamos la decisión de qué llevar en la portada del periódico impreso, hemos tenido que ir moviendo no la realidad pero sí un tanto la percepción, pues al principio lo más noticioso eran los hechos de alto impacto por sí solos, sobre todo para prevenir, luego tuvimos que empezar a contar hechos y víctimas para poner en perspectiva la situación, posteriormente resúmenes de los saldos para reflejar una realidad casi de locura por su saldo violento, pero en los últimos días hemos querido reflejar lo que se está haciendo y proponiendo en acciones para tratar de solventar y contener la racha de violencia.

No es para menos que nos escribiera un lector esta semana vía correo electrónico:

“La primera página del periódico se ha convertido en la vieja revista de Alarma, utilizando un lenguaje barato pero pegajoso, para algunos sectores que hojean la prensa. Si no hay muertes en un día, resaltan los de la semana. Han convertido a los delincuentes en mito y lectura obligatoria, y a la justicia y sus representantes, en el hazmerreír”, nos escribió Ramón Medina.

Súper respetable y atinada opinión de un lector seguramente asiduo de nuestro periódico. Y lo agradecemos siempre, porque un lector que se toma el tiempo para escribirnos es un lector comprometido con su comunidad y muy valioso para nosotros.

Y bueno, tal vez no tan extremo, pero sí, antes de que él nos lo dijera ya lo pensábamos, ya lo percibíamos y lo sentíamos: estamos hartos de ver nuestras páginas llenas de violencia.

Realmente quisiéramos poder llenar nuestras páginas y plataformas de información positiva, de notas de nuestra vida en comunidad, de reuniones y festejos...

Extrañamos cuando podíamos poner en portada de foco gráfico los eventos culturales o deportivos de nuestras ciudades.

Anhelamos eso como no se puede imaginar... pero no podemos ocultar la realidad, tenemos que hacer recuentos de los hechos violentos... tenemos que echarle en cara esta situación a nuestras autoridades de todos los niveles, a nuestras corporaciones, a los grupos criminales y por qué no, a nosotros mismos como sociedad.

En fin, así como hemos ido rotando en los últimos días, así seguiremos. Las decisiones, sobre todo de nuestra portada, no las tomamos al vapor ni por sensacionalismo.

De hecho, usted lo sabe, porque lo hemos dicho en este y otros espacios en múltiples ocasiones, tenemos criterios que creamos e instauramos entre 2010 y 2011, precisamente en una de las grandes escisiones del Cártel de Sinaloa, que nos puso en difíciles circunstancias similares a las actuales.

Los titulamos Responsabilidad frente a la violencia: Cobertura y publicación responsable de la información relacionada con inseguridad y delincuencia organizada.

Y la exposición de motivos de este entonces cuadra perfecto con la actualidad: “La situación inédita que se vive en el País, en el estado y la región en cuanto a la escalada de violencia, obliga a reforzar la responsabilidad de nuestras publicaciones.

“Día a día, en nuestras decisiones editoriales nos enfrentamos a nuevos y difíciles dilemas.

“En Noroeste lo tenemos claro: la violencia existe, tenemos que decirlo, la autocensura no es la decisión acertada para una publicación responsable, no se puede evadir la responsabilidad periodística, pero ésta tampoco puede ser un escudo para publicar irresponsablemente información que haga apología de la violencia o fomente la ilegalidad”.

Declaramos en ese documento 19 criterios específicos que aún ahora seguimos al pie de la letra.

Y concluimos esa publicación con un mensaje dirigido a nuestros lectores:

“La violencia en nuestra comunidad, nuestro estado, nuestro país ha crecido y su reflejo en nuestras páginas es inevitable. Dejar de decirlo sólo evita la comprensión de su significado y de su alcance. Por eso nuestro compromiso de publicación es el fomento absoluto a la cultura de la legalidad, a los valores y a la prevención”.

Aún así, con los paralelismos respectivos, tenemos claro que los contextos de ese entonces y el de ahora son diferentes, los sinaloenses somos diferentes, para bien o para mal, hemos evolucionado, los medios al alcance son distintos y la forma como nos exponemos a ellos y a su información también lo son.

Pero lo que no cambia es nuestra indignación y nuestro firme propósito de enfrentar esta y otras situaciones similares con el mismo profesionalismo y ética que lo hemos hecho.

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