Presunto guardaespaldas de ‘El Mayo’ fue funcionario en la Fiscalía General del Estado
En la carta difundida por su abogado, Zambada García señala que al ser detenido era acompañado por cuatro guardias y uno de ellos lo identifica como comandante de la Policía de Sinaloa
Ismael “El Mayo” Zambada García reveló que José Rosario Heras López, funcionario de la Fiscalía del Estado de Sinaloa, era su guardaespaldas.
En una declaración por escrito que Zambada García rindió a través de su abogado, establece que Heras López le acompañaba al momento de su presunto rapto que resultó en su detención en Estados Unidos.
“El 25 de julio, fui al rancho y centro de eventos llamado Huertos del Pedregal en las afueras de Culiacán donde se llevaría a cabo la reunión. La reunión estaba prevista para las 11:00 horas y llegué un poco temprano. Vi una gran cantidad de hombres armados con uniformes militares verdes que supuse eran pistoleros de Joaquín Guzmán y sus hermanos”, dice la misiva.
“Me acompañaban cuatro agentes de seguridad, de los cuales dos permanecían fuera del perímetro. Los dos que entraron conmigo fueron José Rosario Heras López, comandante de la Policía Judicial del Estado de Sinaloa, y Rodolfo Cháidez, miembro de mi equipo de seguridad desde hace mucho tiempo”.
En la Plataforma Nacional de Transparencia, consultada por Noroeste, aparece Heras López y lo señala adscrito en 2017 a la Fiscalía General del Estado de Sinaloa, específicamente al departamento de Ejecución de Órdenes de Aprehensión de la Policía de Investigación del Estado.
No aparece registro actualizado de que siguiera en funciones actualmente.
La mañana de este sábado 10 de agosto se hizo pública una declaración por escrito de Zambada García en la que se señala que el 25 de julio, cuando lo detuvieron, acudió a una reunión con Joaquín Guzmán López, hijo de Joaquín Guzmán Loera “El Chapo”, presuntamente para tratar el asunto legal que enfrentaban autoridades de la Universidad Autónoma de Sinaloa.
Asegura que le dijeron que en la reunión asistirían el Gobernador Rubén Rocha Moya y Héctor Melesio Cuén Ojeda, pero precisa que sólo vio y saludó a éste último, quien luego sería asesinado ese mismo día.