Celebra Obispo de Mazatlán la Santa Eucaristía del Congreso Diocesano de RCCES
Mario Espinosa Contreras, junto a otros sacerdotes llevaron la misa a más de 100 personas con un mensaje de reconciliación y paz para los feligreces
MAZATLÁN._ En un ambiente de hermandad, fe y reconciliación entre los feligreces de Santa María del Mar, se celebró la Santa Eucaristía del 28 Congreso Diocesano de RCCES, a cargo del Obispo de Mazatlán, Mario Espinosa Contreras, quien lideró la Misa ante un centenar de creyentes atentos a la palabra de Dios.
La parroquia ubicada en el fraccionamiento Playa Sur fue el escenario perfecto para el climax del primer día del Congreso de RCCES, es decir, la Santa Misa de sábado, en la que las alabanzas, cánticos y oraciones se escucharon previo a comenzar con el rito sagrado, dónde acudieron niños, adultos y adultos mayores que mostraron su fe a la iglesia.
Junto al Obispo Mario Espinosa, también participaron en la Eucaristía el Padre Manuel Contreras de María del Mar, el Padre de la iglesia de la colonia Montuosa, José Luis González Cázares, así como los padres Antonio Guerra Bandilla y Luis Alberto Vázquez, quienes pidieron por la paz, el fin de la violencia en Sinaloa y Durango, los enfermos, y el descanso eterno de los familiares muertos.
En su mensaje y sermón de la misa de este sábado, el Obispo Mario Espinosa mencionó la historia de la Basílica de San Juan de Letrán de Roma, su importancia para la Iglesia y la grandeza de Dios a través de sus mandamientos a seguir por todo su pueblo.
“Algo que es relevante es que todos los templos que existen en el mundo, el primero de todo en existir fue San Juan de Letrán, por eso es venerable y es un motivo de gratitud el que ya no tenían que esconderse para celebrar la Eucaristía en casas, esconderse en túneles o en catacumbas, sino que ya pudieron hacerlo abiertamente. Desde entonces se han identificado multitud de templos como el que estamos aquí en este momento nosotros participando de esta sagrada eucaristía”, rezó Espinosa Contreras.
“Hoy la palabra de Dios por una parte nos está indicando que nuestro ser es un ser sagrado, que se ha santificado en el bautismo y que somos templos de Dios; eso nos decía hoy la primera lectura sobre los templos; debemos cuidar ese templo cada uno de nosotros evitando el mal, quitando el pecado y todo lo que además ofende a Dios, lo que ofende a mis hermanos, todo eso hay que quitarlo, para que ese templo espiritual sea robusto, sea fuerte, lleno de vitalidad, lleno de la gracia de Dios, porque Dios está en nosotros”.