Limpian sus energías frente al mar de Mazatlán para recibir a la Primavera
Decenas de personas, a la altura del Monumento al Pescador, conectaron con la naturaleza en un ritual de bienvenida al Equinoccio de Primavera
Para recibir el Equinoccio de la Primavera, los mazatlecos limpiaron sus energías frente al mar en un evento organizado por el grupo ambientalista Interacción Luciérnaga, con el objetivo de conectar con la naturaleza y agradecerle por sus dones.
Este evento llamado “Magno amor a la tierra de los venados; sociedad sostenible Mazatlán”, se realizó por primera vez en el puerto.
“A nivel nacional ocupa el primer lugar en biodiversidad de flora y fauna, es decir que posee una gran riqueza natural y paisajes de ensueño, que al conocerla de forma profunda te permite evolucionar en percepciones en inteligencia, en creatividad y en conciencia”, expresó Fernando Manjarrez, ambientalista y cofundador de Interacción Luciérnaga.
Operación Luciérnaga es un proyecto que construye de forma sostenible, promueve y activa el arte, la cultura, la naturaleza y la economía de forma constantemente evolutiva, que realiza proyectos de educación ambientalista comunitaria, así como la preservación de flora y fauna, apoyando la biodiversidad de Mazatlán.
El grupo montó una ofrenda con alimentos, semillas y flores para representar la abundancia natural; al lado de la ofrenda, las personas fueron limpiadas de malas energías con un sahumerio a base de salvia blanca y después alrededor de esta se hizo una meditación guiada por Lupita Veneranda.
En la meditación se invitó a las personas a cerrar los ojos y entrar en un trance de relajación para conectar con la naturaleza y agradecer por lo que ofrece.
Al terminar se dio la oportunidad de hablar en el centro del círculo sobre su experiencia en el acto de meditación y agradecer, fue aquí en donde el maestro Felipe Barbosa hizo una oración para recibir el Equinoccio de Primavera.
Casi para terminar este primer evento conmemorativo del Equinoccio de Primavera se desarmó la ofrenda, los frutos y semillas se compartieron y para culminar la actividad las flores se ofrendaron al mar.