Los comedores comunitarios en Acapulco se convierten en alternativa para miles de damnificados
Voluntarios de la sociedad civil reparten alimentos en comedores comunitarios en Acapulco, ante la carencia de comida y servicios, a diez días de que ‘Otis’ golpeara Acapulco
Por: Andro Aguilar
ACAPULCO._ En medio de los daños provocados por el huracán Otis, la sociedad civil continúa movilizada para ayudar a la población que aún necesita alimentos y víveres. Ante la falta de agua y luz eléctrica en las colonias, así como productos en las tiendas, los comedores comunitarios se han vuelto fundamentales para muchas familias.
Estos espacios, a su vez, se nutren con las donaciones de miles de personas que acuden a los centros de acopio en distintas ciudades o hacen el viaje hasta el puerto para llevar los productos.
Es el caso de Cristina Torres, una joven que el año pasado viajó con una veintena de tíos y primos al puerto de Acapulco para celebrar en familia, y este viernes hizo el mismo trayecto acompañada de su pareja con una camioneta llena de cajas de huevo y leche para donarlos a la población del puerto que enfrenta los estragos del huracán Otis.
“La pasamos muy bien”, dice en referencia a sus últimas vacaciones familiares, “es un poco de agradecimiento por esos buenos momentos”, relata un tanto nostálgica.
Llevan ayuda a Acapulco para tribuir los buenos momentos que les hizo pasar
La joven, proveniente del municipio de Tlalnepantla, Estado de México, recuerda que para muchas personas provenientes de esa zona y la capital del país Acapulco está muy presente en sus propias historias, por lo que busca retribuir de alguna forma.
“Cómo chilangos, quién no recuerda o tiene buenos momentos aquí en el puerto. Esta vez es agradecerle un poco al puerto lo que también él nos ha dado”.
El donativo de la joven llegó directamente al comedor solidario de la Universidad Autónoma de Guerrero, que a partir de esta semana ofrece comidas y algunos víveres.
Estos donativos a su vez provienen de acopios realizados en alguno de los seis distintos campus de la institución, principalmente por los estudiantes universitarios, o por parte de voluntarios como Cristina y su esposo, que condujeron su vehículo más de 400 kilómetros.
“Aquí en el comedor universitario les estamos dando las comidas de 10 a 4 de la tarde. También estamos proporcionándoles lo que son aguas, toallas sanitarias, pañales para adultos y para niños y de vez en cuando que nos llega una despensita, arroz o algo, también se las proporcionamos croquetas para animales. Les sugerimos traer su recipiente o una bolsita para darles lo que tenemos aquí”, explica la universitaria Bibiana Robles Leyva.
La mayoría de quienes llegan a este comedor son personas mayores o pacientes que acudieron a las instalaciones médicas que se encuentran en las cercanías.
Los comedores comunitarios de la sociedad civil se suman a los instalados por las autoridades, que resultan insuficientes o lejanos para toda la población en Acapulco.
Restaurantes en pie
Así como en el comedor universitario, en la calle universidad las personas hacen todos los días a partir del mediodía para poder recibir el alimento.
Se trata del restaurante Delichi, en el que están al frente Macarena Karina Petrich e Iván Santos, y pertenecen a un grupo de restauranteros que mantuvieron sus establecimientos en pie, más allá de los daños como en su caso fue deterioro de un refrigerador, tinacos y el letrero que los identifica.
Todos los días ofrecen alrededor de 300 comidas para las personas que acuden a su establecimiento. Se asociaron con la organización World Central Kitchen, que preside el chef José Andrés Puerta, y acordaron preparar 225 raciones.
La señora Macarena explica que el mismo comedor le ha servido como un vínculo para generar confianza entre pobladores que le relatan cómo han vivido estos días.
“La gente de verdad te agradece, la gente incluso me ha contado cómo le fue, todo lo que perdió, cómo está destruida su casa, cómo les es imposible ahorita cocinar porque no hay agua, no hay gas, todo lo que estamos padeciendo.. es la parte más bonita que uno se guarda en el corazón... Vino una familia y nos trajeron una bolsita con limones para decir gracias. Yo creo que es la parte más bonita de todo lo que vivimos”.
Comedores comunitarios, una opción para acapulqueños tras devastación por ‘Otis’
Sentada en una banqueta con sus alimentos, la señora María de la Luz Ríos Hernández explica precisamente cómo este comedor se vuelve en una opción no sólo porque no hay en las tiendas sino porque en su vivienda no tiene cómo cocinarlos.
“Me ayuda porque no tengo dónde guisar, no tengo estufa. Porque lo principal que uno debe tener es una estufa para guisar, y no hay agua, en Acapulco no hay agua”, relata.
Otras de las casi 300 personas que acudieron este viernes fueron la señora Erika Flores y su familia, quienes viven en la colonia centro, cuya distancia al comedor ellos miden con las dos horas que tardan de caminar, y aún esperan que las autoridades federales lleguen a censarlos para recibir la ayuda gubernamental.
Por lo pronto acuden al comedor del restaurante Delichi. Ella y su familia venden agua, dulces y cigarros en los cruceros de Acapulco, a automovilistas y camioneros y taxistas, pero en estos días han tenido pocas ventas.
El joven Víctor Manuel, habitante de la colonia Condesa, pide recordar a los negocios que se solidarizan en estos momentos con la población.
“Sabemos que día con día tenemos que salir adelante, no habido muchos lugares de comida, las tiendas están vacías, tienes que moverte a otros estados, otros lugares, la mayoría de la gente no cuenta con auto propio, les está costando conseguir la comida. De esta forma ellos nos están ayudando a todas las personas”, señala, quien acudió con su esposa.