El niño Dios se coloca en el Nacimiento en Noche Buena: sacerdote
Lo esencial que debe haber en una cena de Navidad es arrullar al niño y acostarlo en el pesebre la noche del 24 de diciembre, para que el 25 ya esté completo el Nacimiento y ahora sí alegrarnos de que ya nació Jesús y que es la luz del mundo que viene a traernos esperanza, dice Armando Durán Sánchez
MAZATLÁN._ El Nacimiento debería ser uno de los elementos más importantes y representativos de las familias católico cristianas durante la época navideña, por esta razón el párroco de la Catedral de Mazatlán, Armando Durán Sánchez, explicó aspectos importantes a la hora de colocarlo en los hogares.
Uno de los detalles en los que más se comete el error es en colocar a todos los personajes desde que se arma el Nacimiento, sin embargo lo correcto es que el Niño Dios se coloque en Noche Buena, cuando se celebra cristianamente una Navidad.
“Cuando llega la media noche, muchas veces la persona más pequeña, el niño más pequeño, arrulla a Jesús y lo acuesta en el pesebre”, mencionó el sacerdote.
“Lo esencial que debe haber en una cena de Navidad, es arrullar al niño y acostarlo en el pesebre la noche del 24, para que el 25 ya esté completo el Nacimiento y ahora sí alegrarnos de que ya nació Jesús y que es la luz del mundo que viene a traernos esperanza”, añadió.
En un Nacimiento no pueden faltar José y María, además la Biblia narra que había animales ahí en el pesebre, porque era un lugar en el que se les da de comer, por eso debe de haber pesebre y los animales, describió el párroco.
“La Biblia narra también que los ángeles se les aparecieron a unos pastores, de que había nacido ‘el salvador’ y que les mandaron a adorarlo, entonces podemos ver que en algunos nacimientos también hay pastores alrededor”, dijo.
Los personajes que pueden colocarse días después del 25 de diciembre, son los Reyes Magos, los cuales forman parte de la tradición de cómo Jesús se manifiesta a las naciones, cómo en la fiesta de la Epifanía cuando los Reyes Magos encuentran a Jesús, dijo.
Todo esto es una manera de conectar con la experiencia de la llegada del Niño Dios, pero aún más importante es prepararse espiritualmente para su llegada, recomendó el presbítero.
“Lo esencial es la preparación de la persona, que abra su corazón para a Jesús también darle esa posada, darle ese lugar, que el corazón sea ese pesebre donde nazca Jesús y no dejarlo ir, que se quede con nosotros”.