Christian Uriel, de La Noria, se convierte en el primer Embajador Infantil de Sinaloa

Ana García
04 agosto 2024

El pequeño Christian Uriel, anfitrión turístico en La Noria, lleva a los visitantes a la iglesia, el panteón, la huarachería y otros sitios emblemáticos, dando vida a cada rincón con sus narraciones y voces

Por su excelente desempeño como anfitrión turístico del Pueblo Señorial de La Noria y su participación en un foro a nivel nacional, Christian Uriel se convirtió en el primer Embajador Infantil de Sinaloa.

“Vamos a reconocer a uno de los niños de la primera generación de las ‘Cuichis Noreñas’, que vamos a nombrar Embajador Infantil, ya que este niño junto con el Comité Ciudadano ha estado yendo a eventos fuera de Mazatlán, a promover las bondades de La Noria”, mencionó Rigel Sánchez Garzón, titular de la Secretaría de Desarrollo Económico, Turismo y Pesca (Sedectur) Mazatlán

Visitar La Noria se convierte en una experiencia única con Christian Uriel como guía. A sus nueve años, este estudiante de tercer grado combina su educación con su papel como anfitrión turístico, destacándose entre los “Cuichis Noreñas” capacitados por la Sectur. Su pasión y habilidad para contar historias y leyendas locales han cautivado a muchos visitantes.

Christian lleva a los turistas a la iglesia, el panteón, la huarachería y otros sitios emblemáticos, dando vida a cada rincón con sus narraciones y voces. Su favorita es la leyenda del Jinete sin Cabeza, que logra dar un toque de misterio y emoción a sus recorridos.

Además de su trabajo como guía, Christian disfruta de la escuela y el deporte, especialmente el béisbol. Aunque ser niño tiene sus desafíos, aprovecha al máximo esta etapa aprendiendo y ayudando a su familia. Su admiración por sus padres, Rosario Guadalupe y Luis Miguel, es evidente en su discurso.

“Se siente bien, hasta a mi me encantó y está victoria se la quiero dedicar a mi familia, que han dado todo porque yo fuera en un camino bien. También le doy gracias a mi padrino, a don Fernando y a don Aure que ellos también me ayudaron, me dieron apoyo”, expresó Christian Uriel.

Christian Uriel, de La Noria, se convierte en el primer Embajador Infantil de Sinaloa

El nuevo Embajador Infantil, viajó a la Ciudad de México el pasado mes de mayo, para realizar una ponencia frente a decenas de personas, con la finalidad de dar a conocer cuál ha sido su labor en el Pueblo Señorial de La Noria desde que recibió la capacitación por parte de la Secretaría de Turismo y fue nombrado anfitrión turístico.

“Me fue bien gracias a Dios, allá me divertí, me llevaron a varios lugares en México que no conocía”, dijo ante está grata experiencia Christian Uriel.

Recomendó al resto de los niños que tomaron la capacitación anteriormente junto a él y los que recién egresaron a nunca dejar su función como guías en su pueblo, “les diría que nunca dejen esto, para que logren lo mismo que yo, y que lo valoraran”.

Su sueño es convertirse en maestro de Ciencias, inspirado por películas como Transformers. Mientras tanto, sigue disfrutando de sus paseos por el pueblo y de los domingos en el Tianguis Gastronómico y Artesanal de La Noria, compartiendo con los turistas la belleza y riqueza cultural de su amado pueblo.

Su familia lo acompaña

En lo que va del verano, la Sectur impartió una capacitación para egresar a la segunda generación “Cuichis Noreñas”, algo que fue muy especial para Christian Uriel, pues aparte de volver a tomar el curso, está vez lo acompañaron su mamá, Rosario Guadalupe y su hermana pequeña, Crystal.

Los grandes logros del pequeño motivaron a su familia a unirse a esta bonita labor de mostrar a los visitantes las grandezas de La Noria, y orgullosa, su madre dijo estar sorprendida al ver a su hijo hacer este bonito trabajo.

“Estoy muy contenta porque Uriel ha llegado muy lejos, gracias a él nosotros también nos motivamos a seguir este curso y me siento muy contenta del hijo que tengo. Jamás imaginé que Uriel llegara tan lejos y yo me siento muy contenta por eso”, manifestó.

En cuánto a la capacitación, Rosario Guadalupe comentó que fue algo bonito, a lo que solo es cuestión de agarrarle el ritmo y ver lo bonito que es, tanto que Crystal, su hija de siete años, desde que vio a Uriel, despertó el interés de seguir sus pasos.