Quirino: Gobernar con la Oposición #ENTREVISTA
"Atareado con su Tercer Informe, el Gobernador se detiene un momento para hablar con Noroeste. No rehuye ningún tema: el ‘Jueves Negro’, Precasin, violencia, Presupuesto federal, Morena, su relación con AMLO y los retos que lo esperan"
Ariel Noriega
(Primera de dos partes)
MAZATLÁN._ Quirino Ordaz Coppel tiene prisa, en su tercer Informe cualquier Gobernador estaría a la mitad de su administración, pero al mazatleco le queda poco más de un año para culminar un gobierno acotado por mandato constitucional.
Convencido de que “orden dada pero no supervisada vale pa pura...” recorre Sinaloa de un lado a otro, revisando cada proyecto, empujando los avances, reclamando atrasos, tratando de beberse cada segundo de un mandato que parece correr a toda velocidad.
Reclamado por los lectores de Noroeste hace un alto y platica sobre su tercer año de gobierno, marcado por la llegada de Morena al Gobierno federal, a las principales ciudades de Sinaloa y sobre todo al Congreso estatal.
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Fiel a su estilo de mazatleco acostumbrado a hablar hasta por los codos, se enfrasca en una larga entrevista donde enfrenta cada tema, incluso los que podrían parecer incómodos para un gobernante.
Habla de la tarde cuando las balas estremecieron a Culiacán haciendo añicos los resultados de las estadísticas que nos dibujaban un Sinaloa casi en paz.
Responde a los cuestionamientos sobre Precasin, la dependencia creada por su administración para crear obra pública y se defiende argumentando que el 93 por ciento de la obra pública se ha licitado.
Revela la relación que ha construido con el Presidente Andrés Manuel López Obrador y con los belicosos alcaldes de Morena que controlan las tres principales ciudades de Sinaloa.
Se refiere a la relación que promueve con el Congreso del Estado, por primera vez dominado por la Oposición y asegura que finalmente a todos les interesa sacar a Sinaloa adelante.
Y en el camino de una conversación que parece infinita hace un recuento de obras que se construyen por todo Sinaloa, como un estudiante aplicado al que se le agota el tiempo para terminar el examen.
También habla de los retos que enfrenta y los que enfrentará en la parte final de su administración y de su obsesión por dejar un legado, como lo hicieron su padre y su abuelo.
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El año del tsunami
El tercer año de Gobierno de Quirino Ordaz Coppel será recordado, entre otras cosas como el año en que ocurrió el “tsunami de Morena”. De un día para otro, el 1 de julio para ser exactos, el panorama político del País cambió completamente y Sinaloa no fue la excepción.
Sinaloa era priista, priista era su Gobernador, la mayoría de sus alcaldes, la mayoría en el Congreso estatal. El Partido Revolucionario Institucional también gobernaba la Federación, el Congreso y el Senado era de ellos, pero llegó el “tsunami” y cambió el color de los gobiernos.
El Gobernador de Sinaloa se despertó al siguiente día de la elección y descubrió que se encontraba sentado en una isla y desde ahí tenía que gobernar.
Bueno con los números y previsor, Ordaz Coppel inició con meses de anticipación una relación con el candidato de Morena a la Presidencia, Andrés Manuel López Obrador, afortunadamente para Sinaloa se cayeron bien.
“Tengo una extraordinaria relación con el Presidente de la República, me he entendido muy bien con él. Ha sido muy fácil plantearle las necesidades de Sinaloa”, asegura Ordaz Coppel.
En materia de obra pública para 2020, Sinaloa es uno de los pocos estados que brilla en el Presupuesto federal.
“Vienen grandes proyectos, la Presa Santa María, la carretera Badiraguato-Parral, la San Ignacio Tayoltita”.
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La buena relación entre los mandatarios no es gratuita, en los primeros 100 días de Gobierno de López Obrador, el Presidente pasó 56 días de viaje por el interior de México. El estado que más ocasiones visitó fue Sinaloa, con cuatro visitas, y siempre lo recibió Ordaz Coppel en el aeropuerto de Mazatlán o en el de Los Mochis.
El viernes 11 de octubre esa relación llegó a su punto álgido cuando el tabasqueño visitó Sinaloa para inaugurar el remodelado estadio de beisbol de Guasave, una visita que ni siquiera estaba en la agenda del tabasqueño y que Ordaz Coppel consiguió hacer realidad, hablando directamente con el equipo del Presidente.
Los nuevos tiempos implican nuevas formas de relacionarse con la Presidencia de la República, los caminos para bajar recursos de la Federación han cambiado.
“El esquema de los recursos ahora es distinto, ya no tienes las bolsas que antes había para obra pública, llámese ramo 23 o cualquier otro. Ya no existen los ramos donde tú podrías gestionar muchos recursos, ahora tenemos que enfocarnos en recaudar mejor nuestros ingresos propios”.
Pero Ordaz Coppel no se rinde, viaja por lo menos una vez cada 15 días a la Ciudad de México, mantiene una comunicación constante con los funcionarios federales, aprovechando su experiencia en finanzas y aprendiendo los nuevos caminos de los recursos que va creando la nueva administración federal.
Sin embargo, a veces es más fácil congeniar con un Presidente que con los alcaldes que gobiernan las ciudades de tu estado o con los diputados que ostentan la mayoría en el Congreso estatal.
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Gobernar con la
Oposición
Nadie imaginó que Morena se tragaría el País de un solo bocado, hasta a ellos mismos los sorprendió, de un día para otro coparon prácticamente todos los niveles de gobierno y no tomaron todo porque algunos puestos no estaban en juego.
En Sinaloa, las urnas trajeron nuevos alcaldes, diputados locales y senadores para 2019, solo la Gubernatura permaneció ajena a los vaivenes de la democracia.
Las principales ciudades, Culiacán, Mazatlán y Los Mochis eligieron a alcaldes de Morena, obligando a Ordaz Coppel a trabajar con personajes únicos, funcionarios que nunca lo habían sido, empresarios, abogados y químicos, cuya lealtad mira hacia Palacio Nacional.
La guerra parecía inevitable, sin embargo, Ordaz Coppel no se presentó al campo de batalla, al contrario, desde el primer momento tendió puentes y ha conseguido mantener una buena relación con ellos.
“Tengo una buena relación con los alcaldes de Morena, yo trato de estar fuera de la oficina, recorriendo los municipios, estoy en sus colonias. Eso es algo que me gusta mucho y eso hace que tenga un buen entendimiento con ellos”.
Se dice fácil, pero gobernar con Jesús Estrada Ferreiro, en Culiacán; Luis Guillermo “El Químico” Benítez Torres, en Mazatlán; y Manuel Guillermo “Billy” Chapman Moreno, en Ahome, no es fácil, los tres suelen gobernar sentados sobre un barril de pólvora que explota un día sí y otro también.
La estrategia de Ordaz Coppel ha sido muy sencilla, no se mete en pleitos ajenos, nunca responde directamente a un reclamo y siempre está listo para llegar a acuerdos cuando los alcaldes muestran su disposición.
“¿Por qué? porque yo dije que iba a ser un Gobernador de las colonias y de las sindicaturas, y lo estoy cumpliendo”.
“Yo soy de calle, a mí no me platican, yo sé lo que está pasando, sé lo que están haciendo mis funcionarios, sé cómo atienden a la gente, quien atiende a los medios y quien le saca, por eso he tenido que hacer algunos ajustes”.
La obra pública es su mejor arma a la hora de negociar. Con municipios prácticamente quebrados, al final del día todos llegan a tocar la puerta de la Secretaría de Administración y Finanzas.
“Si volteamos a ver cualquier Municipio nos daremos cuenta que todos han recibido una obra pública fuerte, importante, llámense pavimentación de calles, drenes, la obra pública ha sido equitativa para todos los municipios”.
El otro frente a la hora de gobernar ha sido el Congreso local, un poder a la altura del Ejecutivo, con mayoría de Morena y enfrascado en su propia dinámica interna explosiva, que no siempre ayuda a gobernar con tranquilidad.
El Congreso en ebullición
Con 23 diputados de Morena, de los 40 que conforman la 63 Legislatura, el tercer año de Gobierno de Quirino Ordaz Coppel se antojaba complicado.
La relación comenzó ríspida, sin embargo, con el paso de los meses la necesidad de ambos poderes de trabajar juntos para llegar a acuerdos ha permitido que tanto el Mandatario como los legisladores trabajen juntos.
“Con el Congreso tengo una relación de respeto. Ha habido momentos intensos, álgidos, pero también hay que entender que estamos en una sociedad muy plural, que tenemos puntos de vista diferentes. Ahí lo que importa es la actitud de uno, el tener siempre la disposición de ver el cómo sí a las cosas”.
Los momentos álgidos a los que se refiere Ordaz Coppel ocurrieron cuando el Congreso votó para rechazar las cuentas de 2017 de todos los municipios y del Gobierno del Estado, o cuando los legisladores se enfrascaron en una batalla campal para terminar diciendo “no” a los matrimonios igualitarios.
Ordaz Coppel ha sobrevivido ante un Congreso de Oposición de mayoría con una mezcla de mano izquierda y negociaciones tras bambalinas, y aprovechando el desorden y la inexperiencia de los diputados de Morena, indisciplinados y siempre dispuestos a sacrificar hasta a su partido con tal de escenificar un nuevo escándalo.
Atrás quedaron los acuerdos fáciles, los dos primeros años de recursos federales ilimitados, ahora Ordaz Coppel enfrenta sus dos años más complejos, donde deberá esforzarse al máximo para que Sinaloa salga lo mejor librada de los tiempos de “transformación” que marcan a todo el País.
Mañana: La seguridad y los retos