Renuncia directora del Servicio Secreto de EU, tras admitir fracaso en atentado a Trump
Durante su comparecencia en la Cámara de Representantes reconoció que el ataque al ex Presidente era una de las grandes fallas en décadas
Kimberly Cheatle, directora del Servicio Secreto de los Estados Unidos, renunció a su cargo este martes, un día después de que admitió ante el Comité de Supervisión de la Cámara de Representantes que el intento de asesinato de Donald Trump, candidato del Partido Republicano a la Presidencia, durante un mitin en Pennsylvania, fue el “fallo operativo más significativo” de dicha agencia en décadas.
En la comparecencia, la funcionaria federal estadounidense asumió toda la responsabilidad por los errores de la agencia que dirige, relacionados con el ataque en el mitin de Trump.
“Fallamos. Como directora del Servicio Secreto de Estados Unidos asumo toda la responsabilidad por cualquier fallo de seguridad [...] El intento de asesinato contra el ex Presidente Donald Trump el 13 de julio es el fallo operativo más significativo del Servicio Secreto en décadas”, comentó Cheatle, quien, sin embargo, aseguró que la seguridad para el ex Presidente estadounidense, por parte del Servicio Secreto había crecido antes del atentado contra el magnate neoyorquino.
“El nivel de seguridad proporcionado para el ex Presidente aumentó mucho antes de la campaña y se ha incrementado de forma constante a medida que evolucionan las amenazas [...] Nuestra misión no es política. Es literalmente una cuestión de vida o muerte”, enfatizó.
“Creo firmemente, directora Cheatle, que debería dimitir. El Servicio Secreto tiene miles de empleados y un presupuesto importante. Pero ahora se ha convertido en el rostro de la incompetencia”, expresó el republicano James Comer durante la comparecencia.
Christopher Wray, director general del Buró Federal de Investigaciones (FBI, por sus siglas en inglés), comparecerá este miércoles ante el Comité Judicial de la Cámara de Representantes. Además, el presidente de la Cámara baja, Mike Johnson, tiene previsto presentar un grupo de trabajo bipartidista que serviría de enlace para las investigaciones del atentado contra Trump.
Esta fue la primera comparecencia de Cheatle ante legisladores, desde el tiroteo del 13 de julio de 2024, que dejó un espectador muerto.
Además, Trump resultó herido en la oreja y otros dos asistentes resultaron lesionados después de que el joven Thomas Matthew Crooks, de 20 años, disparó desde un edificio cercano, a 120 metros de distancia del templete.
El ataque a Trump fue el intento más grave de asesinar a un presidente o candidato presidencial, desde que le dispararon a Ronald Reagan, el 30 de marzo de 1981. Los legisladores habían expresado su enojo por cómo el atacante pudo acercarse tanto al candidato presidencial republicano, cuando se suponía que debía estar vigilado. El Servicio Secreto reconoció que, años antes, rechazó algunas solicitudes de la campaña de Trump para aumentar la seguridad durante sus eventos.
“El Servicio Secreto tiene una misión amplia, dinámica e intrincada. Todos los días trabajamos en un entorno de amenazas dinámico para garantizar que nuestros protegidos estén seguros y a salvo en múltiples eventos, viajes y otros entornos desafiantes”, dijo el portavoz principal de la agencia, Anthony Guglielmi, en una declaración enviada la noche del sábado 13 de julio al diario The Washington Post.
“Existe una afirmación falsa de que un miembro del equipo del ex Presidente solicitó recursos de seguridad adicionales y que estos fueron rechazados [...] Esto es absolutamente falso. De hecho, agregamos recursos de protección, tecnología y capacidades como parte del aumento del ritmo de viajes de campaña”, señaló Gugliemi, después, en una publicación realizada en su cuenta de la red social X.
El secretario de Seguridad Nacional, Alejandro Mayorkas, calificó lo ocurrido como un “fracaso”, mientras que varios legisladores pidieron la dimisión de Cheatle. El Servicio Secreto señaló que ella no tenía intención de renunciar a su cargo y, hasta el momento, conservaba el apoyo del presidente Joe Biden.