Sin los GPS, la situación de violencia y asaltos estaría peor, denuncian transportistas
La Asociación Mexicana de Empresas de Seguridad Privada e Industria Satelital señala que no hay suficientes elementos de la Guardia Nacional para abarcar todas las carreteras del País
El sector del transporte público y de carga en México pide auxilio: transportistas realizaron bloqueos en diversos puntos del país el lunes pasado, a pesar de que el gobierno federal aseguró durante el fin de semana que había logrado un acuerdo con representantes de organizaciones para no realizar el paro nacional que estaba previsto para el 5 de febrero.
Las protestas tuvieron lugar luego de que tres personas murieran y una más resultara herida en hechos diferentes cuando hombres armados atacaron cuatro unidades del transporte público en Chilpancingo, Guerrero, entre ellas un taxi al que prendieron fuego.
Se trata tan solo de una muestra, de uno de los muchos eventos violentos que está golpeando a un sector que ha visto cómo en 2023 los robos, asaltos y agresiones, sumaron más de 9 mil 100 casos en 2023; un promedio de 765 al mes, 25 diarios, y un alza del 4 por ciento en comparación con 2022, según datos oficiales del Sistema Nacional de Seguridad Pública.
Ante este contexto, líderes transportistas de carga e integrantes de sectores relacionados con el transporte, como de las aseguradoras, seguridad e instalación de aparatos satelitales, llevan meses levantando la voz pidiendo auxilio a las autoridades y reclamando más presencia de elementos de la Guardia Nacional en las vías del país. Incluso, desde el pasado 1 de febrero solicitaron mediante una carta dirigida al presidente López Obrador una reunión urgente para tratar la problemática.
“Los aparatos satelitales, los GPS, nos ayudan a prevenir el delito, y sin eso, la situación sería todavía mucho peor. Pero se necesita mucho la ayuda de la autoridad, pues la situación de robos, asaltos y de violencia contra el transporte no se va a detener ni con toda la tecnología del mundo”, advirtió Ricardo Bustamente, presidente de la Asociación Mexicana de Empresas de Seguridad Privada e Industria Satelital (AMESIS).
En entrevista con Animal Político, Bustamante recalcó que “no hay suficientes elementos de la Guardia Nacional para abarcar todas las carreteras del país, ni para atender cuando suceden dos o tres eventos en una misma vía, y eso hace que la situación se esté saliendo de control”.
En concreto, el presidente de la AMESIS dijo que tienen ubicados múltiples focos rojos de violencia contra el transporte de todo tipo en el país, como la autopista federal México-Querétaro, “que se ha convertido en una de las más robadas”, la autopista Arco Norte rumbo a Puebla, donde apenas el pasado 2 de febrero un grupo armado asaltó a un tráiler que transportaba medicamentos, la autopista Querétaro-Celaya, o diversas carreteras de San Luis Potosí, que ya acumula el 5% de todos los asaltos en vías a nivel nacional, “que es una incidencia ya muy alta”.
En Michoacán, agregó Bustamente, la situación de robos al transporte ha vuelto a despuntar tras unos años de tregua, mientras que Puebla, que acumula 22 por ciento de la incidencia de robos a nivel nacional, y Estado de México, con el 28 por ciento, son las entidades más peligrosas para transitar.
“Aunque lo que ya estamos viendo es que te pueden asaltar en cualquier carretera del país”, subrayó el presidente de la AMESIS, que también resaltó que si bien años atrás los robos y asaltos se concentraban en determinadas franjas horarias –en 2019, Animal Político publicó que la franja que va de la medianoche a las 2 de la madrugada era la más ‘utilizada’ por los asaltantes para robos a transporte de carga y de pasajeros–, “ahora ya te pueden asaltar a plena luz del día”.
Por otra parte, la AMESIS tiene identificado que en los robos al transporte están participando tanto la delincuencia común, como el crimen organizado, que ‘copta’ a los choferes de las unidades por medio de amenazas, agresiones, o mediante el pago de dinero.
“Los operadores son parte fundamental en esta cadena”, hizo hincapié.
Por ello, Bustamante señaló que ya sacaron una aplicación para que los operadores no puedan ver la ‘carta-porte’ donde se especifica la mercancía que transportan y las rutas, y con eso se trate de reducir el riesgo de que los choferes, bien de manera voluntaria o involuntaria, por amenazas, pasen esa información a la delincuencia organizada que tiene la mira puesta en el robo de diferentes productos e insumos.
Sobre las mercancías más robadas, en septiembre del año pasado, la Asociación Nacional de Transporte Privado (ANTP) publicó un informe con datos del Sistema Nacional de Seguridad Pública y de la Fiscalía General de la República en el que se apuntó que los principales robos fueron de productos farmacéuticos, cartón, calzado y textiles, entre otros (84 por ciento), seguido de alimentos (10 por ciento), materiales de construcción (3.43 por ciento), y de refacciones y productos automotrices (2 por ciento).
Además de la aplicación, la AMESIS está planteando que las autoridades mexicanas instalen “paradores seguros” en ciertas zonas y rutas terrestres del país, donde el operador pueda descansar y evitar accidentes, y también dejar a buen recaudo la mercancía que estaría custodiada por elementos de seguridad.
Actualmente, Bustamente explicó que otras medidas que se acordaron con las autoridades, como que patrullas de la Guardia Nacional escolten a convoyes de 30 o 50 camionetas, “no han funcionado”.
“El problema es que se concentraban los camiones en un punto determinado, pero tenían que esperar horas para salir todos juntos, y perdían mucho tiempo y eso hacía que no llegaran a tiempo las mercancías, o que se echaran a perder si eran productos perecederos”.
Y lo mismo sucede, dijo, con los convoyes que empresas privadas organizan de manera interna para transitar por determinados puntos, pues si no hay una buena coordinación y logística las entregas se retrasan y esto ocasiona también posibles pérdidas económicas.
No solo al transporte de carga
La actual situación de violencia en las carreteras no solo está afectando al transporte de carga en vías federales. También se están produciendo múltiples sucesos en las carreteras de los municipios y de las ciudades. Al mencionado suceso de Chilpancingo de ayer lunes, donde tres personas murieron y una más resultó herida tras un asalto a transporte público, se suman otras situaciones como la vivida, por ejemplo, en Acapulco, también en el estado de Guerrero.
El pasado mes de enero, y luego de cinco días de unidades incendiadas y amenazas de presuntos grupos delincuenciales, el transporte público del puerto acapulqueño dejó de dar servicios en algunas rutas, provocando un caos en la ciudad.
Transportistas contaron a Amapola Periodismo que a través de mensajes de texto un presunto grupo criminal exigía pagos mensuales o sus unidades serían incendiadas, tal y como sucedió.
Mientras que el 31 de enero, la violencia paralizó el turismo y también el transporte público en Taxco, también en Guerrero. En la avenida Plateros no había ningún servicio público que llevara a las personas a la central de autobuses Estrella de Oro, la única que tiene viajes a Chilpancingo, la capital guerrerense. La crisis del transporte en esta ciudad comenzó el sábado 20 de enero, luego de que hombres armados interceptaron y atacaron a balazos a un conductor de una camioneta tipo Van de transporte público, detrás del exconvento, cerca del centro.