México: tres diferentes titulares del medio ambiente en menos de dos años

Mongabay
07 septiembre 2020

"Los constantes cambios en Semarnat son una muestra más de que el tema ambiental no es prioridad en el actual gobierno de México, señalan especialistas que trabajan en la defensa de los derechos ambientales, en la agenda climática, en la conservación de bosques, áreas naturales y especies en riesgo"

María Luisa Albores, la nueva titular de la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat), llega a una dependencia sin presupuesto y que debe atender la “emergencia ambiental” que vive el país, de acuerdo al diagnóstico que realizó su antecesor, de acuerdo con el portal Mongabay Latam, especializado en periodismo ambiental. 

Víctor Manuel Toledo aseguró que dejó la dependencia por problemas de salud. Su salida se da después de que se hicieron públicas sus diferencias con otros miembros del gabinete.

Los constantes cambios en Semarnat son una muestra más de que el tema ambiental no es prioridad en el actual gobierno de México, señalan especialistas que trabajan en la defensa de los derechos ambientales, en la agenda climática, en la conservación de bosques, áreas naturales y especies en riesgo.

En menos de dos años, el sector ambiental en México no solo ha enfrentado los mayores recortes a su presupuesto, también ha visto cómo llegan y se van los titulares de la Secretaría del Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat). Es la secretaría de Estado que más cambios ha tenido durante el gobierno de Andrés Manuel López Obrador: desde diciembre de 2018, tres diferentes personas han estado al frente de la dependencia.

El 31 de agosto, el biólogo y doctor en ciencias Víctor Toledo Manzur presentó su renuncia como titular de la Semarnat, cargo al que llegó en mayo de 2019, cuando sustituyó a Josefa González Blanco, quien solo duró poco menos de seis meses como secretaria de Medio Ambiente.

Este 2 de septiembre, en un mensaje difundido a través de un video, el presidente Andrés Manuel López Obrador informó que la nueva titular de la Semarnat será la ingeniera agrónoma María Luisa Albores, quien estaba al frente de la Secretaría de Bienestar y de Sembrando Vida, uno de los programas sociales más importantes del gobierno de López Obrador.

 

Una salida anunciada

El presidente Andrés Manuel López Obrador enfatizó que Víctor Toledo Manzur dejaba el servicio público por motivos de salud. En el mismo video, en donde se hizo oficial su salida de la Semarnat, Víctor Toledo Manzur recalcó que la decisión de dejar la secretaría está “exenta de toda implicación política”. Sin embargo, su renuncia a la dependencia se presenta después de que, el 5 de agosto pasado, se filtró a la prensa un audio en el que se le escucha decir que la 4T —término que se refiere a la cuarta trasformación, como López Obrador define a su gobierno— “está llena de contradicciones”.

En el audio, Toledo Manzur muestra sus diferencias con varios miembros del gabinete, entre ellos secretarios de Estado, a quienes señala de favorecer los agronegocios y la minería, además de estar en contra de la agroecología y la transición energética.

“Estamos haciendo un esfuerzo desde Semarnat —se oye decir a Toledo Manzur en el audio—, pero no estamos en un gobierno totalmente del lado nuestro, adentro hay contradicciones muy fuertes y yo, la verdad, es que (lo) veo muy difícil. No debemos idealizar la 4T… es un gobierno de contradicciones brutal y toda nuestra visión… no está para nada en el resto del gabinete y me temo que tampoco está en la cabeza del Presidente”.

En el video con el que se hizo oficial su salida de Semarnat, Toledo Manzur menciona que regresará a sus actividades como investigador del Instituto de Ecología de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).

Y aprovechó el momento para anunciar que en los próximos días se publicará un decreto sobre la prohibición del maíz transgénico y, en forma gradual, del glifosato. El hoy ex secretario buscó prohibir el uso de este herbicida en México; incluso, en noviembre de 2019 se detuvieron las importaciones del producto; eso lo enfrentó con otros miembros del gabinete y con el sector agroindustrial.

El jueves 3 de septiembre, el diario La Jornada publicó que una semana antes del cambio de titular en la Semarnat, Toledo Manzur comunicó a su equipo que desconocidos entraron a su casa de Morelia, Michoacán, y vaciaron glifosato en la azotea. En una entrevista con Aristegui Noticias, la ecóloga Patria Moguel —esposa de Toledo— precisó que sí encontraron polvo en uno de los techos.

Gustavo Sánchez Valle, presidente de la Red Mexicana de Organizaciones Campesinas Forestales (Red Mocaf), resalta que la renuncia de Toledo Manzur fortalece la posición de la agroindustria que busca seguir con la inercia de seguir usando un paquete tecnológico que no necesariamente es bondadoso con el medio ambiente.

 

Llegar a una secretaría con recursos mínimos

La nueva secretaria de Medio Ambiente y Recursos Naturales, María Luisa Albores, es originaria de Ocosingo, Chiapas. Tiene una maestría en pedagogía del sujeto y práctica educativa por el Centro de Estudios para el Desarrollo Rural (CESDR).

Durante más de 10 años formó parte de la Unión de Cooperativas Tosepan, organización que lleva varios años luchando en contra de la instalación de hidroeléctricas y minas en la Sierra Norte de Puebla.

María Luisa Albores llega a encabezar a un sector ambiental que, desde el sexenio pasado, sufre de una continua disminución de su presupuesto; recortes que se han agravado durante la llamada cuarta transformación.

En 2019, el primer año de gobierno de López Obrador, al sector ambiental se le destinaron poco más de 31 mil millones de pesos (alrededor de 1400 millones de dólares); cantidad que representó seis mil millones (275 millones de dólares) menos respecto a 2018.

En 2020, pese a que el entonces secretario señaló —en octubre de 2019— que era necesario declarar una “emergencia ambiental” en el país, se redujo aún más el presupuesto para el sector: se aprobaron 29 mil millones (mil 330 millones de dólares), lo cual equivale casi a la misma cantidad que el gobierno federal destinó a Sembrando Vida, programa social que consiste en otorgar un apoyo económico mensual a quienes realicen plantaciones de árboles frutales y maderables.

Además, por la crisis económica que llegó de la mano de la pandemia por el Covid-19, todas las dependencias del gobierno federal sufrieron ajustes a su presupuesto.

En el caso del sector ambiental eso llevó a que disminuyera la plantilla de personal y que se recortaran programas. Para ambientalistas y miembros de organizaciones civiles que trabajan en el tema, al sector se le ha debilitado y enfrenta un desmantelamiento.

Una muestra de ello es que la subsecretaría de gestión ambiental no tiene titular desde hace poco más de un año y la Procuraduría Federal de Protección al Ambiente (Profepa) ya no cuenta con delegados en cada uno de los estados; ahora solo tiene encargados de despacho.

Para Gustavo Alanis, director del Centro Mexicano de Derecho Ambiental (CEMDA), cualquier persona que esté al frente de la Semarnat “se va a enfrentar con muchos obstáculos, si realmente quiere empujar los temas ambientales. El tema es que todo lo que tiene que ver con medio ambiente y recursos naturales no está dentro de las prioridades del presidente”.

Alanis sustenta su afirmación con varios ejemplos: la nueva Refinería de Dos Bocas se construye en una zona donde antes había manglares, sin que existiera una autorización de cambio de uso de suelo ni de impacto ambiental; se ha dado marcha atrás al impulso de las energías renovables; no se ha avanzado en las acciones para combatir el cambio climático; se impulsa la construcción del Tren Maya, sin que exista aún una Manifestación de Impacto Ambiental integral de todo el proyecto. Además, se realiza una campaña en contra de las organizaciones de la sociedad civil dedicadas a la defensa del medio ambiente.

El director de CEMDA señala que una de las primeras acciones que deberá realizar la nueva secretaria del Medio Ambiente será buscar que el sector ambiental tenga un mayor presupuesto, porque “con esa pobreza presupuestal es imposible hacer algo”.

 

Crisis ambiental sin atender

El doctor Rodrigo Medellín, investigador del Instituto de Ecología de la UNAM y quien fue Director General de Vida Silvestre en la Semarnat a mediados de la década de los noventa, destaca que cuando comenzó el gobierno de López Obrador había “mucha esperanza de que no se lastimara aún más el medio ambiente del país; ya estaba muy lastimado”. Esa esperanza que se tenía, lamenta, se ha ido apagando.

Medellín forma parte del Consejo Nacional de Áreas Naturales Protegidas, un órgano asesor de la Semarnat y de la Comisión Nacional de Áreas Naturales Protegidas (Conanp). En las reuniones que los integrantes del consejo han tenido con los funcionarios del sector ambiental se ha denunciado los problemas que enfrentan varias áreas naturales protegidas del país, entre ellas la Selva Lacandona, “el bastión más importante de selva en México”, donde la presencia de grupos del crimen organizado es cada vez más evidente.

“Desde febrero nos dijeron que iban a atender el problema, que iban a tomar cartas en el asunto. Pero no han hecho absolutamente nada”, reclama Medellín.

El investigador de la UNAM reconoce que durante la gestión de Víctor Toledo se detuvo la entrada de las mineras a las áreas naturales protegidas. Sin embargo, también señala que no se han atendido temas vitales como es la protección a la vida silvestre y las áreas naturales.

Medellín recuerda el caso de la vaquita marina, cetáceo endémico del Golfo de California que está a un paso de ser historia: “Décadas de corrupción y de malos manejos han llevado a la vaquita marina a la extinción, pero la 4T le está dando la puntilla, porque no se ha realizado ninguna acción para evitar que desaparezca. Eso es solo un indicador del desamparo y la falta de protección en que está la vida silvestre. La aplicación de la ley ambiental brilla por su ausencia”.

Para Gustavo Alanís, del CEMDA, la nueva titular de la Semarnat tendrá ante sí varios retos, entre ellos hacer que se respeten las leyes ambientales, que México cumpla con sus compromisos internacionales en temas como cambio climático y detener el avance de la deforestación que afecta a varias regiones del país.

Tan solo en 2019, México fue uno de los diez países que más bosques primarios perdieron durante ese año, de acuerdo con un estudio realizado por la Universidad de Maryland y publicado por Global Forest Watch.

Para Gustavo Sánchez Valle, presidente de la Red Mexicana de Organizaciones Campesinas ForestalesRed Mocaf, el desafío que tiene ante sí la nueva secretaría de medio ambiente es enorme, sobre todo cuando en los casi dos años de la administración de López Obrador se ha mostrado que “la agenda ambiental no es prioritaria para la 4T”.

Al igual que Rodrigo Medellín, Sánchez Valle recuerda que durante la campaña de López Obrador a la presidencia se dieron señales que llevaron a pensar que podrían darse cambios importantes en la política ambiental.

“Con varias organizaciones de la sociedad civil se trabajó un documento que se asumía como una especie de programa para el sector ambiental. Sin embargo, poco de eso se ha retomado o se ha retomado de manera sesgada”.

Uno de los puntos que incluía ese documento era el trabajar con la sociedad civil e impulsar la participación ciudadana. En los hechos, lo que ha sucedido, es que se ha “satanizado a las organizaciones de la sociedad civil”, señala el presidente de la Red Mocaf.

Además, menciona Sánchez Valle, la disminución del presupuesto al sector ambiental y, en especial, a la Comisión Nacional Forestal (Conafor), ha llevado a que no se fortalezca el sector forestal.

Sánchez Valle recuerda que el gobierno de López Obrador se comprometió a abordar el tema del tala clandestina y el comercio ilegal de madera, “pero se ha visto muy pocas acciones al respecto”. Al no atender esta problemática, “la señales que se están mandando para el manejo sustentable de los bosques no son alentadoras”.

 

El olvido de la agenda climática

El mismo día que María Luisa Albores llegó a la Semarnat, quince jóvenes originarios de Baja California —en colaboración con abogados de la organización Defensa Ambiental del Noroeste— presentaron una demanda de amparo contra el gobierno de México para exigir que se cumpla la Ley General de Cambio Climático y se realicen acciones concretas para disminuir las emisiones de gases de efecto invernadero.

Hasta fines de agosto, la Semarnat no había dado a conocer la actualización de los NDC (Contribuciones Determinadas a Nivel Nacional), que son los compromisos del país para cumplir con el Acuerdo de París, el cual busca reducir las emisiones de gases de efecto invernadero.

Adrián Fernández Bremauntz, doctor en ciencias y director ejecutivo de la organización Iniciativa Climática de México, coincide con otros especialistas en que la agenda ambiental no es una prioridad para el gobierno de López Obrador, “mucho menos la agenda climática; son agendas que desconoce. Los temas ambientales y climáticos demandan conocimiento y entendimiento. Cuando no se tiene ese conocimiento, se mira a estos temas como asuntos innecesarios, como gastos y no como inversiones”.

Para Fernández, el desconocimiento también “impide que se formulen políticas públicas que permitan hacer compatibles el proyecto político y social del presidente, con una verdadera protección ambiental y la obtención de beneficios sociales y económicos. No se puede gobernar solo con buenas intenciones y con un desprecio al conocimiento”.

El director de Iniciativa Climática de México destaca que ante este panorama, la nueva titular de la Semarnat tendrá entre sus desafíos enfrentar la política energética de la 4T, que ignora los compromisos que el país tiene a nivel internacional respecto al cambio climático. Entre esos compromisos está cumplir con los Acuerdos de París.

Fernández enfatiza lo que otros especialistas también señalan: Si el gobierno de López Obrador tomara la agenda ambiental como una prioridad traería beneficios para su agenda social. Su política social no tendrá el efecto que se espera si no se trabaja en la protección de los recursos naturales y se atiende la agenda climática.