Castigan con 63 años de cárcel a un sacerdote en México, por violar a un menor
"La sentencia contra el sacerdote Carlos López Valdés, es la primera contra un cura pederasta en la Ciudad de México."
noroeste.com
El Juzgado 55 en materia penal de la Ciudad de México informó una sentencia de 63 años de cárcel contra el sacerdote Carlos López Valdés, al ser culpable del delito de violación contra un niño de 12 años, cuando esté era monaguillo en una iglesia de Tlalpan.
“Esta es la primer sentencia condenatoria contra un cura católico pederasta en la Ciudad de México, no hay antecedente alguno y por ello representa un parteaguas en la procuración e impartición de justicia en nuestra ciudad”, dijo el abogado el abogado y defensor de derechos humanos, David Peña, integrante del Grupo de Acción por los Derechos Humanos y la Justicia Social.
La jueza Nayeli López Rodríguez consideró que las pruebas presentadas por la fiscalía y por los abogados de la víctima, Jesús Romero Colín, eran suficientes para demostrar que el sacerdote se valió de su posición de ministro de culto, para abusar del menor, en un caso que se remonta a 1994.
En aquel año, López Valdés era sacerdote de la iglesia de San Agustín de las Cuevas, en Tlalpan, Ciudad de México.
El Grupo de Acción por los Derechos Humanos y la Justicia Social, en un comunicado, explicó que en la Ciudad de México la pena máxima que puede cumplirse es de 40 años de cárcel. Sin embargo, López Valdés tiene ahora mismo 72 años, por lo que “tendrá que pasar el resto de sus días internado en una cárcel capitalina”.
Durante todo este tiempo, dijo Jesús Romero Colín -que presentó la denuncia hace una década-, “he tenido que enfrentar y superar muchos obstáculos, malos tratos, ofensas, agresiones de todo tipo, no sólo aquellas que me provocó el sacerdote sino otras muy diversas por parte de las autoridades y de un sector de la iglesia católica”.
Esas situaciones, agregó, no le impidieron seguir luchando por su objetivo: “El luchar por la justicia en mi caso y por evitar que ese y otros sacerdotes siguieran haciendo más daño a más niños”.