En Catedral de Mazatlán celebran la Vigilia de la Resurrección del Señor
También bendicen los cirios y el agua en recuerdo de la nueva vida de Jesús resucitado
Al celebrarse la tarde-noche de este sábado la Solemne Vigilia de la Resurrección del Señor en la Catedral Basílica de la Inmaculada Concepción, en este puerto, también se bendijeron los cirios y el agua en recuerdo de la nueva vida de Jesús resucitado.
“Bendito sea Dios, Padre de nuestro Señor Jesucristo por su gran misericordia, porque al resucitar a Jesucristo de entre los muertos nos concedió renacer a la esperanza de una vida nueva que no puede corromperse ni mancharse, y que Él nos tiene reservada como herencia en el cielo”, dijo el Obispo de la Diócesis de Mazatlán, Monseñor Mario Espinosa Contreras, al encabezar esta celebración.
“Por el Padre y el Espíritu Santo Cristo ha resucitado venciendo el sepulcro, la corrupción y el mal, favoreciendo para cada uno de nosotros la vida nueva, la salvación, desde entonces es real que con la gracia de Dios no estamos solos y que con su fuerza podemos vencer el mal y ser fieles al Señor, ser fiel a su plan, a su evangelio y a la misión que nos ha confiado en la vida.
Ante religiosas, religiosos y decenas de fieles agregó que por ello siempre se puede estar serenos pues se confía y se sabe que con Dios todo se puede vivir y sobrellevar, incluso las adversidades.
“Como nos dice la carta de San Pedro, por esta razón alégrense, aun cuando tengan ahora qué sufrir un poco por adversidades de toda clase, a fin de que su fe sometida a la prueba, sea hallada digna de alabanza y gloria el día de la manifestación de Cristo, porque la fe de ustedes es más preciosa que el oro, y el oro se acrisola por el fuego”, continuó el Obispo de la Diócesis de Mazatlán, que comprende todo el sur de Sinaloa.
El la Vigilia donde se prendieron los cirios en señal del fuego nuevo de Cristo resucitado, y se bendijo el agua que los fieles llevaron en recipientes y envases, también se invitó a vivir la nueva vida de bautizados, convertidos y purificados mediante la recepción de los sacramentos del Perdón y la Eucaristía.
En las lecturas se recordó que fue el Domingo de Pascua cuando después de su pasión y muerte Cristo resucitó cuando estaba en el sepulcro, por ello al domingo se le conoce como el Día del Señor.
“Pidamos a nuestro Padre Dios que todos nosotros amemos cada vez más la celebración de la santa misa dominical y que vivamos el domingo con gozo y alegría encontrándonos entre nosotros y con el Señor y prodigándonos en favorecer a los que sufren y padecen, haciéndoles presente a través de nuestras personas y ofrendas el bálsamo confortante de la providencia Divina”, expresó Monseñor Espinosa Contreras, entre otros puntos.