Viven con intensidad y hasta con lágrimas el Eclipse Total de Sol en el Faro de Mazatlán
Decenas de personas tomaron sitio en la cima del Cerro del Crestón para presenciar un evento que no se repetirá en 300 años
En punto de las 9:50 horas la primera fase del Eclipse Total de Sol se empezó a visualizar desde la cima del Faro de Mazatlán, los astrónomos se dieron a la tarea de arrancar con las observaciones.
Los entusiastas expertos, aficionados y turistas que llegaron a lo alto del Cerro del Crestón, poco a poco comenzaban a ver al astro rey en su cruce con la Luna.
Algunos comenzaron a explicar sobre este fenómeno y la baja de temperatura que se empezaría a dar de manera escalonada, esto debido a la naturalidad del tapón parcial de la luz y radiación solar.
Conforme pasaban los minutos el viento se sentía un poco más helado y las emociones cobijaban al área natural.
Respecto a la fauna, las aves comenzaron a hacer vuelos de una manera inusual alrededor del Cerro del Crestón, algunas otras realizaban maniobras en picada a tierra y luego volvían a los cielos.
La luz del ambiente se hacía tenue y a pesar de la fuerte presencia del Sol el calor común de Mazatlán no podía percibirse.
En punto de las 10:50 horas se llegó al 70 por ciento de la cobertura y las personas empezaban a emocionarse más de la cuenta.
Para las 11:03 horas el porcentaje de la cobertura alcanzó el 94 por ciento y a las 11:07 el Eclipse tomó su forma total y los presentes se entregaron por completo al momento.
Un particular halo de luz blanca cubrió la circunferencia de los astros y un extraño anochecer cobijó a la Perla del Pacífico.
El umbral del horizonte se podía visualizar completamente diferente y el ambiente y la perspectiva era como de una noche a tres cuatros de potencia, el tiempo de lo totalidad, a pesar de ser de cuatro minutos, pasó más veloz de lo esperado.
Las personas gritaban, lloraban y tomaban fotos y videos al por mayor, sus recuerdos se quedaban plasmados para siempre tanto en digital, así como en sus memorias y su corazón para un fenómeno que no volverá al puerto en 300 años.