Sepultan a ballena que apareció muerta en playa de Mazatlán
En un operativo conjunto las autoridades cavaron un área donde fue dejado el cetáceo
La ballena jorobada que fue expulsada sin vida en la playa paralela al malecón de Mazatlán a la altura del fraccionamiento Tellerías, fue sepultada después de un trabajo coordinado por distintas instituciones tanto federales como locales.
Fue durante la noche del miércoles, que elementos de la Procuraduría Federal de la Protección al Ambiente, así como instituciones pertenecientes a la red de varamiento y la Red Nacional de Atención de Atención a Ballenas Enmalladas, llevaron a cabo esta labor.
El cetáceo de aproximadamente 8 metros de longitud y con un peso entre tonelada y media y 2 toneladas, fue depositado en un hueco profundo realizado por esta maquinaria, para que lleve a cabo su proceso de descomposición bajo tierra.
El encallamiento de la ballena se reportó por la noche del miércoles, donde se informó que ésta ya había llegado sin vida a la orilla del mar, al parecer tras quedar atrapada en un chinchorro utilizado para la pesca.
Se presume que este instrumento de pesca se enredó en la cola del cetáceo, lo cual le impidió nadar y salir a la superficie a tomar aire.
¿Se realizó el proceso adecuado?
Según lo establecido por Protocolo de Atención para Varamiento de Mamíferos Marinos que se encuentra en el Diario Oficial de la Federación DOF:17/06/2014, en su sección VI-C que se refiere a la disposición específicas tratándose de ejemplares muertos, señala que:
“Los ejemplares o individuos muertos requieren ser estudiados para detectar las posibles causas de su muerte que aporten información sobre el estado de salud de las poblaciones de mamíferos marinos y para mejorar las posibilidades de supervivencia de futuros animales varados”.
Así mismo, establece que para la toma de muestra debe participar personal capacitado en la toma de muestras, investigadores y expertos en la atención veterinaria, patología, toxicología, microbiología, entre otros.
Además, en el artículo 57 de este protocolo detalla una serie de pasos que se deben de seguir para la disposición final o eliminación de los cadáveres de los mamíferos marinos varados y sus restos, estableciendo lo siguiente.
El cadáver se debe dejar en el sitio de varamiento, siendo opción cuando se trata de zonas prácticamente deshabitadas, donde no represente molestias por el mal olor que produce ni riesgos a la salud pública.
Además, el enterramiento y sepultura en la playa o terrenos cercanos, deben de tomar en cuenta las siguientes indicaciones:
• Localizar un área que no presente graves dificultades para cavar una fosa, cuidando que durante la excavación no se llegue a nivel freático y que no se cause daños significativos a la vida silvestre, dunas y playas.
• Dependiendo del tamaño del animal, la fosa deberá tener una profundidad tal, que deje espacio libre por encima del cadáver de al menos un metro.
• Se debe cuidar que la fosa quede lo más lejos posible de las poblaciones humanas y de la influencia de mareas para evitar que los organismos puedan ser puestos en descubierto.
• Antes de depositar los cadáveres deben de colocar una capa de cal o cal viva, una vez depositado el cadáver en la fosa, se debe cubrir con otra capa de cal.
• Una vez cubierta la fosa, la Profepa debe colocar un letrero de advertencia del contenido de la misma.