Es Christian Uriel orgullo de las ‘Cuichis Noreñas’
Christian Uriel, de 9 años, es uno de los anfitriones turísticos capacitado por la Sectur, quien te cuenta la magia, la historia y las leyendas que envuelven a la comunidad
Visitar el Pueblo Señorial de La Noria es una gran experiencia, pero pasear por sus calles mientras Christian Uriel te cuenta la magia de sus rincones, la historia y las leyendas que envuelven a la comunidad y además te guía a descubrir a sus personajes más populares, es llevarse la mejor impresión de este destino rural.
Christian Uriel, es un pequeño de tan solo 9 años, que cursa el tercer grado de primaria, combinando sus estudios con su nueva profesión como ‘Cuichi Noreña’, nombre que se les dio a los pequeños anfitriones turísticos que la Sectur capacitó hace menos de un año.
“Soy anfitrión turístico de aquí de La Noria y paseo a los turistas, los llevó a la iglesia, al panteón, a la huarachería, con la Doris, el Chapito y a la talabartería”, contó Christian Uriel.
Aunque hay muchos niños que hicieron su capacitación y fueron nombrados ‘Cuichis Noreñas’, solo Christian Uriel encontró su vocación en ser anfitrión turístico y en los próximos días tendrá la oportunidad de contar su testimonio ante más de 2 mil personas y ser reconocido por su gran esfuerzo.
“Lo que más me gusta hacer es contar las leyendas y darle los paseos a los turistas, les gusta que haga las voces, les gusta que haga los espantos, me dicen antes de irnos que vamos a dar dinero”, dijo antes de confesar que su leyenda favorita es la del Jinete sin Cabeza porque da un poco de miedo.
“He aprendido que esto es para aprender más sobre cómo podemos trabajar, cómo se gana el dinero y muestras un poco de sabiduría”.
Para él, hacer los recorridos es revivir el amor que le tiene a La Noria, su pueblo querido.
“Lo más bonito para mí es todo, todita La Noria, lo más bonito, lo que me gusta son las letras, las casas de las pinturas bonitas, los caballos, los restaurantes, las tiendas, los arroyos, los árboles de la naturaleza, todo eso. Me gusta contarles sobre toda la naturaleza que tiene la Noria”, presumió, pues ahora todo eso se lo puede mostrar a turistas de otros países.
Además de ser un gran guía de turistas, la escuela y el deporte son dos cosas que le gusta hacer. En la escuela disfruta es aprender y divertirse con sus compañeros, y sus materias favoritas son las matemáticas, las ciencias y el deporte, en dónde se destaca en el beisbol.
Para el pequeño, ser niño tiene sus ventajas y desventajas pero no le impiden aprovechar esta etapa de ilusiones al máximo.
“Lo que más me gusta de ser niño, es que puedo andar en bicicleta, puedo ayudar a mi mamá en casa, le puedo hacer mandados, favores y también que estoy aprendiendo de cómo mi mamá se gana el dinero; lo que no me gusta, es que aún no puedo aprender el idioma inglés” expresó.
Su meta para cuando crezca es convertirse en maestro de Ciencias, un gusto que, confesó de manera ocurrente le llegó al ver la película de Transformers.
En sus tiempos libres hace tareas o se pasea por el pueblo esperando a que vuelva a ser domingo y recibir a la gente que visita el Tianguis Gastronómico y Artesanal de La Noria.
Sus padres, Rosario Guadalupe y Luis Miguel, son su gran ejemplo y hablo de ellos con gran admiración.
“Ella (su mamá) se dedica a ser ama de casa y a trabajar y mi papá también; mi mamá trabaja en los baños, trabaja de cocinera, hace salsas ahí con doña Güera; mi papá se dedica a trabajar en el carbón, a limpiar milpas, a cercar, a hacer mangas. Él sabe de todo, sabe también de taller, de chofer, sabe manejar todo. Le he aprendido de lo del taller y también cómo se conecta con la naturaleza”, manifestó.
Recomendó a otros niños que consideren el ser anfitriones turísticos, pero también que sean obedientes, acometidos y respetuosos.
“Les diría que les hagan caso a sus mamás, que les hicieran favores, que no les anduviera diciendo cosas, lo que quisiera agregar es que mi mamá siempre está orgullosa de mí, dice ‘hijo estoy muy orgullosa de tí’”, dijo emocionado.