Reloj del Juicio Final, a 90 segundos de la medianoche
El Boletín de Científicos Atómicos cita guerras, amenazas nucleares multidimensionales, incapacidades para abordar la crisis climática, amenazas biológicas e inteligencia artificial
El Reloj del Juicio Final se reinició faltando 90 segundos para la medianoche, lo que sigue siendo lo más cerca que ha estado el Reloj de la Medianoche, lo que refleja el estado continuo de peligro sin precedentes que enfrenta el mundo.
El Boletín de Científicos Atómicos, administradores del Reloj del Juicio Final, enfatizó en su anuncio que el Reloj podría retroceder, pero que los gobiernos y las personas debían tomar medidas urgentes.
Informaron que una variedad de amenazas globales arrojan sombras amenazadoras sobre las deliberaciones del Reloj 2024, entre ellas: la guerra entre Rusia y Ucrania y el deterioro de los acuerdos de reducción de armas nucleares; la crisis climática y la designación oficial de 2023 como el año más caluroso jamás registrado; la creciente sofisticación de las tecnologías de ingeniería genética; y el espectacular avance de la IA generativa, que podría magnificar la desinformación y corromper el entorno informativo global, haciendo más difícil resolver los desafíos existenciales más importantes.
Rachel Bronson, presidenta y directora ejecutiva del Boletín, dijo: “No se equivoquen: restablecer el reloj a 90 segundos para la medianoche no es una indicación de que el mundo esté estable. Todo lo contrario. Es urgente que los gobiernos y comunidades de todo el mundo actúen. Y el Boletín mantiene la esperanza (e inspiración) al ver a las generaciones más jóvenes liderando la carga”.
La hora del Reloj del Juicio Final la fija el Boletín de la Junta de Ciencia y Seguridad de Científicos Atómicos (SASB, por sus siglas en inglés) en consulta con su Junta de Patrocinadores, que incluye a nueve premios Nobel. Anteriormente, en enero de 2023, el Reloj del Juicio Final se fijó a 90 segundos para la medianoche, lo más cercano a la medianoche que había estado el Reloj.
“Tendencias siniestras continúan apuntando al mundo hacia una catástrofe global. La guerra en Ucrania y la dependencia generalizada y creciente de las armas nucleares aumentan el riesgo de una escalada nuclear. China, Rusia y Estados Unidos están gastando enormes sumas de dinero para ampliar o modernizar sus arsenales nucleares, lo que aumenta el peligro siempre presente de una guerra nuclear por error o error de cálculo. En 2023, la Tierra experimentó el año más caluroso jamás registrado y enormes inundaciones, incendios forestales y otros desastres relacionados con el clima afectaron a millones de personas en todo el mundo. Mientras tanto, se aceleraron los rápidos y preocupantes avances en las ciencias de la vida y otras tecnologías disruptivas, mientras que los gobiernos sólo hicieron débiles esfuerzos para controlarlos [...] Pero el mundo puede ser más seguro. El Reloj puede alejarse de la medianoche”, se cita en la declaración del Reloj del Juicio Final.
El Gobernador Jerry Brown, presidente ejecutivo del Boletín, dijo: “Como si estuvieran en el Titanic, los líderes están dirigiendo al mundo hacia la catástrofe: más bombas nucleares, enormes emisiones de carbono, patógenos peligrosos e inteligencia artificial. Sólo las grandes potencias como China, Estados Unidos y Rusia pueden hacernos retroceder. A pesar de los profundos antagonismos, deben cooperar... o estamos condenados”.
Bill Nye, que participó en el anuncio del Reloj del Juicio Final de 2024, dijo que durante décadas, los científicos nos han estado advirtiendo sobre los peligros que enfrenta la humanidad.
“Podríamos enfrentarnos a una catástrofe a menos que gestionemos mejor las tecnologías que hemos creado. Es hora de actuar”.
Las múltiples dimensiones de la amenaza nuclear
El boletín informó que un fin duradero de la guerra de Rusia en Ucrania parece distante, y el uso de armas nucleares por parte de Rusia en ese conflicto sigue siendo una posibilidad seria.
Recordó que en febrero de 2023, el presidente ruso Vladimir Putin anunció su decisión de “suspender” el Nuevo Tratado de Reducción de Armas Estratégicas (Nuevo START).
En marzo anunció el despliegue de armas nucleares tácticas en Bielorrusia. En junio, Sergei Karaganov, asesor del presidente ruso Vladimir Putin, instó a Moscú a considerar el lanzamiento de ataques nucleares limitados en Europa occidental como forma de llevar la guerra en Ucrania a una conclusión favorable.
En octubre, la Duma rusa votó a favor de retirar la ratificación por parte de Moscú del Tratado de Prohibición Completa de los Ensayos Nucleares, mientras el Senado de Estados Unidos seguía negándose incluso a debatir la ratificación.
Señaló que los programas de gasto nuclear en las tres mayores potencias nucleares (China, Rusia y Estados Unidos) amenazan con desencadenar una carrera armamentista nuclear a tres bandas a medida que la arquitectura de control de armamentos del mundo colapsa. Rusia y China están ampliando sus capacidades nucleares y aumenta la presión en Washington para que Estados Unidos responda de la misma manera.
Mientras tanto, otras posibles crisis nucleares se agravan. Irán continúa enriqueciendo uranio hasta alcanzar un grado cercano al de armas, mientras obstaculiza a la Agencia Internacional de Energía Atómica en cuestiones clave.
Parece poco probable que los esfuerzos para restablecer un acuerdo nuclear con Irán tengan éxito, y Corea del Norte continúa construyendo armas nucleares y misiles de largo alcance. La expansión nuclear en Pakistán y la India continúa sin pausa ni restricciones.
La idoneidad de los candidatos para asumir la inmensa autoridad presidencial para lanzar armas nucleares debería ser una preocupación central de las elecciones estadounidenses de otoño. Esto es especialmente cierto dadas las preocupaciones al final de la administración anterior, que llevaron al entonces presidente del Estado Mayor Conjunto, general Mark A. Milley, a tomar medidas para garantizar que sería consultado en caso de que el ex presidente intentara lanzar armas nucleares.
Y la guerra en Gaza entre Israel y Hamas tiene el potencial de escalar hasta convertirse en un conflicto más amplio en Medio Oriente que podría plantear amenazas impredecibles, a nivel regional y global.
Una perspectiva siniestra del cambio climático
Los científicos detallaron que en 2023, el mundo entró en territorio inexplorado, ya que sufrió el año más caluroso registrado y las emisiones globales de gases de efecto invernadero continuaron aumentando.
Las temperaturas de la superficie del mar tanto a nivel mundial como en el Atlántico norte batieron récords, y el hielo marino de la Antártida alcanzó su extensión diaria más baja desde la llegada de los datos satelitales.
El mundo ya corre el riesgo de superar un objetivo del acuerdo climático de París (un aumento de la temperatura de no más de 1.5 grados Celsius por encima de los niveles preindustriales) debido a compromisos insuficientes para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero y a la implementación insuficiente de los compromisos ya asumidos. Para detener un mayor calentamiento, el mundo debe alcanzar cero emisiones netas de dióxido de carbono.
El mundo invirtió una cifra récord de 1.7 billones de dólares en energía limpia en 2023, y los países que representan la mitad del producto interno bruto mundial se comprometieron a triplicar su capacidad de energía renovable para 2030. Sin embargo, para compensar esto hubo inversiones en combustibles fósiles de casi 1 billón de dólares.
“En resumen, los esfuerzos actuales para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero son tremendamente insuficientes para evitar los peligrosos impactos humanos y económicos del cambio climático, que afectan desproporcionadamente a las personas más pobres del mundo. A menos que se realice un marcado aumento de los esfuerzos, el costo del sufrimiento humano causado por la alteración del clima aumentará inexorablemente”, señalaron los científicos.
Amenazas biológicas en evolución
La revolución en las ciencias biológicas y las tecnologías asociadas siguió ampliando su alcance el año pasado, incluyendo, especialmente, la mayor sofisticación y eficiencia de las tecnologías de ingeniería genética.
Destacó la convergencia de herramientas emergentes de inteligencia artificial y tecnologías biológicas puede empoderar radicalmente a los individuos para hacer un mal uso de la biología.
Recordó que en octubre, el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, firmó una orden ejecutiva sobre “IA segura y confiable” que exige protección “contra los riesgos de usar IA para diseñar materiales biológicos peligrosos mediante el desarrollo de nuevos estándares sólidos para la detección de síntesis biológica”.
Aunque es una medida útil, la orden no es jurídicamente vinculante. La preocupación es que los grandes modelos de lenguaje permitan a individuos que de otro modo carecerían de conocimientos suficientes identificar, adquirir y desplegar agentes biológicos que dañarían a un gran número de humanos, animales, plantas y otros elementos del medio ambiente.
Los esfuerzos revitalizados el año pasado en Estados Unidos para revisar y fortalecer la supervisión de las investigaciones riesgosas en ciencias biológicas son útiles, pero se necesita mucho más.
Los peligros de la IA
Uno de los avances tecnológicos más significativos del último año implicó el espectacular avance de la inteligencia artificial generativa. Está claro que la IA es una tecnología disruptiva paradigmática y que se deben ampliar los esfuerzos recientes para la gobernanza global de la IA.
La IA tiene un gran potencial para magnificar la desinformación y corromper el entorno informativo necesario para resolver grandes problemas globales y del que depende la democracia. Los esfuerzos de desinformación basados en la IA podrían ser un factor que impida que el mundo afronte eficazmente los riesgos nucleares, las pandemias y el cambio climático.
Los usos militares de la IA se están acelerando. Ya se está utilizando ampliamente la IA en inteligencia, vigilancia, reconocimiento, simulación y capacitación. De particular preocupación son las armas letales autónomas, que identifican y destruyen objetivos sin intervención humana. Las decisiones de poner a la IA en control de importantes sistemas físicos (en particular, las armas nucleares) podrían de hecho representar una amenaza existencial directa para la humanidad.
Afortunadamente, muchos países están reconociendo la importancia de regular la IA y están comenzando a tomar medidas para reducir el potencial de daño. Estos pasos iniciales incluyen una propuesta de marco regulatorio por parte de la Unión Europea, una orden ejecutiva del presidente Biden, una declaración internacional para abordar los riesgos de la IA y la formación de un nuevo órgano asesor de la ONU. Pero estos son sólo pequeños pasos; se debe hacer mucho más para instituir reglas y normas efectivas, a pesar de los enormes desafíos que implica gobernar la inteligencia artificial.
Cómo retroceder el reloj
Los científicos declararon que todos en la Tierra tienen el interés en reducir la probabilidad de una catástrofe global causada por las armas nucleares, el cambio climático, los avances en las ciencias de la vida, las tecnologías disruptivas y la corrupción generalizada del ecosistema de información mundial.
“Estas amenazas, singularmente y a medida que interactúan, son de tal carácter y magnitud que ninguna nación o líder puede controlarlas. Ésa es la tarea de los líderes y las naciones que trabajan juntos en la creencia compartida de que las amenazas comunes exigen una acción común”, informaron.
Propusieron que como primer paso, y a pesar de sus profundos desacuerdos, tres de las principales potencias del mundo (Estados Unidos, China y Rusia) deberían iniciar un diálogo serio sobre cada una de las amenazas globales aquí descritas. En los niveles más altos, estos tres países deben asumir la responsabilidad del peligro existencial que enfrenta el mundo ahora. Tienen la capacidad de sacar al mundo del borde de la catástrofe. Deben hacerlo con claridad y valentía y sin demora.
Fundado en 1945 por Albert Einstein, J. Robert Oppenheimer y científicos de la Universidad de Chicago que ayudaron a desarrollar las primeras armas atómicas en el Proyecto Manhattan, el Boletín de Científicos Atómicos creó el Reloj del Juicio Final dos años más tarde, utilizando imágenes del apocalipsis (medianoche) y el lenguaje contemporáneo de explosión nuclear (cuenta regresiva hasta cero) para transmitir amenazas a la humanidad y al planeta.
El Reloj del Juicio Final lo fija cada año la Junta de Ciencia y Seguridad del Boletín en consulta con su Junta de Patrocinadores, que incluye a nueve premios Nobel.
El Reloj se ha convertido en un indicador universalmente reconocido de la vulnerabilidad del mundo a una catástrofe global causada por tecnologías creadas por el hombre.