Policías, narcos y gobernadores: una historia que se repite en Sinaloa

Noroeste/Redacción
14 agosto 2024

A lo largo de su historia y sin distingo de partido, Sinaloa ha vivido episodios en que sus gobernadores han tenido que dar explicaciones, pero sin consecuencias, después de que se revelaran relaciones entre sus mandos policiales y jefes del narcotráfico; la lista incluye a Labastida, Millán, Malova y ahora a Rocha

Después de que el abogado de Ismael Zambada García, El Mayo, publicó una carta en la que detalla cómo se dieron los hechos que desencadenaron su secuestro y captura en Culiacán y la entrega posterior en Estados Unidos, uno de los hechos que llamó la atención fue que el propio líder del Cártel de Sinaloa señalara a un policía adscrito a la Fiscalía de Sinaloa de trabajar como su guardaespaldas personal, de nombre José Rosario Heras López.

Zambada García dijo que había llegado a una finca del campestre Huertos del Pedregal invitado por Joaquín Guzmán López, uno de los hijos de “El Chapo”. Joaquín le dijo que ahí se celebraría una reunión a la que también asistirían el ex Rector de la Universidad Autónoma de Sinaloa, Héctor Melesio Cuén Ojeda, y el Gobernador morenista de Sinaloa, Rubén Rocha Moya. El Gobernador negó haber sido convocado: “Si dijeron que iba a ir yo, les mintieron; y si lo creyó, cayó en la trampa”, se desmarcó Rocha.

En la carta, El Mayo señaló que uno de los escoltas que lo acompañó fue José Rosario Heras López, quien resultó ser elemento de la Policía de Investigación de la Fiscalía General del Estado y quien estuvo a cargo de la Coordinación de Órdenes de Aprehensión en 2017, así como Rodolfo Cháidez, quién la Fiscalía local confirmó que fue un elemento policial hace más de 20 años.

La Fiscalía confirmó que Heras López seguía activo como agente en la corporación, pero que se encontraba de vacaciones el 25 de julio y que al momento de que se publicó la carta se desconocía su paradero. Incluso confirmaron que el 28 de julio, tres días después de la supuesta reunión, la familia de Heras López interpuso una denuncia por su desaparición.

El hecho ha provocado una serie de acusaciones por la relación entre el Gobierno de Sinaloa, que hoy despacha después de llegar arropado por Morena, y el narcotráfico.

Sin embargo, hay evidencia histórica de que en Sinaloa la relación entre la autoridad y el narcotráfico ha ocurrido en varios de sus sexenios y sin importar el partido político que gobierne.


Toledo Corro: ‘descarado jugando con el narco’.

Un libro del narcotráfico en Sinaloa no podría estar completo sin tocar la vida, la influencia y la administración de Antonio Toledo Corro. Diferentes analistas e historiadores lo señalan como “el Gobernador que más sintió la lumbre en los talones” por su cercanía con Manuel Salcido Uzeta, “El Cochiloco”, y Miguel Ángel Félix Gallardo.

Los mitos son muchos, como el hecho de que su rancho Las Cabras, en el sur de Sinaloa, servía de aeródromo para bajar avionetas con droga. Por ya casi 30 años mucho se ha escrito y dicho de los presuntos vínculos del ex Mandatario estatal con narcotraficantes, pero nunca se le comprobó ninguna relación.

”(Miguel) Félix Gallardo se hace traficante de la savia de la amapola, que en Sinaloa llaman goma, madre natural de la heroína... Llega a un oscuro esplendor con el gobierno de Antonio Toledo Corro (1981-1986), en cuyo rancho Las Cabras Félix Gallardo se refugia para eludir la cacería que se desata sobre su imperio a raíz de los asesinatos del agente de la Drug Enforcement Agency, Enrique Camarena Salazar, y de su piloto mexicano, Alfredo Zavala Avelar, en Guadalajara, en febrero de 1985”, escribió Héctor Aguilar Camín en su artículo “Narco historias extraordinarias”, que publicó en la revista Nexos, en mayo de 2007.

Durante un mitin celebrado en la ciudad de Culiacán, el 17 de marzo de 2000, Vicente Fox Quesada, primer Presidente de México en la historia de México que fue arropado por un partido que no fue el PRI, se atrevió a acusar públicamente a Toledo Corro.

“Señor Gobernador, (Juan) Millán, me pediste nombres, pues ahí te van: Toledo Corro, descarado jugando con el narco (Miguel Ángel) Félix Gallardo”, dijo.

Tres días después, Toledo Corro demandó al candidato panista por difamación, infamia y calumnia. Fox sí ganó la elección el 2 de julio.

“En virtud de las bajas pasiones del pretenso candidato a la Presidencia de la República, Vicente Fox, quien aparentemente goza de inmunidad o impunidad, ya que no es la primera ocasión en que denosta (sic), no digamos ya a un ciudadano, sino que incluso en sus demenciales llamamientos a la revuelta y a la sedición social ha puesto en entredicho a las más democráticas de las instituciones jurídico políticas, como lo es el Tribunal Federal Electoral”, dijo Toledo Corro, según publicó Noroeste el 18 de marzo del 2000.

En sus inicios, Felix Gallardo había sido policía judicial y escolta de otro Gobernador, Leopoldo Sánchez Celis.


Labastida: ‘me fallaron los informadores’

Apenas el 13 de agosto pasado se publicó una entrevista que el ex Gobernador de Sinaloa, Francisco Labastida Ochoa, dio a la periodista Carmen Aristegui, en el que acusó al actual Gobernador Rubén Rocha Moya de haber llegado a la Gubernatura con el apoyo que el narcotráfico habría otorgado a Morena en 2021.

Labastida Ochoa, quien fue el histórico primer candidato priista en perder una elección a la Presidencia de la República en el 2000, gobernó Sinaloa de 1987 a 1992.

Durante la entrevista con Aristegui, Labastida habla de la operación limpieza que hizo en el estado y de las amenazas que recibió por emprenderla pero olvida que en abril de 1989, fue detenido uno de los hombres más buscados por Estados Unidos y el gobierno mexicano en ese momento, Miguel Ángel Félix Gallardo, a quien le atribuyen la fundación del Cártel de Sinaloa.

Unos días antes de su detención, los mandos más importantes de la seguridad del estado desaparecieron.

Como ha ocurrido en otras ocasiones, su detención tuvo un impacto en la vida del estado, pues los funcionarios estatales que estaban desaparecidos: Arturo Moreno Espinoza, jefe de la Policía Judicial del Estado; Enrique Corza Marín, subdelegado de la Campaña contra el Narcotráfico; y Robespierre Lizárraga Coronel, ex jefe de la Policía Municipal de Culiacán, en realidad habían sido detenidos y acusados de proteger a Félix Gallardo.

“Me fallaron los informadores”, dijo Labastida cuando se le pidió una explicación.

Millán Lizárraga: ‘pregúntenme de deportes’

A unos meses de que terminara su administración, el Gobernador priista Juan Millán Lizárraga (1999 - 2004) tuvo que lidiar con un escándalo irrepetible en Sinaloa.

El 11 de septiembre de 2004, un grupo de sicarios del Cártel de Sinaloa atacó y asesinó a Rodolfo Carrillo Fuentes, hermano de Amado Carrillo “El Señor de los Cielos”, y su esposa a la salida de la plaza Cinépolis en Culiacán.

El hecho marcó la separación definitiva de los cárteles de Juárez y Sinaloa, sin embargo en la refriega participaron policías de la Policía Ministerial de Sinaloa que brindaban protección a Carrillo Fuentes, entre ellos el reconocido comandante Pedro Pérez López, quien resultó herido en el ataque.

Este policía era famoso por haber desarticulado bandas de secuestradores y robacarros, además de haber sobrevivido a dos atentados del Cártel de Tijuana, ordenados y liderados por el propio Ramón Arellano Félix.

El ataque terminó con la vida del propio “Niño de Oro”, su esposa Giovana Quevedo y un lavacarros que se encontraba en el lugar.

El escándalo de Pérez López se reveló cuando, malherido, solicitó ayuda por su radio Matra.

Luego de las investigaciones, la Subprocuraduría Especializada en Investigación de Delincuencia Organizada confirmó investigaciones contra Jesús Antonio Aguilar Íñiguez, entonces Director de la Policía Ministerial del Estado, y a otros ocho jefes policiacos, entre ellos Reynaldo Zamora Gaxiola y Héctor Castillo Medina, director de la Policía Estatal Preventiva, todos acusados de brindar protección a los cárteles de la droga.

Después del atentado, el Gobernador Millán apareció públicamente en un partido de futbol profesional de Dorados de Culiacán: “Cuando estoy en el estadio, pregúntenme de deportes”, dijo. Al día siguiente pidió no generalizar a la Policía, porque no era “justo”.

“Sin duda eso da lugar a que se tengan elementos para que ese comentario se siga extendiendo, que en alguna forma se siga fortaleciendo, pero hablar de generalizar yo creo que no es justo, y con mayor razón cuando se dio una coordinación y una acción en donde todos los elementos”, dijo, “...actuaron con gran valentía, con gran decisión”.

Malova: ‘con blancas palomas no podemos enfrentar a la delincuencia’

El 6 de julio de 2011, el Gobernador Mario López Valdez, a pesar de sus antecedentes tomó protesta a Jesús Antonio Aguilar Íñiguez como el nuevo Director de la Policía Ministerial del Estado, un cuerpo de elementos reforzado para contener las crisis de seguridad pública que había dejado tras de sí la llamada “guerra” interna del Cártel de Sinaloa entre Joaquín Guzmán Loera y los Beltrán Leyva.

El nombramiento de Aguilar Íñiguez levantó críticas a la decisión de López Valdez, quien llegó a la Gubernatura por un acto de rebeldía suyo dentro del Partido Revolucionario Institucional, al que pertenecía, y arropado por una plataforma conformada por los partidos Acción Nacional, de la Revolución Democrática y el entonces Convergencia Ciudadana.

El policía había sido investigado por la SIEDO después de su probable intervención en la protección de Rodolfo Carrillo Fuentes, “El Niño de Oro”, descubierta tras su atentado y muerte ocurrida el 11 de septiembre de 2004.

Por más de seis años, Aguilar ïñiguez, mientras fue investigado, estuvo con paradero desconocido.

“Con blancas palomas no podemos enfrentar a una delincuencia en una lucha encarnizada como la que se trae, no sólo en Sinaloa sino en gran parte del País”, respondió Malova. “A mí me parece que es un hombre respetado dentro de los cuerpos policiacos”.

Durante la administración de López Valdez, la Comisión Estatal de Derechos Humanos documentó más de una veintena de casos de tortura perpetrados por el equipo de Aguilar Íñiguez, además de que como mandó reprobó de manera constante los exámenes de Control y Confianza, incluido el caso de Yesenia Armenta, la viuda del asesinado Alfredo Cuén Ojeda, hermano de Héctor Melesio.

El 4 de enero de 2019, durante el juicio contra “El Chapo” Guzmán en la Corte federal de Brooklyn, en los Estados Unidos, Vicente Zambada Niebla, alias “El Vicentillo”, testigo protegido de la Fiscalía, reveló que el Cártel de Sinaloa comandado por su padre Ismael Zambada García, tenía en la nómina al comandante Aguilar Íñiguez.

El 10 de mayo de 2020, luego de permanecer más de una semana en el Hospital General de Mazatlán, Aguilar Íñiguez murió a consecuencia del Covid 19.