Señala Milei en su primer discurso que no hay lugar para las medias tintas
En la elección más polarizada de la historia reciente de Argentina, el ultraderechista Javier Milei llega a la presidencia. En la segunda vuelta, el país definió un cambio radical, en medio de una de las peores crisis financieras de su historia
“Hoy comienza el fin de la decadencia Argentina”, dijo en su primer discurso como presidente electo Javier Milei. El hombre apareció alegre y solitario desde un atril. Desde ahí, hizo una promesa de ensueño “Argentina volverá a ser el país más rico del mundo”.
El autodenominado “liberario” se dirigió a un país que tiene al 40 por ciento de su población viviendo en la pobreza, además con una moneda tan devaluada que la inflación alcanza el 147 por ciento; una de las monedas más débiles del mundo.
Aunque la realidad es que el primer economista que alcanza la presidencia de Argentina no logra dar certidumbres reales a los mercados financieros. Porque Javier Milei es un fenómeno, sobre todo, de la comunicación. En apenas dos años este personaje pasó de ser un invitado ocasional de programas televisivos a ser presidente electo de Argentina.
Cuando Milei está en el escenario, no es un político acartonado, es un ciudadano enojado con la política tradicional. Se vende como un outsider. Desde el atril agradeció a “todos los argentinos de bien”, luego a su hermana -a quien se refiere como “jefe”- y a Santiago Caputo, el publicista que ayudó a catapultar su carrera:
«Quiero agradecerle a ese gigante que me ha acompañado a lo largo de todo ese proceso. Es un gigante que suele mantenerse en la oscuridad y se llama Santiago Caputo y es el verdadero arquitecto de esto”.
Después, Milei aseguro: “hoy comienza la reconstrucción de Argentina”.
Milei hizo una síntesis de sus promesas de campaña: «un gobierno limitado que cumple a rajatabla los compromisos que ha tomado: respeto a la propiedad privada y comercio libre”.
Milei explicó que retomará las “ideas de nuestros padres fundadores, que hicieron que en 35 años de ser un país de bárbaros pasáramos a ser la primer potencia mundial”.
Al finalizar: “¡Viva la libertad, carajo. Que dios bendiga a los argentinos!”.
Los argentinos eligieron otro camino
Una hora antes de que se entregaran los resultados oficiales Sergio Massa reconoció su derrota. La diferencia de votos fue tan amplia que no hubo necesidad de esperar los resultados oficiales. El candidato de izquierda felicitó a Milei y dijo:
“Había dos caminos, claramente nosotros elegimos el camino de la defensa del sistema de seguridad en manos del estado, elegimos promover y defender a lo largo de la campaña el camino de la defensa de la educación pública, de la salud publica como valores centrales. Elegimos defender a la industria nacional, al trabajo argentino, a nuestras pimes, a los trabajadores con derechos, porque sentimos que es la mejor forma de construir prosperidad, movilidad social ascendente. Pero sobre todas las cosas, que es la mejor forma de construir progreso para nuestra nación. Los argentinos eligieron otro camino”.
Al final, Massa no logró capitalizar el miedo “anti-Milei”. Pero, sobre todo, no logró desligarse de su papel como Ministro de Economía, en una de las peores crisis financieras del país.
Aunque el responsable de la deuda de 44 mil millones de dólares al Fondo Monetario Internacional fue el gobierno del conservador Mauricio Macri; quien paradójicamente dio su apoyo a Milei.
Milei llegó en medio de la crisis, con propuestas tan disparatadas como la dolarización de la economía argentina, la eliminación del Banco Central, la desregularización del uso de las armas, la radicalización del libre mercado, la liquidación de las ayudas sociales, negacionismo al calentamiento global.
Mañana, la pregunta que todos los argentinos se harán: ¿a cuánto amaneció el dólar?