‘El 68 y los 43 representan una herida que hermana a varias generaciones’
A 55 años de la matanza de Tlatelolco, estudiantes, activistas y sobrevivientes volvieron a marchar en la Ciudad de México. La protesta fue encabezada por los padres y madres de los 43, quienes recordaron que desde 1968 se someten crímenes de estado en México
Texto: Camilo Ocampo y Kau Sirenio
Fotos: Isabel Briseño y Alexis Rojas
CIUDAD DE MÉXICO._ La salida del metro Tlatelolco, en la Ciudad de México, fue el punto en el que los y las jóvenes se alistaban para partir a la Plaza de las Tres Culturas. Se alistaban para rememorar el crimen de estado perpetrado el 2 de octubre de 1968 en contra de estudiantes.
Se congregaron en la plaza de las Tres Culturas, el mismo lugar donde hace 55 años una bengala roja marcó el comienzo del despliegue del operativo galeana, que tenía el fin de “dispersar o reventar” la manifestación convocada por el Consejo Nacional de Huelga (CNH),
Durante su trayecto los y las manifestantes realizaban pequeñas pintas con el número 68 y 43 que con el paso de la marcha comenzaron a ser más grandes.
Los contingentes los integraron diversas universidades como el Poli, la UNAM, la UAM, la IBERO, algunas Prepas, Vocacionales, Colegios de Bachilleres, Normales Rurales y asociaciones civiles. Todos se enfilaron hacia el Zócalo encabezados por los padres de los 43 estudiantes de Ayotzinapa y el Comité 68, sobrevivientes de la matanza de Tlatelolco.
“Soy nieta del 68, hija del 99 y hermana de los 43” se podía leer en la cartulina de una joven mientras gritaba “dos de octubre, no se olvida, es de lucha combativa”.
Sobre el Eje Central Lázaro Cárdenas, sus amigas de la secundaria coreaban sus consignas.
Durante el recorrido de la marcha, las pintas sobre las vallas que el gobierno capitalino colocó para proteger los edificios dejaban ver el descontento de una generación de jóvenes que han crecido escuchando, y vivido, los crímenes de estado.
Al llegar al puente de plaza Garibaldi, el eco hacía que las consignas retumbaran más fuerte. El sonido de tambores que algunos manifestantes portaban volvían aún más fuertes los gritos de miles de personas.
En el cruce de la calle Belisario Dominguez y Eje Central, donde se ubica el ahora cerrado teatro Blanquita, un grupo de policías se acomodaban lejos de los contingentes. En ese momento un grupo de jóvenes pertenecientes al Bloque Negro, lanzaban consignas en contra de los granaderos, junto con botellas, palos y piedras que consiguieron.
“No que ya no había granaderos” “Policía escucha, tu hija está en la lucha” se escuchaba desdeel contingente.
Luego de una explosión de un cohetón, las voces de un contingente de la Escuela Nacional de Antropología e Historia comienza a gritar, “fuimos todes, fuimos todes”, mientras continúan su trayecto, dejando atrás a la policía.
Casi llegando al Palacio de Bellas Artes, la lluvia se hizo presente, pero no detuvo a las personas que se manifestaban.
“2 de octubre no se olvida es de lucha combativa” coreaban normalistas y universitarios con puño en alto, mientras que otros manifestantes intervienen las paredes de los edificios públicos con el mensaje recurrente “Fue el Ejercito”.
Otro grupo dejó un mensaje al ex secretario de seguridad de la Ciudad de México: “Harfurch asesino». Otra consigna va dirigida a su abuelo: “Marcelino García Barragán responsable del 68” se lee en las paredes de las vallas metálicas que el gobierno de la Ciudad colocó en las calles para evitar daños a los establecimientos comerciales.
La represión
“No corran, no corran compañeras” repiten las normalistas de Almilcingo en el Zócalo capitalino. Todas huyen hacia la salida a 5 de mayo para ponerse a salvo de gas lacrimógeno que la policía de la Secretaría de Seguridad Ciudadana de la Ciudad de México le arrojó al bloque negro para contener el disturbio.
Así terminó el mitin del comité del 68 en el zócalo de la Ciudad de México. El bloque negro empezó a arrojar petardos y bombas molotov hacia el Palacio Nacional.
“Estamos aquí porque nuestros 43 muchachos estaban organizando la marcha nacional del 2 de octubre cuando fueron atacados por Estado mexicano. Ellos fueron a Iguala a tomar unos autobuses para traer a sus compañeros a esta Ciudad a demandar justicia y castigos a los culpables” soltó Melitón Ortega, integrante del Comité de Padres de los 43 de Ayotzinapa.
Desde las bocinas, los oradores pedían al contingente de la Federación de Estudiantes Campesinos y Socialistas de México que no se dispersara: “Hace 55 años nos mandaban policías y gases lacrimógenas, ahora la historia se repite” reclaman.
Mientras, en el templete los de Comité del 68 pedían a los continentes de normalistas y universitarios que se mantuvieran en su lugar: “No caigan en provocaciones compañeros, sigamos en nuestro lugar hasta que terminamos con el mitin”.
Las normalistas de la Escuela Normal Rural de Gral. Emiliano Zapata de Almilcingo escuchan atentas a los oradores desde la tarima, a pesar de la lluvia.
“Ni la lluvia ni el viento detendrá al movimiento”, reza una de las icónicas consignas de los movimientos sociales. Y hoy parece cobrar sentido.
La mirada de las muchachas se mantiene atenta a lo que ocurre atrás del templete, donde un grupo de jovenes enfundados de playeras negras y rostro cubierto de paliacate del mismo color golpean las vallas metálicas que protege el Palacio Nacional.
El grupo de muchachos del bloque negro avanzó hacia la esquina de Corregidora y Pino Suarez, ahí con martillos y mazo hicieron un boquete a la valla metálica. Esto hizo que la policía de la ciudad lanzara a los muchachos de negro gas lacrimógeno que afectó a los demás contingentes que se encontraban en el mitin.
Después, un manifestante dijo:
“Es ilógico que no quieran que salgamos a quemar y romper todo, desde hace un mucho matan jóvenes, niños y niñas, no podemos quedarnos solo viendo”.
Del comité del 68, Félix Hernández dijo que en este ciclo escolar más de 400 mil jóvenes quedaron fuera de la Universidad Nacional Autónoma de México y del Instituto Politécnico Nacional porque el acceso a al educación cada vez es más estrecho.
“Porque no hay cupo, o porque no hay presupuesto. Para 2024 el presupuesto para el IPN, UNAM se incrementó en término nominales apenas en un cinco por ciento, mientras que el presupuesto para las fuerzas armadas para el siguiente año se incrementó en aun 98 por ciento comparado con el presupuesto de 2022” reclamó el viejo activista.No se quedó con la vieja demanda en contra de os militares sino que pidió que se reabran los archivos militares para saber que pasó con los 43 estudiantes de Ayotzinapa desaparecidos en Iguala, Guerrero el 26 de septiembre 2014.
“Exigimos castigo a los militares, por la semejanza de 1968. Ahora sabemos que el gobierno protege a los militares por eso no quieren dar a conocer a los culpables”, reclamó.
Durante el mitin diferentes oradores mencionaron la inseguridad que enfrenta el país, por lo que pidieron al gobierno implementar programas para evitarla y contenerla.