ONG’s denuncian enorme derrame de crudo en Golfo de México
El derrame se extendía aproximadamente 400 kilómetros cuadrados al 12 de julio, más del doble del área que ocupa la ciudad de Guadalajara
Un grupo de organizaciones gubernamentales alertaron respecto a un derrame de hidrocarburos en el Golfo de México, en la misma zona en la que el día 7 del mismo mes y año se registró un incendio en la plataforma Nohoch-A, de Petróleos Mexicanos (PEMEX), en la Sonda de Campeche.
El Campo Nohoch-A es uno de los yacimientos de petróleo que constituyen el Complejo Cantarell. Se encuentra a 80 kilómetros al noroeste del municipio de Ciudad del Carmen, en el estado de Campeche.
Según lo detalló Octavio Romero Oropeza, director general de la empresa paraestatal, en dicho accidente fallecieron dos trabajadores de la empresa Cotemar, contratista que presta sus servicios de mantenimiento a PEMEX para la citada plataforma.
Asimismo, cinco colaboradores de Cotemar resultaron lesionados, pero su estado de salud se reportaba como estable. Además, un trabajador de la empresa privada se encontraba desaparecido.
Según el director general de PEMEX, con la explosión se dejaron de producir 700 mil barriles de crudo. Sin embargo, horas más tarde ya se había recuperado la producción de 600 mil barriles, quedando pendientes 100 mil barriles.
En el más reciente derrame, imágenes satelitales difundidas por las ONG’s registraron un derrame de crudo de otra de las plataformas de la zona, y permiten suponer que el derrame inició alrededor del 4 julio de 2023, pero para el día 12 del mismo mes y año, ya se había extendido alrededor de 400 kilómetros cuadrados (km²).
“A pesar de la considerable extensión del derrame, que al 12 de julio se extendía aproximadamente 400 kilómetros cuadrados -más del doble del área que ocupa la ciudad de Guadalajara-, las autoridades no han dado aviso alguno sobre las causas y consecuencias del mismo”, dijeron las organizaciones no gubernamentales.
“La completa opacidad con la que se ha manejado este derrame resulta preocupante frente a la posibilidad de que sea una muestra de otros incidentes similares que pasan sin ser cuantificados y sin registro de atención. Una revisión de la misma zona en el mes de junio permitió identificar otro derrame con una extensión aproximada de 270 kilómetros cuadrados”, detallaron las ONG’s.
Según las organizaciones no gubernamentales, durante los últimos dos años se habían registrado un aumento de 152 por ciento en la frecuencia de “accidentes” de PEMEX. Mientras que el último derrame, al igual que el incendio del 7 de julio de 2023, eran siniestros inherentes a la extracción y manejo de combustibles fósiles.
“La industria fósil pretende normalizar el sacrificio de personas y territorios como accidentes producto del error humano, cuando en realidad se trata de una característica propia de un modelo que externaliza los costos de los desastres asociados a su operación, siendo el mayor desastre la crisis climática de la cual la industria fósil es responsable en 70 por ciento”, enfatizaron las ONG’s.
Las organizaciones no gubernamentales también refirieron que entre 2020 y 2022, la gravedad de los siniestros de la paraestatal ha aumentado en 126 por ciento, mientras que el presupuesto destinado al mantenimiento de instalaciones se ha reducido en 49 por ciento, lo que ha provocado “una bomba de tiempo” que se traduce constantemente en víctimas mortales, no de accidentes casuales, “sino de condiciones laborales precarias, sin que exista la voluntad de la industria para solucionarlo”.
Las organizaciones no gubernamentales que suscribieron el comunicado expresaron también su solidaridad con las familias de los trabajadores fallecidos y heridos del incendio del 7 de julio de 2023.
“La completa opacidad con la que se ha manejado este derrame resulta preocupante frente a la posibilidad de que sea una muestra de otros incidentes similares que pasan sin ser cuantificados y sin registro de atención”, señalaron las organizaciones no gubernamentales en un comunicado.
“México no puede y no debe seguir apostando por un modelo basado en la explotación y el sacrificio de poblaciones y territorios. La crisis climática nos exige un cambio drástico de paradigma de energía, orientando los recursos a la generación de energía renovable de forma justa”, denunciaron las ONG’s.
“Es urgente comenzar a instrumentar un proceso de transición energética que conlleve la sustitución del modelo fósil y el inicio de un camino con el objetivo indiscutible del decrecimiento en la producción y el consumo a fin de evitar situaciones de crisis”, agregaron las organizaciones no gubernamentales.
Las ONG’s insistieron en que “la emergencia climática, la precariedad de la industria y la irresponsable apuesta por este modelo fósil es garantía de que PEMEX, la [Comisión Federal de Electricidad] CFE y las empresas privadas, como TC Energy, que operan con combustibles fósiles en nuestro país, volverán a ser noticia con un nuevo derrame, explosión o fuga en un futuro próximo, amenazando siempre nuestro presente y futuro”.
Las organizaciones que firmaron el comunicado fueron: Alianza Mexicana contra el Fracking; CartoCrítica; Centro de Derechos Humanos de los pueblos del Sur de Veracruz “Bety Cariño” A.C.; Centro de Investigación y Capacitación Rural; Centro Mexicano de Derecho Ambiental (CEMDA), Comité Ecológico Integral, Conexiones Climáticas; CORASON defensa del territorio Huasteca Totonacapan; #EsGasFósil.
Además de Fundación Ambiente y Recursos Naturales (FARN); GDL en Bici Movilidad Sustentable A.C., Greenpeace México A.C; Iniciativa Climática de México (ICM), Leave it in the Ground Initiative; Nuestro Futuro A.C.; Observatorio de Sismicidad Inducida; Observatorio Mexicano de Emisiones de Metano; Observatorio Petrolero Sur de Argentina, Organización Familia Pasta de Conchos; Padres por el Futuro Monterrey; Planeteando; Programa de Movilidad Urbana Sustentable; COINCIDE/ITESO.