Médicos reportaron desde noviembre fallas en servicios de anestesia en el IMSS
Autoridades ignoran el problema pese los riesgos para la vida de los pacientes
Pese a que lo han reportado en diversas ocasiones, anestesiólogos que trabajan en hospitales de segundo y tercer nivel del Instituto Mexicano del Seguro Social siguen enfrentando complicaciones, retrasos y cancelaciones en cirugías por el incumplimiento de la empresa ganadora de la licitación para proveer servicios integrales de anestesiología de 2023 a 2025 en al menos 30 de sus unidades médicas.
La empresa CBH+ Especialistas en Innovación Médica modificó en 2021 su objeto social para competir en una licitación que le permitió obtener 14 contratos por más de mil 500 millones de pesos para proveer ese servicio a partir del 7 de noviembre de 2023. Sin embargo, respuestas a solicitudes de información pública, documentos generados por el propio IMSS y testimonios de anestesiólogos evidencian incumplimiento, retraso y faltantes en la provisión del servicio.
Ante ello, los médicos encargados del proceso de anestesia de los derechohabientes del Instituto, desde procedimientos de mínima invasión hasta cirugías mayores, han y siguen enfrentado diversas complicaciones.
“Lo hemos reportado muchas veces, y no se ha corregido. Nos dicen que lo hagamos por escrito, que hagamos nuestro reporte con el nombre del paciente, que para el IMSS hay una página donde se reportan los casos”, lamenta una anestesióloga que prefirió conservar su anonimato.
¿Qué necesitan los médicos para un proceso de anestesia seguro a pacientes del IMSS?
Ella asegura que no se han modificado las fallas, e incluso las máquinas se han apagado durante el proceso anestésico. Sin embargo, ese instrumento no es la única responsabilidad del proveedor. Los servicios integrales de anestesia son los más utilizados tanto por el sector público como por el privado hace por lo menos 10 años, y deben incluir todo lo que las personas anestesiólogas necesitan para trabajar: insumos, monitores, aparatos, material de curación y fármacos.
“Además de lo que se necesita para el manejo avanzado de la vía aérea. Los anestesiólogos son expertos en intubar pacientes, la gente lo conoce como intubación, eso quiere decir que el anestesiólogo puede decidir entre muchos dispositivos cuál utilizar para cada paciente dependiendo de las características de ese paciente y de lo que se vaya a operar. No solamente se utilizan tubos”, explica un anestesiólogo con años de experiencia en el IMSS.
“La vida del paciente está en manos del anestesiólogo”Antes del reciente cambio de proveedor, sostiene uno de los anestesiólogos entrevistados, podía trabajarse de forma más segura para el paciente y para los médicos, pues ellos se saben responsables de los derechohabientes desde que ingresan hasta que salen del quirófano.
“Muy poca gente sabe que en realidad la vida del paciente está en manos del anestesiólogo; el cirujano su función es resolver a través de una técnica quirúrgica el problema, pero el anestesiólogo es el responsable de mantenerlo vivo y hemodinámicamente estable”, añade.
Fallas en máquinas de anestesia retrasaron hasta 80% de cirugías
El servicio actual, subraya, debía ponerse en marcha los primeros días de noviembre del año pasado, pero a diferencia de lo que él había atestiguado antes, cuando se daban relevos efectivos entre una empresa y otra, esta vez hubo un desorden total: todos los pacientes se quedaron en un área de preanestesia –antes de pasar a quirófano–, y aunque las máquinas ya estaban instaladas, no tenían lo necesario para iniciar el servicio.
“Ese día se difirieron más del 80% de las cirugías; de aproximadamente 20 pacientes, en el turno matutino se pudieron operar solo entre cuatro y seis, cosa que fue completamente atípica, y no podíamos empezar porque las máquinas no funcionaban. Las pruebas que se tienen que hacer antes de iniciar, no pasaban, y entonces la máquina rechazaba y rechazaba la prueba, porque no estaban correctamente instaladas”, relata.
En un hospital de tercer nivel –como el Centro Médico Nacional Siglo XXI o La Raza–, para ese momento solo se contaba con lo elemental: la máquina de anestesia, que no servía, y un monitor de signos vitales básico. Con eso, es imposible atender a un paciente en una instalación hospitalaria de ese tipo. Los médicos recuerdan que faltaba tecnología, no había fármacos y ni siquiera jeringas.
Al día siguiente, tuvieron que empezar a trabajar, pero aún con las máquinas de anestesia pasando las pruebas al límite, lo que generó riesgos importantes. Así sucedió con un paciente que el anestesiólogo decidió llamar “Jorge” durante la narración de su testimonio.
A sus 37 años de edad, estaba programado para un trasplante renal proveniente de un familiar. Logró sobrevivir apenas, gracias a la pericia de los médicos, luego de una lesión generada al momento que despertó a media cirugía por la falta de un monitor para dar seguimiento a su estatus.
“Esta empresa la verdad es que ha cometido actos criminales, nos ha dado materiales que nos piden utilizar... Desde antes del covid, el material que se considera desechable se utiliza una sola vez y se tira; en esta ocasión nos obligaron a que un mismo material, que era para un solo paciente, lo utilizáramos en 20 o en 25 pacientes, entonces lo lavaban y volvían a entregar ese mismo equipo”, acusa uno de los médicos.
“Y todo con la complacencia de las autoridades del Seguro Social. Desde que llegaron ellos en noviembre, hasta la fecha seguimos así. Algunos compañeros ya llevan mejor su propio equipo, pero así siguen”, añade.
¿Por qué se retrasan las cirugías en el IMSS?
Otra médica anestesióloga de un hospital de tercer nivel del IMSS asegura que los servicios integrales de anestesiología representan muchas ventajas para cirujanos y anestesiólogos, y proveen lo necesario –material, insumos, fármacos, máquinas y personal auxiliar– para que los pacientes se compliquen lo menos posible con una mejor atención.
“Los médicos o el área de salud estamos lejos de todo lo administrativo. Nosotros no decidimos quién llega o quién no llega, pero sí sabemos qué material se necesita para atender adecuadamente al paciente, entonces tenemos un estándar y de repente llega alguien muy abajo, considerando que antes estábamos deficientes, pero no estábamos tan abajo”, confiesa.
Aunque la tecnología es la adecuada, a los nuevos servicios integrales de anestesiología los califica como fatales. “Darnos de topes en la pared, porque el paso número uno para una anestesia segura es tener una adecuada máquina de anestesia. Llega este nuevo grupo con máquinas muy modernas, pero mal calibradas o conectadas a lo que corresponde con las tomas de oxígeno y de aire del hospital”, agrega.
Antes de usarlas con el paciente, debe realizarse un chequeo técnico –explica–: se conecta, se prende y se corren todos los pasos para revisar que tenga suficiente cantidad de oxígeno, buena presión y el fármaco óptimo, lo que al final genera un resultado que indica si tiene fuga de gases medicinales. En la totalidad de los quirófanos donde ella trabaja se detectaron fugas, en diferentes niveles y totalmente inseguras. Eso sin contar la falta de material.
Esto –como reconoció el propio IMSS en un documento generado por su Órgano Interno de Control– ha retrasado la atención y provocado que no se realicen procedimientos de pacientes que, de por sí, para llegar a ese nivel de atención viven un largo recorrido desde la primera vez que acuden con su médico familiar. “Para que el día que llega, no se opere, porque la máquina no funcionó o no hubo el suficiente material, y así hemos tenido muchos casos”, asegura.
En el turno matutino, la ineficiencia del servicio sigue provocando retrasos o cancelaciones de procedimientos y cirugías a diario. Los médicos, a juicio de ella, son personal preparado sobre el que no debería pesar esa responsabilidad. “Es de lo absurdo sobre lo absurdo sobre lo absurdo que pudieran haber aceptado que llegara la empresa; de hecho, ese día se suspendió prácticamente toda la programación quirúrgica, así hubiera sido de cerebro, de corazón, de riñones, de transplante, de angiología, reconstructiva, porque no había material”, asegura.
Esperaban mejorías con nuevo servicio de anestesia, pero sólo ha tenido fallas
En cualquier quirófano o sala de procedimientos del IMSS –por ejemplo, de hemodinamia– es indispensable una máquina de anestesia, con todos los insumos y fármacos listos para operar. En un hospital de tercer nivel, una auxiliar técnica muestra cómo se hacen las pruebas previas, que incluyen la corroboración de que una bolsa reservorio, que hace la función del ciclo respiratorio del paciente, funcione adecuadamente.
“Siempre es importante que los equipos estén bien, que contemos con el insumo adecuado porque de eso depende la vida de los pacientes. Que esté limpia la máquina, que tenga todas las calibraciones que tiene que tener, mantenimientos, que tengamos el insumo... Si tú te arriesgas a pasar a un paciente sin estos insumos, expones la vida. La máquina de anestesia es un soporte de vida”, explica.
Sin importar de qué tipo de procedimiento se trate –no todos son quirúrgicos–, se deben realizar las mismas verificaciones. Por ejemplo, cuando una cirugía llega a complicarse y se requiere un entubamiento de urgencia, es fundamental que se haya realizado antes la prueba de fuga, una por cada paciente que ingresa.
Otro anestesiólogo, que trabaja en un Hospital General de Zona al norte de la Ciudad de México, indica que dependiendo del grado de la complejidad y duración, en esa unidad se programan de uno a tres pacientes por turno, mientras que las urgencias van entrando conforme hay espacio quirúrgico. Normalmente, el jefe de servicio deja en una gaveta los medicamentos y consumibles que van a utilizarse.
“A veces está muy limitado en medicamentos o consumibles. Normalmente, cuando vamos a dar una anestesia general, hay medidas estándar para cierto tipo de poblaciones, pero a veces necesitamos tener una medida superior por si en algún momento se requiere intubar. Algunas veces no tenemos, y tenemos que andar batallando en ese aspecto”, asegura.
El anestesiólogo explica que en esa instalación hospitalaria antes no se contaba con servicio integral, sino que se hacía con los propios insumos y fármacos del instituto. A partir del año pasado es que se anunció la llegada de ese tipo de servicio, que debería mejorar mucho la operación y la seguridad, pues incluye también a los auxiliares de anestesia que proveen lo que se requiera.
“Nos avisaron de esto, pero desde que entraron, notamos que los auxiliares tenían muy poca experiencia, muy poco conocimiento, ponían los cables de electrocardiograma al revés. Es nuestra responsabilidad, entonces por eso los revisamos. No sabían qué íbamos a hacer, qué medicamentos eran, se desconocían muchas de las cosas, y tenían un conocimiento poco o nulo de los equipos que ellos manejaban”, acusa.
Para él, no hubo mucho cambio, ni siquiera para ellos, que antes no operaban con servicios integrales. Por el contrario, dice, recuerda las muchas deficiencias, y hasta ahora –sostiene– la problemática no se ha resuelto: a veces hay, a veces no; en otras ocasiones el personal de la empresa no ha ido a laborar por problemas de pago y la programación de cirugía no se lleva a cabo, lo que implica meses de reposición para cada paciente, además de los que invirtió inicialmente.
“De repente veíamos que no hubo ningún cambio de lo que teníamos a lo que tenemos; al contrario, nos da más miedo, porque de repente decían ‘no tenemos esto’, ‘no tenemos lo otro’. Era como regresar al pasado: sus máquinas empezaron a fallar, ellos no podían pasar el test de pruebas que se hace al principio para ver si son aptas, o teníamos que cambiarla en pleno procedimiento”, relata.