Los Mendoza Leva, ejemplo de esfuerzo para salir adelante con la venta de flores
La señora María de los Ángeles narra que desde hace casi 40 años, ella y su esposo se han dedicado a este oficio, el cual inició con un pequeño changarro en Aquiles Serdán y 21 de Marzo, después se movieron al parque Zaragoza, hasta que llegó al Mercado de las Flores
El matrimonio Mendoza Leva es ejemplo de dedicación y constancia que con mucho esfuerzo construyeron un pequeño patrimonio y mantuvieron a sus hijos por medio de la venta, arreglo y diseño de flores.
La señora María de los Ángeles narra que desde hace casi 40 años, ella y su esposo se han dedicado a este oficio, el cual inició con un pequeño changarro en Aquiles Serdán y 21 de Marzo, después se movieron al parque Zaragoza, hasta que llegó al Mercado de las Flores.
“Yo en ese entonces tenía como 20 años y ya tengo 62, a mí me motivó mi cuñado que tiene la central de flores a un lado del Renacimiento, que empezó una tía de él y luego se la dio, pero en ese entonces estaba por donde está el Woolworth y yo empecé a trabajar con él, y luego nos empezamos a poner en el parque Zaragoza, ellos me enseñaron a cortar y arreglar”.
“Y de allá nos trajeron para acá y desde entonces tenemos casi 40 años aquí y hemos sobrevivido gracias a Dios con la florería de mi esposo, que es Pepe, la cual está reconocida para eventos desde hace unos años y es lo que nos saca adelante por bodas, 15 años y bautizos, cualquier cosa de eventos es a lo que nos dedicamos”, expresa.
Dice que a pesar de vivir momentos de estrés por obtener ganancias, incluso, andar corriendo para tener todo listo, se suma el gusto por cortar las flores, la creatividad que se debe tener para crear arreglos y el trabajar entre el olor de las rosas.
-- ¿Le gusta su trabajo?
“Sí, mucho, por eso seguimos aquí y yo no me quejo, gracias con el trabajo compramos nuestra casita, un carrito, no teníamos nada de eso y con la flor nos ha ido bien, pero tenemos casi 40 años trabajando, no de la noche a la mañana hicimos eso, tenemos nuestro negocio, le pagamos al Ayuntamiento por él”, señala.
“Y la verdad todo me gusta, hasta las presiones cuando uno anda corriendo pa’cá y luego pa’llá cuando salen eventos, sí me gusta nada más que ya casi nosotros es tiempo de que nos vayamos y se queden nuestros hijos porque ya estamos cansados”.
Detalla que la mejor época para ellos son el Día de las Madres, el Día de los Muertos, y San Valentín, pero más el 10 de Mayo porque las familias buscan arreglos presentables.
“Son las fechas donde nos podemos alivianar un poquito, después de estar todo el año trabajando, porque pasa mayo y viene el piojero, tenemos que gaurdar lo que nos ganamos y en el transcurso de esos meses, nos lo acabamos poco a poquito porque a veces no sale ni para pagar la flor”, precisa.
Reconoce que vender arreglos florales en su momento le dejó buenas ganancias aunque ahora es distinto, ya que desde los últimos 10 años, apenas ‘sacan’ para el día.
“La verdad que han sido años bien trabajados, pero súper trabajados, muy cansados, yo me acuesto a veces y no me puedo a veces ni dormir de lo que me duele el cuerpo, por eso lo que ganamos a veces es un dinero bien ganado, porque lo trabajamos muy duro para ganar”, manifiesta.
-- ¿Desde hace cuánto empezó a notar usted que ya no se tienen las mismas ganancias?
“Pues desde hace muchos años, ya como desde hace 10 años ya no es igual, ya vivimos al día, sacamos para comer, para pagar los gastos de aquí”.
Su esposo, el señor José Benjamín Mendoza, elabora arreglos para una boda, sin embargo, menciona que este mercado es el que ha sobrevivido más con la venta de flores.