¿Por qué el huracán Nora arrastró agua café en arroyos y ríos? Es la deforestación: Conselva
Al reactivar los ríos Presidio y Baluarte, el fenómeno climático demostró la fuerza que tiene la naturaleza para recuperarse tras una sequía, sin embargo, de acuerdo con Conselva, Costas y Comunidades, también evidenció la crisis de vegetación que enfrentan las cuencas de la región
Sandra Guido, directora de Conselva, dijo que el color café del agua que se hace notar a lo largo de estos ríos como consecuencia de las fuertes lluvias no es normal, y se debe principalmente a la falta de vegetación.
De acuerdo con la ambientalista, la ausencia de una mayor cobertura verde con raíces profundas da paso a lo que se conoce como erosión hídrica.
Esto es un proceso por el cual la lluvia intensa daña el suelo, contribuyendo así al desplazamiento de gran cantidad de sedimentos en el agua.
Estos sedimentos, añadió, terminan en las zonas bajas y en el caso de Mazatlán, en la Presa Picachos, llegando finalmente a las plantas potabilizadoras, complicando su trabajo y, por ende, limitando el servicio de distribución a los hogares.
Ante esto, JUMAPAM informó a través de sus redes sociales sobre los problemas en la potabilizadora Miravalles, la cual tenía un gran afluente de agua “demasiado turbia”, lo que obligó a limitar la producción a un 50 por ciento de lo normal, a fin de prevenir daños en el equipo de filtración.
Actualmente, la erosión en la cuenca Presidio es de 15.6 toneladas por hectárea, mientras que en la cuenca Baluarte es de 21.3 toneladas, pero debido a sus pendientes pronunciadas, su potencial de erosión puede elevarse hasta 294 y 370 toneladas por hectárea, respectivamente.
La degradación de las cuencas de los ríos Presidio y Baluarte hace que su capacidad para captar agua se reduzca, afectando el nivel de presas y manantiales, lo que impacta en los suministros de agua de la población en general.
Por ello, Conselva promueve la protección y restauración de las cuencas de los ríos Presidio y Baluarte a través de la reforestación no solo árboles, sino de arbustos y pasto, cuyas raíces contribuyan a la retención de suelo para evitar el impacto de la erosión hídrica en época de lluvias.