La catástrofe de Otis en Guerrero
Aunque aún no es cuantificable el desastre que dejó el paso del huracán Otis en la costa guerrerense, las autoridades estatales y federales ya iniciaron trabajos de coordinación para atender los daños a las carreteras y el servicio eléctrico
Texto: Margena de la O / Amapola Periodismo
Fotos: Redes sociales, vía Amapola Periodismo
CHILPANCINGO, GUERRERO._ El puerto de Acapulco se convirtió en una isla, y no precisamente por su condición costera, sino por la incomunicación que comenzó desde la medianoche de martes, cuando el huracán Otis tocó tierra en este lugar.
La incomunicación del puerto tiene que ver con que los servicios de energía eléctrica, la telefonía fija y de celular, y el paso por las carreteras que comunican con la Ciudad de México están suspendidos. Esto, ha dificultado saber hasta estos momentos la magnitud del impacto de la manifestación natural.
La Comisión Federal de Electricidad, en su último comunicado, reportó que cuando el huracán tocó tierra 504 mil 340 usuarios de Acapulco se quedaron sin el servicio. Después, añadió que ya restablecieron la luz a 202 mil 932 usuarios, es decir, a un 40 por cierto de la población afectada.
“Los usuarios afectados representan el 36.7 por ciento de los 1.37 millones de usuarios totales en el estado de Guerrero”, se lee en el comunicado.
Fue reportado en Amapola periodismo transgresor, que la Autopista del Sol y la carretera federal Chilpancingo-Acapulco (es decir, las mismas vías que conectan hasta la capital del país), cerraron la circulación por los derrumbes, deslaves y accidentes provocados por las lluvias del huracán Otis.
Antes de llegar a la caseta de La Venta, en el kilómetro 360 de la Autopista del Sol hubo uno de estos deslaves.
Caminos y Puentes Federales de Ingresos y Servicios Conexos (Capufe), reportó alrededor de las 12:30 horas a través de la red social X que la Autopista Cuernavaca-Acapulco continuaba cerrada a la circulación por deslave de talud.
A través de redes sociales reportaron desde muy temprano que la comunicación por la carretera federal Chilpancingo-Acapulco estaba impedida, porque a unos 20 o 30 kilómetros del acceso a Tierra Colorada, cabecera municipal de Juan R Escudero, un río ya se desbordaba por la carretera, lo que impedía el paso.
La Secretaría de Comunicaciones y Transportes también reportó afectaciones por el desbordamiento del Río Papagayo en el kilómetro 71 del tramo Chilpancingo-Acapulco de la carretera federal libre de peaje, por lo que se cerró la circulación en su totalidad. También reportó caída de rocas en la Ruta 95, carretera Chilpancingo-Acapulco, alrededor de los kilómetros 56 al 58 afectando a los municipios de Chilpancingo y Tierra Colorada.
“Tanto por libre, como por la autopista está sin comunicación”, dice un usuario que compartió un breve videoen redes sociales.
La telefonía hasta cerca de la una de la estaba sin ser restablecida, porque al intentar hacer contacto con números fijos y celulares de diversas compañías hacia Acapulco, el servicio seguía sin responder, al igual que la señal de internet.
Esto ha dificultó el flujo de la información y la documentación de los daños en el puerto.
La incomunicación también incluye a la Costa Grande, una región resentida por las afectaciones de las lluvias. El 9 de octubre pasado tocó tierra la tormenta tropical Max y generó daños fuertes en cuatro municipios, en particular a los habitantes de Tecpan de Galeana, donde fueron documentadas casas inundas, caminos, carretas afectadas y dos personas fallecidas.
El servicio de telefonía tampoco funciona para Costa Chica; las carreteras afectadas en el centro del estado también sacaban el paso hacia estas dos regiones, que junto a Acapulco conforman la zona costera de Guerrero.
La reacción del gobierno
Desde la madrugada del domingo 22 de octubre, la Secretaría de Infraestructura, Comunicaciones y Transportes (SICT)dispuso una brigada de más de 900 trabajadores, 60 vehículos y unos 200 equipos de maquinaria pesada para desbloquear las carreteras dañadas en la zona de impacto del huracán.
El 25 de octubre, por la mañana, el presidente López Obrador se desplazó al kilómetro 360 de la Autopista del Sol para supervisar los trabajos de recuperación de las vías de comunicación y la remoción de obstáculos en las carreteras. También, ordenó el traslado de todo el gabinete de seguridad federal hacia la zona.
Por su parte, la gobernadora de Guerrero, Evelyn Salgado, instaló el centro de mando en la ciudad de Acapulco.
La tarde de este miércoles se logró retirar una parte del deslave que afectó todos los carriles de la carretera México-Acapulco, en el kilómetro 360, cerca de la caseta La Venta. Posteriormente las autoridades informaron que el 26 de octubre se liberaría la autopista en ambos sentidos.
A Acapulco y a otros municipios afectados llegaron mil elementos de de la Guardia Nacional que realizan recorridos en poblados y colonias del municipio de Acapulco, donde impactó el huracán Otis. Que lo mismo retiran restos de edificios y vehículos varados en vialidades que pedazos de cerro desgajado en el kilómetro 360 de la Autopista del Sol.
También, supervisan que no continúen los actos de rapiña que ya se reportaron en la zona.
Por su parte, la Marina dispuso de 2 mil 100 elementos, con el apoyo de 10 helicópteros, 10 vehículos pesados, tres aviones, varias embarcaciones rápidas, una cocina móvil, una potabilizadora de agua y tres plantas generadoras móviles de electricidad
Parte de estos elementos también empezaron a hacer trabajo humanitario en los municipios de Coyuca de Benítez, Atoyac de Álvarez, Benito Juárez, Tecpan de Galeana, Petatlán y Zihuatanejo, para apoyar a las familias que resultaron afectadas.
El Fonden dispone de 17 mil 156 millones 826 mil 205 pesos, previstos en el Ramo 23 del Presupuesto Federal, informó en un comunicado la Secretaría de Hacienda y Crédito Público
Además, las dependencias y entidades de la Administración Pública Federal cuentan con coberturas de aseguramiento patrimonial para reponer a la brevedad la infraestructura que se viera afectada, como el seguro para catástrofes con una suma asegurada de 5 mil millones de pesos para atender daños a los sectores salud, carretero, educativo, hidráulico, vivienda y urbano.
También se contempla un bono para catástrofes que ofrece una cobertura de hasta 485 millones de dólares, que se activa según el nivel de severidad en casos de huracanes y terremotos.