Alfredo Galaviz, el sinaloense que bajó en submarino dos veces gracias a sus estudios

Ana Miriam Valdez
26 septiembre 2021

La exploración que realizó, la narró a como se ilustra en las películas e investigaciones científicas, pues dijo que entre los 200 y 300 metros bajo el mar ya no hay luz solar, por lo tanto todo se debe buscar con reflectores, incluso el submarino traía brazos que el piloto los manejaba mientras otro tomaba fotografías

MAZATLÁN._ Según los historiadores, científicos y aventureros que han visitado México a lo largo de su historia, se han contado y estudiado leyendas y teorías sobre lo que el País ha vivido hasta de lo que se sabe hoy en día.

Pero poco se habla de aquellas personas que también se adentran a las profundidades del océano para hablar de lo que hay allá abajo, tanto en investigaciones como de la historia misma, quizá por lo peligroso o lo costoso que puede ser.

Sin embargo, ¿quién puede imaginar que hay en las profundidades del océano? Pues el sinaloense y geólogo marino Alfredo Galaviz ya lo sabe porque ha bajado en submarino en dos ocasiones y todo gracias a sus estudios.

Él asegura que es el primer mexicano que bajó en dos diferentes submarinos para poder constatar las investigaciones sobre los movimientos que tiene la Tierra, pero también para buscar vestigios históricos de lo que en su momento se vivió en la Nueva España.

Su primera expedición fue en un barco americano llamado “Tortuga”, en el cual bajó mil 600 metros dentro del Mar de Cortés para investigar sobre las separaciones que tienen las placas entre la península de Baja California y Sonora.

“Fue entre Santa Rosalía y Guaymas por parte de la UNAM donde me tocó ver como se está separando la península de México. Estados Unidos cuando viene a hacer estudios, invita a la UNAM”, explicó.

“Es una esfera donde caben tres gentes, va el piloto sentado y los dos observadores acostados, con ellos estuve casi un mes a bordo del barco para después bajar por más de 24 horas en el submarino”, recordó el académico.

El segundo submarino fue en uno de origen ruso de nombre Akadémik Mstislav Kéldysh, el cual exploró los restos del Titanic para después trasladarse al Golfo de México y buscar el galeón español “Nuestra Señora del Juncal”, el cual se hundió en 1631 en un viaje que iba dirigido a Cuba.

“A mí me invitaron por la parte de geología en el submarino ‘Tortuga’ y por la parte rusa, andábamos buscando en Cayo Arcas en el Golfo de México, un pecio, pecio se le llama a cuando los barcos españoles se hundían cuando llevaban mucho dinero y muchas monedas.

Televisa pagó 3 millones de dólares para rentar el barco tres meses, era un millón por mes, era para buscar este galeón e iba el grupo de Iván Maussan, e iba Santos Mondragón a bordo del barco filmando todo porque iban a hacer una novela que se iba a llamar ‘Nuestra Señora de los Juncales’, entonces nosotros íbamos por parte de la UNAM y unos antropólogos de la Universidad de Veracruz... y pues no encontramos nada del Siglo 16 en ese barco pero se filmó todo”, explicó mientras sus ojos mostraban los recuerdos en su mente.

El hecho sucedió hace más de 30 años, recordó, eventos que pasaron con dos años de diferencia.

Alfredo ha sido de los pocos privilegiados en México que ha podido vivir esa sensación gracias a sus estudios de geología con especialidad en geología marina por parte de la Universidad Nacional Autónoma de México, ya que el País no cuenta con este tipo de equipos marinos para la investigación, comentó el académico.

“Debo ser el primero que estuvo en los dos submarinos, el submarino americano y el submarino ruso, en el americano aquí en Baja California mucha gente del instituto ha participado en bajar en el submarino, la mayoría son biólogos y ellos están estudiando sobre las ventilas hidrotermales para tomar muestras y observar”, señaló.

“Cada vez que un barco llega a México, a hacer estudios, se le debe pedir permiso a Relaciones Exteriores, y cuando son barcos de investigación, Relaciones Exteriores se lo pasa a la UNAM, y la UNAM nombra a dos o tres gentes que vayan arriba del barco para que aprendamos y veamos lo que se va a encontrar, tomamos muestras de organismos, fotografías y nos damos cuenta del material que hay allá abajo, aunque también va gente de varias universidades”.

La exploración que realizó, la narró a como se ilustra en las películas e investigaciones científicas, pues dijo que entre los 200 metros y 300 metros bajo el mar ya no hay luz solar, por lo tanto todo se debe buscar con reflectores, incluso el submarino traía brazos que el piloto los manejaba mientras otro tomaba fotografías.

También dijo que en el caso de la investigación española, un buzo los seguía por 50 metros de la superficie hacia el mar para poder filmar el descenso del submarino y después regresarse.

Agregó que su historia una vez apareció en la revista México Desconocido.