Humo de incendios de Canadá prende alertas en Estados Unidos
Llaman a limitar el tiempo al aire libre, usar una máscara si es posible y controlar a los grupos sensibles: enfermos con patologías de corazón o pulmón
Una espesa columna de humo de incendios forestales en Canadá se desplaza hacia Nueva York y Nueva Jersey. La evidencia se puede ver en imágenes satelitales desde la tarde del martes, pero este miércoles ya se comienzan a sentir los estragos en esta zona de Estados Unidos.
Las autoridades metereológicas alertaron que la calidad del aire se degradará aún más a medida que esto se acerque en las próximas horas y también es probable que se reduzca la visibilidad.
Connecticut, Massachusetts, Vermont, Nueva Jersey, Maryland, Pensilvania y Washington ya emitieron alertas sobre esta situación.
La Administración Federal de Aviación informó que ha tomado medidas para gestionar el flujo de tráfico en el área de la ciudad de Nueva York debido a la reducción de la visibilidad por el humo de los incendios forestales.
“Los vuelos con destino al Aeropuerto Internacional LaGuardia se han detenido. Los vuelos al Aeropuerto Internacional Newark Liberty se han ralentizado”, alertó.
Aproximadamente 128 millones de personas estaban bajo alertas de calidad del aire debido al humo de los incendios forestales y el ozono. Sólo por el humo, alrededor de 100 millones estaban bajo alertas a través de 16 estados.
El cielo de las ciudades en mención fue alcanzado por el humo de los 414 incendios forestales activos en Canadá, de los cuales 239 se consideran “fuera de control”, según el Ministro de Preparación para Emergencias canadiense. Hasta el momento, el fuego ha consumido más de 3 millones de hectáreas de bosque.
Además, la calidad del aire de la ciudad de Nueva York es oficialmente la peor del mundo, al alcanzar más de 340 puntos en la escala del índice de calidad del aire esta tarde, según IQAir.
El comisionado de Sanidad de Nueva York, Ashwin Vasa, aseguró este miércoles que Nueva York está registrando sus mayores índices de contaminación del aire desde la década de los sesenta del siglo pasado.
Vasan advirtió de que las partículas finas suspendidas “pueden penetrar en los pulmones de las personas, provocar inflamaciones y empeorar afecciones como el asma, las enfermedades pulmonares crónicas o las cardiopatías subyacentes”.