La Sebides utiliza recursos del monitoreo del aire para el pago de nómina de trabajadores

Paulina Otáñez
13 mayo 2024

Según los registros, han pasado casi tres años de los últimos reportes de la calidad del aire en Sinaloa realizados por el gobierno estatal; su titular señala que las cabinas que hay son obsoletas

Los recursos públicos etiquetados para el monitoreo del aire son usados por la Secretaría de Bienestar y Desarrollo Sustentable del Gobierno de Sinaloa para pagar la nómina de los trabajadores de la dependencia, en lugar de utilizarlos en las cabinas que hay en cuatro municipios del estado para ese renglón ambiental.

Esto lo confirmó la propia titular de Sebides, María Inés Pérez Corral, titular de Sebides, dependencia que fue creada en la administración actual del Gobernador Rubén Rocha Moya, quien desapareció la Secretaría de Desarrollo Sustentable que inició operaciones en el gobierno de su antecesor, Quirino Ordaz Coppel.

Mientras el primer gobierno estatal emanado del partido Morena utiliza los recursos para revisar la calidad del aire para pagar la nómina, desde hace tres años no hay monitoreos pese a existir la infraestructura.

El último día que el Gobierno estatal realizó monitoreos de la calidad del aire de Sinaloa fue hace casi tres años, específicamente el 20 de junio de 2021, cuando aún existía la Secretaría de Desarrollo Sustentable, de acuerdo con información obtenida por Noroeste a través de solicitudes hechas en la Plataforma Nacional de Transparencia.

Desde entonces, año con año el Gobierno de Sinaloa recibe recursos para el programa y los incrementa sin que los sinaloenses tengan acceso a datos atmosféricos, a pesar de que en el Diario Oficial de la Federación decreta que es obligatorio para los gobiernos locales con más de 500 mil habitantes, establecer y operar sistemas de monitoreo de la calidad del aire, mediante la norma oficial mexicana NOM-156-SEMARNAT-2012.

De acuerdo con el Presupuesto de Egresos del Estado de Sinaloa, la Secretaría de Bienestar y Desarrollo Sustentable recibe recursos para el Programa Presupuestario “Monitoreo del medio ambiente y atmósfera mediante sistemas de innovación tecnológica”: en 2022 los recursos fueron de 3 millones 196 mil 597 pesos, en 2023 otorgaron 3 millones 376 mil 935 pesos, y en 2024 obtuvo 3 millones 546 mil 825 pesos.

¿Cuántas cabinas para medir el aire hay en Sinaloa?

El Estado de Sinaloa cuenta con cuatro cabinas de monitoreo del aire: en Culiacán, la cabina Thermo Scientific fue instalada en diciembre de 2012 en la azotea del Ayuntamiento de Culiacán; en Mazatlán y Ahome, la cabinas Air Pointer modelo Recordum fueron instaladas en diciembre de 2014 en las instalaciones de la Junta Municipal de Agua Potable y Alcantarillado de Mazatlán y en la azotea de la Procuraduría de Protección de Niñas, Niños y Adolescentes del DIF Ahome, respectivamente; y en Guasave, la cabina API Teledyne fue instalada en octubre de 2018 en la azotea del Palacio Municipal de Guasave.

Según la titular de la Sebides, las cuatro cabinas están obsoletas.

“Requieren comprarse nuevas, ya las viejas están obsoletas la verdad”.

En entrevista desde el Noticiero Noroeste el 2 de mayo, la funcionaria expresó que una sola cabina de monitoreo podría costar 9 millones de pesos, pero en la entidad son necesarias por lo menos tres, que, consideró, podrían ser adquiridas por la Federación.

Mientras tanto, el presupuesto para el monitoreo del aire que recibe el Gobierno estatal es utilizado para pagar a los 10 trabajadores que tiene la Dirección de Gestión y Cambio Climático de la Subsecretaría de Desarrollo Sustentable, con nóminas desde los 13 mil 078.54 pesos hasta los 28 mil 549.94 pesos al mes.

“Quedó aclarado que era pagarle al personal que trabaja en esa dirección... eso fue lo que dijo la SAyF cuando se le preguntó, eso es propiamente para pagar al personal que trabaja en esa Dirección, están haciendo las manifestaciones de impacto ambiental, ellos tienen una serie de trabajos que va dedicados exclusivamente a eso, son miles, miles de manifestaciones que se erogan desde esa parte, tienen mucho trabajo, no creas, no es nada más el monitoreo de cabinas” dijo Pérez Corral.

Cabe mencionar que en una respuesta a una solicitud de información en la Plataforma Nacional de Transparencia, la dependencia negó que existieran recursos públicos etiquetados para el monitoreo del aire, sin embargo, al revisar el presupuesto de egresos se comprobó que sí están etiquetados.

El plan piloto de una ONG

Adicional al monitor del Gobierno del Estado, desde Mapasin, una organización ciudadana que busca mejorar la movilidad en Culiacán, implementa un plan piloto de medición de la calidad del aire con apenas tres sensores hiperlocales que monitorean tres colonias de la ciudad desde hace un año y medio.

Jesús Salvador Martínez Bastidas, Ejecutivo de proyectos de sustentabilidad en Mapasin, explicó que este plan inició derivado de la curiosidad y la necesidad de medición ya que, desde Gobierno no se estaba atendiendo el rubro a pesar de ser obligatorio.

De acuerdo a la Ley General del Equilibrio Ecológico y la Protección al Ambiente, artículo 112, fracción VI, establece que los gobiernos locales deben establecer y operar sistemas de monitoreo de la calidad del aire en asentamientos humanos con más de quinientos mil habitantes.

Asimismo, en la Norma Oficial Mexicana NOM-156-SEMARNAT-2012, ‘Establecimiento y operación de sistemas de monitoreo de la calidad del aire’, señala que de manera obligatoria para los gobiernos locales en asentamientos humanos con más de quinientos mil habitantes deberán monitorear la calidad del aire.

“Nosotros empezamos a medir la calidad del aire porque sabemos que hace un tiempo que no se ha estado monitoreando la calidad del aire en Culiacán, Sinaloa en general, y ahorita, pues ya tenemos un año y fracción haciendo este trabajo”.

“Para más que nada porque nos dio también sentimos la curiosidad de hacerlo, la necesidad de hacerlo también porque sabíamos que es algo, que pues se tiene que estar midiendo constantemente”.

Uno de los sensores está colocado en el techo de las instalaciones del organismo entre la avenida Donato Guerra e Ignacio Zaragoza, los demás se hallan en Valle Alto y la colonia Cañadas, sin embargo, Martínez Bastidas indica que estos son insuficientes para una ciudad con una extensión que sobrepasa más del millón de habitantes.

“No todas tienen medición, pero supone que ya es por ley, que deben de tenerla y sin embargo, nosotros en Sinaloa no cumplimos, porque si tenemos las estaciones, pero están ahorita deshabilitadas porque les falta el mantenimiento”.

Pese a ello, destacó la colaboración entre la asociación ciudadana Redspira, red ciudadana de monitoreo de la calidad del aire y radicada en Mexicali, quien donó y añadió a su red de mapeo a las ciudades de Culiacán y Mazatlán.

“Son tres sensores que instalamos en tres colonias, los instalamos de esa manera porque nos dijeron a nosotros los de Redspira que teníamos que tener obviamente el control de ellos, porque necesitan estar tener corriente eléctrica e Internet para estar pasando los datos en tiempo real”.

La ubicación de los sensores se hallan en zonas libres de las corrientes de aire y donde circulan automóviles cerca . Estos, permanecen en los techos de casas, donde no se obstruya el paso del aire, principalmente cerca de vialidades para captar la contaminación.

“Aunque la contaminación viene de muchas fuentes, no sólo de automóviles también de la quema de basura, de la quema de carbón, etcétera, si pasan por el sensor lo va a medir, ese aire”.

¿Qué contaminantes se mide?

En 2020 entró en vigor la Norma Oficial Mexicana NOM-172-SEMARNAT-2019, Lineamientos para la obtención y comunicación del Índice de Calidad del Aire y Riesgos a la Salud, denominada índice aire y Salud.

En ella se indica que los contaminantes normados a los que se les ha establecido un límite máximo de concentración en el aire ambiente son el ozono, el monóxido de carbono, el dióxido de azufre, el dióxido de nitrógeno, el plomo, las partículas suspendidas iguales o menores a 10 micrómetros (PM10) y las partículas suspendidas iguales o menores a 2.5 micrómetros (PM2.5).

No obstante, los sensores colocados en la ciudad se centran únicamente en la detección de partículas PM10 y PM2.5, dejando un vacío en la medición de las demás sustancias criterio para monitoreo por la legislación mexicana.

“Estos sensores miden partículas suspendidas PM10 y 2.5, estas partículas son un tipo de contaminante criterio de los que normalmente se están midiendo y que son muy peligrosos para la salud humana”.

En comparación con los criterios de contaminación emitidos por la Organización Mundial de la Salud, según Salvador, estos son más confiables por el estándar que todos los países aspiran a tener.

“En México tenemos un índice que mide la calidad del aire que se llama índice aire y salud, sin embargo, este índice es nuevo, no está tan regulado como la OMS que tiene un índice y un estándar ahí establecido para que obviamente todos los países vayan hacia ese estándar”.

En ese sentido, comenta que los registros de monitoreo obtenidos durante el 2023 lanzaron días donde los contaminantes rebasaron los límites permitidos por la OMS.

”Tenemos un registro de que en 2023, por ejemplo la mayor parte del año más o menos la contaminación se registra entre moderada y buena, o sea, en la mayor en la mayor parte, pero ahí te va, lo que lo que viene a continuación es que si hay muchos días y horarios en los que la contaminación llega a un nivel que pues no es el permitido o sea, ya superamos los límites permitidos por la Organización Mundial de la Salud”.

Un monitoreo constante, más sensores y aplicación de las estrategias establecidas en la legislación mexicana son las acciones que apunta Salvador Martínez deben ser correspondidas por parte del Estado.

“Humberto Siller, director del área de gestión y cambio climático, con él estuvimos en platica en cuestión de esto y él ya gestionó de hecho que se activen las estaciones de monitoreo pero pues no sea ahorita todavía no se activan, pues no se ha sacado esa inversión que se necesita para para hacerlo, pero ya se gestionó”.

“Los sensores que tenemos siguen instalados y están funcionando y de ahí se está adquiriendo información para ellos también (para Gobierno del Estado)”.

Las consecuencias de un aire de mala calidad

La Enfermedad Pulmonar Obstructiva Crónica, mejor conocida como EPOC y el asma son padecimientos que pueden ser desarrollados por personas que viven en ciudades con altos índices de contaminación atmosférica, aún cuando estas no fumen o cocinen con leña, resaltó el Édgar Urquidez Bazúa, neumólogo que radica en Culiacán.

“La mala calidad del aire afecta a todos y las personas que viven ahí son más propensas a tener enfermedades como asma o que se les estén inflamando frecuentemente las vías respiratorias, ya que la mala calidad del aire irrita e inflama las vías respiratorias y eso como consecuencia trae enfermedades frecuentes y no nada más eso, sino que también desata tema de rinitis alérgicas, alergias y eso también si se descontrola va a traer como consecuencia enfermedades respiratorias”.

Los pacientes con asma o EPOC padecen falta de aire, presión torácica, pecho apretado y tos que al agudizarse pueden bajar los niveles de oxígeno y poner en peligro sus vidas, indicó.

Eleazar tenía los hábitos de una persona saludable, era originario de Bariometo, una localidad de Navolato, donde tenía una línea de camiones; cuidaba su alimentación, realizaba ejercicio, le gustaba rodar en bicicleta y no fumaba; sin embargo, murió a los 64 años de edad, tras ser diagnosticado con fibrosis pulmonar.

Su hijo, Enrique, explica que casi llegando a los 60 años, cuando ya tenía aproximadamente 40 años viviendo en Culiacán, experimentó los primeros síntomas de la enfermedad.

Tenía una tos que no se le quitaba y un año después de iniciar con los síntomas, le detectaron unas manchas en los pulmones, que en un inicio los especialistas pensaron que se trataba de cáncer.

“Cuando él ya llega ese punto que le dicen ‘ah, ya sabemos que es lo que tienes, es fibrosis’ pues resulta que nunca se había tratado por eso, el tratamiento oncológico le aceleró la fibrosis, porque lo estaban tratando para algo que no era y cuando se da cuenta de este mal le dicen ‘nos dimos cuenta tarde’”.

“No era una persona que tuviera malos hábitos, no fumaba, no se desvelaba, por lo regular siempre era como que traía algo de temporada porque en los camiones se usa mucho de que ‘ah, no traigo para el pasaje pero pues agarré esto’ y le dejaban algo a los chóferes. Siempre llegaba con costales de naranja, con costales de tomate y con eso era lo que cocinaba en su gran mayoría del tiempo mi mamá”.

De acuerdo con el Programa de Gestión para Mejorar la Calidad del Aire del Estado de Sinaloa, creado durante la administración de Quirino Ordaz Coppel, además del desarrollo de enfermedades respiratorias, a los contaminantes del aire se les puede atribuir el desarrollo de enfermedades del corazón.

El programa señala que la emisión de contaminantes atmosféricos en Sinaloa se debe principalmente a la quema de biomasa, es decir, leña, quemas agrícolas, incendios forestales, la generación de energía eléctrica y el sector industrial en general, así como el uso de vehículos automotores, camionetas pick up y autos particulares, siendo Culiacán, Mazatlán, Ahome, Guasave, Navolato y el municipio de Sinaloa los principales municipios que contribuyen a la emisión de contaminantes.

Desde el 2021, último año en que el Gobierno de Sinaloa monitoreó la calidad del aire en la entidad, hasta el 2 de mayo de 2024, la Comisión Nacional Forestal registró 101 incendios forestales en el estado.

Asimismo, Bomberos de Culiacán atendió un total de mil 608 incendios en 2021, mil 671 en 2022, mil 599 en 2023 y 678 incendios en los primeros cuatro meses de 2024, dando un total de 5 mil 556 incendios; los lotes baldíos, vehículos particulares y casas habitación fueron los principales atendidos.

El Instituto Nacional de Estadística y Geografía, INEGI, registró hasta el último reporte de 2022, que en Sinaloa hay un millón 341 mil 447 vehículos registrados en circulación, la gran mayoría son automóviles que suman 791 mil 253 entre los oficiales, públicos y particulares, 8 mil 300 camiones para pasajeros, 401 mil 229 camiones y camionetas para carga y 140 mil 665 motocicletas.