Wilmer y Ángeles fueron amigos de Valentina desde la primaria, y la acompañan con dolor en su velorio
Ambos no lo pueden creer, fueron amigos cercanos de ella, comparten que se veían más allá de las clases, primero cuando iban en la primaria Miguel Alemán y luego en la secundaria Miguel Hidalgo
La sala de la funeraria donde velan a Valentina, niña de 13 años asesinada el pasado domingo, está llena, lo que más se ve son menores de su edad, sus amigos estuvieron con ella en su velación, muchos de ellos aún no pueden creer lo ocurrido.
Más de la mitad en la sala funeraria son niños que conocieron a Valentina, ya sea de su escuela, familiares o de la colonia donde vivía.
A corta edad en ocasiones no se dimensiona que la muerte le llega a todos, por eso es difícil convencerse de que su amiga ya no vive más.
Justo en la puerta de la funeraria están sentados Wilmer y Ángeles; el niño es el que se ve más aturdido por el hecho, comparte que desde la primaria estuvieron juntos, eran amigos cercanos, a pesar de que él vivía en la colonia Flores Magón y ella en la 12 de Mayo, él la trataba de frecuentar, la última vez que la vio fue hace dos meses.
Wilmer tiene la cara hacia el frente, pero sin ver nada en específico, desde la primaria Miguel Alemán fueron muy cercanos, los seis años estuvieron juntos; se pusieron de acuerdo para ingresar también a la misma secundaria, la Miguel Hidalgo.
La pandemia los separó un poco, las clases a distancia hacía que se vieran menos de lo habitual, pero la amistad siguió, él cuando podía la visitaba, pasaban tiempo juntos, pero nunca se imaginó que la vez que la vio hace dos meses sería la última.
–¿Se veían actualmente?
“No, aún no volvemos a la escuela, todavía seguimos a clases a distancia”.
–¿Cuándo fue la última vez que la viste?
Hace dos meses, cuando voy a visitar a mi papá la veía, yo vivo en la Flores Magón, casi no podía verla porque me queda lejos, pero cuando visitaba a mi papá la veía”.
Ángela está atenta a lo que dice Wilmer de su amiga, Valentina, pero ella es más seria, habla poco, pero lo que se le pregunta de su amiga lo responde.
–¿Cómo recuerdan a Valentina, era seria, alegre?
“Era muy alegre, no era seria, hacía muchos amigos, era muy simpática”.
Y es que las palabras de Ángela cuando se ve la sala de la funeraria tienen sentido, el lugar está lleno de muchachos, solo se ven caras serias; el silencio en la juventud rara vez está presente, pero mientras acompañan en el último adiós a su amiga de toda la vida, no hay mucho de qué hablar entre ellos.