Joshua Hipólito, un joven con autismo de Mazatlán, recibe dos aparatos auditivos
Tiene 18 años y su discapacidad no es un impedimento para poder tener dos trabajos de los que dice, le gustan mucho
Para algunos, oír la caída de la lluvia, el cantar de los pájaros o el ruido de la televisión le parece normal o hasta molesto.
Pero hay personas que al pasar los años dejan de oír estos sonidos y hay otros más que nacen con problemas auditivos que afectan su vida diaria sin darse cuenta que ellos no perciben estos sonidos si no son atendidos.
Joshua Hipolito, es un joven de 18 años que este jueves, asistió por primera vez a realizarse una audiometría para conocer en qué nivel de sordera se encontraban sus oídos en la jornada de audición promovida por el Club de Leones.
Él creía que solamente necesitaba el aparato en su oreja derecha debido a que en la otra sí escuchaba.
“Cuando me hablan no escucho y si llego a escuchar, oigo como si me hablaran retrasado, así como blah... blah... bla y muy lento, realmente se escucha muy poquito”, explicó.
Sin embargo, al hacerle su examen se descubrió que en sus dos oídos tenía problemas para escuchar con claridad, pues en el izquierdo le tenían que hablar más cerca de él para entenderlos. Así que gracias a esta atención, él recibió sus dos aparatos auditivos.
“Me siento muy emocionado, estoy contento porque dicen que voy a escuchar mejor y pues yo creo que eso es bueno”, refirió Joshua antes de entrar a su examen.
Joshua Hipolito es un adolescente que tiene autismo, su discapacidad hace que tenga dificultades para oír y también para hablar, sin embargo su enfermedad no afecta su cuerpo para poder trabajar y realizar actividades cotidianas como cualquier otro adulto.
Su mamá falleció de cáncer hace unos años y su papá desapareció, así que él vive con los hermanos de su padre donde le dan techo, alimentos y lo llevan a recibir consultas médicas.
“Yo tengo dos trabajos, trabajo en una bodega en la mañana yo me levanto a las 2:30 de la mañana y salgo a las 6:00 de la mañana, ahí trabajo en una Bodega Aurrerá y también en un restaurante de la Gran Plaza, trabajo en la cocina, limpiando la grasas y esas cosas para que esté limpio”.
---¿Y te gusta tu trabajo?
“Mucho, muchísimo, ahí trabajo cuando me ocupan aunque no tengo seguro”, comentó.
Hipolito dijo que sus compañeros de trabajo son buenas personas con él y que hasta son sus “compas”, aunque después aclaró que no tiene amigos, debido a que desde hace años no va a la escuela y en ocasiones él no oía a las personas o ellos no le entendían.
“La gente siempre es amable conmigo, nunca me han tratado mal en la vida, jamás”.