¿Quién fue Benedicto XVI?
Joseph Ratzinger fungió como Papa desde 2005 hasta 2013, cuando presentó su renuncia por cuestiones de salud y tras acusaciones de encubrimiento a abusos cometidos durante su mandato como arzobispo de Múnich
El Papa emérito Benedicto XVI, de nombre secular Joseph Aloisius Ratzinger, falleció este sábado 31 de diciembre, a los 95 años de edad.
Nacido en la ciudad de Baviera, el 16 de abril de 1927, Joseph Ratzinger enseñó teología durante 25 años en Alemania -de 1969 a 1977 lo hizo en la Universidad de Ratisbona-, antes de ser nombrado arzobispo de Múnich.
Más adelante se convirtió en el guardián del dogma de la Iglesia católica, durante otro cuarto de siglo en Roma, y finalmente accedió a la magistratura suprema de la institución sucediendo al polaco Juan Pablo II en abril de 2005.
Sin embargo, el 28 de febrero de 2013 renunció al papado, asumiendo el título de Papa emérito, con la intención de dedicarse a la oración y el retiro espiritual. Desde entonces vivía en el monasterio Mater Ecclesiae, en el interior de la Ciudad del Vaticano.
Tras ello, Francisco, religioso argentino de nombre secular Jorge Mario Bergoglio, fue elegido para el pontificado católico, el 13 de marzo de 2013, durante la quinta votación efectuada el segundo día de cónclave.
Benedicto XVI fue señalado en un informe respecto a abusos sexuales a menores en Alemania, en el que se afirmaba que estuvo al corriente de cuatro casos de curas pederastas cuando era arzobispo de Múnich, y salió de su silencio en 2022 para pedir perdón, asegurando que nunca encubrió a ningún abusador.
Su renuncia fue una decisión personal debida a su debilitada salud y no a la presión de los escándalos, según anunció él mismo en un libro de confidencias publicado en 2016.
Como jefe de la Iglesia católica, Benedicto XVI defendió una línea conservadora en materias como el aborto, la homosexualidad y la eutanasia. Algunas de sus declaraciones causaron confusión, en cuanto al islam, el uso del preservativo contra el VIH o la excomunión de cuatro obispos integristas en 2009.
Su papado estuvo marcado igualmente por la filtración en 2012 de unos documentos confidenciales (los conocidos como “Vatileaks”), orquestada por su mayordomo personal. El escándalo dejó en evidencia que la Curia romana, la administración de la Santa Sede, estaba minada por una serie de intrigas y la falta de rigor financiero.
En el último video de Benedicto XVI, difundido por el Vaticano en agosto de 2022, con motivo de la tradicional visita de los nuevos cardenales, se veía a un hombre delgado y debilitado, con un aparato auditivo, incapaz de hablar.
Disculpas por abusos del clero
El 8 de febrero de 2022, el Papa emérito Benedicto XVI ofreció disculpas y expresó su dolor por los abusos y errores ocurridos durante sus mandatos en los distintos cargos que había tenido, entre ellos ser el 265 jerarca de la Iglesia católica y séptimo soberano de la Ciudad del Vaticano.
Su declaración se dio a conocer en una carta, publicada tras la divulgación de un informe respecto a los abusos sexuales a menores en Alemania, en el que se afirmaba que estuvo al corriente de cuatro casos de curas pederastas, cuando era arzobispo de Múnich.
“Una vez más solo puedo expresar a todas las víctimas de abusos sexuales mi profunda vergüenza, mi gran dolor y mi sincera petición de perdón. He tenido una gran responsabilidad en la Iglesia Católica”, subrayó Benedicto XVI.
Joseph Ratzinger añadió en la misiva que “tanto más grande es mi dolor por los abusos y errores que han ocurrido durante el tiempo de mi mandato en los respectivos lugares”, además de que aseguró que es necesario, por parte del clero, “el momento de la confesión”.
“Roguemos públicamente al Dios vivo que perdone nuestras culpas, nuestras grandes y grandísimas culpas [...] En todos mis encuentros, especialmente durante mis numerosos viajes apostólicos con víctimas de abusos sexuales por parte de sacerdotes, he mirado a los ojos las consecuencias de una culpa muy grande”, añadió el Papa emérito.
“[...] y he aprendido a comprender que nosotros mismos nos vemos arrastrados a esta gran culpa cuando la descuidamos o cuando no la afrontamos con la necesaria decisión y responsabilidad, como ha ocurrido y ocurre con demasiada frecuencia”.
A pesar de su petición de perdón, Benedicto XVI negó en otro documento, publicado también el 8 de febrero, por sus colaboradores, cualquier acusación y conocimiento de los hechos narrados en el informe divulgado en Alemania.
En su carta, Ratzinger comenzó defendiendo el “gigantesco” trabajo en la redacción del documento de respuesta a la investigación que entregó en su momento a los investigadores y explicó que “se produjo un descuido” sobre su participación en el Ordinariato -reunión de obispado de Múnich y Freising-, del 15 de enero de 1980.
En aquella reunión, según la investigación, se trató el traslado de un sacerdote acusado de abusos a menores, Peter H., quien después volvió a cometer abusos en la archidiócesis de Múnich, lo que motivó que fuera trasladado de nuevo.
En un principio, Benedicto XVI aseguró que él no había participado en dicha reunión, pero después se retractó de esta declaración y explicó que se había tratado de un error.
“Este error, que desgraciadamente se ha producido, no ha sido intencionado y espero que sea disculpable”, escribió el Papa emérito, quien añadió que le había “sorprendido profundamente” que el descuido haya hecho dudar de su veracidad y que incluso le hayan presentado “como un mentiroso”, al tiempo que destacó haber recibido numerosas cartas de apoyo y las oraciones del Papa Francisco, su sucesor.
“Pronto me enfrentaré al juez definitivo de mi vida. Aunque mirando hacia atrás en mi larga vida puedo tener muchos motivos de temor y miedo, sin embargo, tengo un estado de ánimo alegre porque confío firmemente en que el Señor no solo es el juez justo, sino también el amigo y hermano que ya ha sufrido él mismo mis carencias y es, por tanto, como juez, al mismo tiempo mi abogado”, finalizó su misiva.
Según el informe sobre abusos contra menores de la Arquidiócesis de Múnich y Freising, al menos 497 niños y niñas fueron abusados sexualmente entre 1945 y 2019 por parte de sacerdotes, diáconos y otros empleados eclesiásticos.
Además, había al menos 235 presuntos perpetradores de dichos abusos sexuales, entre ellos, 173 sacerdotes y 9 diáconos. Sin embargo, siempre según las investigaciones, esa solo sería la “cifra visible”, y se supone que existía un número mucho mayor de casos de abuso no denunciados.
El 26 de enero de 2022, El Vaticano defendió al Papa emérito Benedicto XVI, y recordó su lucha contra la pederastia clerical. Después de haber “combatido este fenómeno como prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe”, Ratzinger promulgó como pontífice “normas muy duras contra los clérigos abusadores, leyes especiales para combatir la pederastia”, escribió el director editorial de los medios de comunicación de la Santa Sede, Andrea Tornielli, en un editorial publicado en Vatican News.
“Benedicto XVI dio testimonio, con su ejemplo concreto, de la urgencia de un cambio de mentalidad, importante para combatir el fenómeno de los abusos, al escuchar y estar cerca de las víctimas a las que siempre hay que pedir perdón”, recalcó el director editorial del medio digital de la sede de la Iglesia católica.
Asimismo, Tornielli afirmó que “fue justamente Joseph Ratzinger el primer papa que se reunió varias veces con las víctimas de abusos durante sus viajes apostólicos”, recordó Tornielli, quien subrayó que el informe alemán “no es una investigación judicial y mucho menos un juicio final”.
Las reconstrucciones contenidas en el informe alemán deben “ayudar a combatir la pederastia en la Iglesia si no se reducen a la búsqueda de chivos expiatorios fáciles y a juicios sumarios”, según advirtió el director editorial del Vatican News.